30/11/15

CARMENCITA FRANCO Y EL AMOR

Franco quería un niño, pero tuvo una hija, una mujer que baja por Serrano como un globo, bien conservada y con piel suave de delfín

Carmencita Franco tiene las pupilas más bonitas de Madrid.

-Carmen, cómo vas, menudas pupilas llevas- le dicen las mujeres al salir de misa.

Ella asiente o ríe, dependiendo del humor. El psicólogo Jeremy Dean publicó un estudio en el que dice que las pupilas se dilatan cuando una persona reconoce a gente de su misma ideología. Carmencita Franco sale de la iglesia como si saliese de la Cañada Real.

-Menudas pupilas, Carmen, arriba España- le gritan.

Hay una serenidad patológica en las viudas que de vez en cuando se reúnen en salones de té a jugar al gin rummy, partidas de cartas en las que se conspira para no morir. 

Se reúnen veinte mujeres dos veces por semana, muchas duquesas, todas amables, frías y religiosas como una célula durmiente. Nunca se sabe si se les ha muerto el marido o la tristeza.

Las ancianas se juntan para ir a misa, jugar a las cartas, beber en copa balón y viajar por el mundo. Hace poco fueron todas a Pekín, otro día al Vaticano a tomar café con el Papa. Carmencita mueve a sus viudas como Di Caprio a sus amigos en avión privado para ver boxeo.

Un día a Pitita Ridruejo, autora de la mejor frase de la historia (“A mucha gente no le conviene que llegue el Apocalipsis”, dijo como reprochando), le preguntaron por qué las mujeres de la alta sociedad, Cuqui, Fefa y ella misma, tenían nombres de perrita. Contestó simplemente que eran tontas, aunque yo creo que no tienen un pelo. El titular de la entrevista fue: “El Apocalipsis ha llegado, esto no es normal”.

Pitita Ridruejo

Carmencita Franco baja a Serrano como un globo, bien conservada y con piel suave de delfín; no hay forma de que no la miren, sobre todo por su barrio, el de Salamanca. 

“No bombardeéis ahí que nos están esperando”, dijo el general, y ella vive en Hermanos Bécquer porque nunca se sabe.

Nenuca la llamaba su padre, que a los ocho años la sacó de actriz ante las cámaras en medio de la guerra para mandar un mensaje a los niños nazis.

Franco y "Nenuca"

-¿Quieres decir algo a los niños alemanes? –le pregunta Franco. 

-Pero, ¿qué les digo?

-Lo que quieras.

Y acto seguido Franco empieza a susurrarle de pie lo que la niña va repitiendo en alto, con tanta torpeza que el general sale en plano hasta que alguien se da cuenta y lo cierra en la niña, que bien pudo ser peor y cerrarlo en el padre: habría tenido una voz más masculina. La cara de la madre, Carmen Polo, es de estar perdiendo la guerra.

La familia Franco

-Pido a Dios que todos los niños del mundo no conozcan los sufrimientos y las tristezas que tienen los niños que están aún en poder de los enemigos de mi patria. Yo deseo que todos los niños españoles tengan una casa alegre con cariño y con juguetes. Y, por eso, envío un beso a todos los niños del mundo.

No se sabe qué les importaba eso a los niños nazis, que estaban organizando la invasión de Europa, y no le contestaron nunca.

Vázquez Montalbán le hizo decir a Millán Astray a propósito de Carmencita: "Esa chica es tan entera como su padre, pero en más hombre".

Carmencita Franco y Polo 

Carmencita se casó con Cristóbal Martínez-Bordiú, del que su propio hijo dijo que era un señorito andaluz que buscaba un braguetazo para pegarse la gran vida (al marqués de Villaverde le llamaban el marqués de Vayavida). Ese hijo, José Cristóbal, tuvo una reacción de Hollywood al morir su abuelo dictador: lo dejó todo para meterse a militar y seguir sus pasos, no se sabe si literalmente. Jimmy Gimémez-Arnau lo presentó en su libro sobre los Franco como “un militar, el más serio, con una profunda vocación castrense y una idea solemne y honda de lo que fue su abuelo. Sin miedo a errar, el que lo tiene más claro. Quiere ser militar a toda costa”.

Un día José Cristóbal entró en la redacción de Interviú y anunció entre chicas en tetas que dejaba el Ejército porque el uniforme le ponía cara de “gilipollas”. La que se nos quedó a nosotros cuando terminó casándose con la mujer más guapa de España, José Toledo. Así acabó la tradición militarista de los Franco, que se fue disipando entre rentas y alquileres de palacios para porno soft.

José Crístóbal Martínez-Bordiú y Jose Toledo

Cristóbal Martínez-Bordiú fue médico sancionado en democracia por vago (vago de profesión y de democracia), y a principios de los 90 ya se estaba dejando cosas dentro de los pacientes, como unas gasas dentro de un tórax. “En vez de unas gasas pudiste haberte olvidado el fascismo”, le dijo un jefe de planta. El primo de Franco contó en sus memorias que Carmencita buscaba amigas feas para que el marqués apaciguase el instinto. Murió de frivolidad entre las ruinas del imperio firmando una frase sobre el patrimonio del dictador, que el yernísimo administró como un granjero de Illinois: “Llega un momento en que la vaca deja de dar leche y hay que comérsela".

La salida de misa en algunos lugares sigue siendo la Transición. Carmen Franco se recoge dentro de unos abrigos de mucha piel y se despide de la gente como si se marchase de una época. El frío le rejuvenece la cara y le tensa los labios. Ha comulgado y está en paz con España y con Dios, en orden cambiante. Todos los años va a su puesto del Santo Sepulcro en un rastrillo de Madrid (el día de la boda, su futuro marido apareció vestido de caballero de la orden del Santo Sepulcro de la Orden de Jerusalén, que casi no le dejan entrar por pensar que estaba de broma) a ejercer la caridad, uno de los pilares que permanecen incorruptibles de la sociedad de entonces: que el departamento de pobres y necesitados lo lleven mujeres importantes, como las señoras de los congresistas americanos.

    Matrimonio entre Carmen Franco y Polo, y Cristóbal Martínez-Bordiú

Doña Pilar se subió a una mesa y arengó a las duquesas diciendo que de allí al día siguiente las sacarían a todas la Policía, pero el rastrillo se iba a celebrar como había Dios, que lo había y mucho.

Pilar de Borbón

Con la luz atravesándole el pelo blanco doña Pilar parecía Rafael Alberti gritando en su jardín en medio de la guerra. Puño en alto, la presión popular terminó por arrodillar a Ana Botella, que les dio los permisos, no fueran a acampar las duquesas en Sol para jugar al gin rummy y beber en copa balón. Tras la revolución, la Gran Duquesa María declaró: “Muy angustioso, muy angustioso”. 

Hace unos años el Abc hizo un mapa a sus lectores para contarle a dónde iban a misa los creyentes más famosos de Madrid, una especie de hit parade de la comunión. Dónde se creía más, dónde se creía mejor, a quién te gustaría encontrarte en el ejercicio de la fe. De todos Carmencita es la que más va al norte, a San Francisco Borja de los Jesuitas, donde comulgó Carrero antes de que le volaran de un bombazo.


El coche del almirante aterrizó en un tejado y el primero que llegó fue un cura que como primera medida de auxilio hizo la extremaunción sin saber quiénes estaban dentro. Cuando se conocieron las identidades de las víctimas se hicieron nuevas extremaunciones, esta vez a conciencia.

 Desde la iglesia, esa zona cero que dejó a su padre entre las lágrimas y el laconismo (“no hay mal que por bien no venga”), Carmen Franco Polo tiene que recorrer para llegar a su casa 200 metros que a veces hace acompañada de María Dolores Bermúdez de Castro, duquesa de Montealegre. Las dos son amigas íntimas, inseparables, y a veces se juntan con la condesa viuda de Maura o con María Queipo de Llano o con quien sea, que ya son mayores de edad.

Imagen
Carmen Martínez Bordiú y Carmen Franco, durante la corrida de la beneficencia en Madrid


Carmencita es una mujer aún bella, encogida, menos que cualquier persona de su edad a la que se puede meter en el bolsillo. Fue siempre noticia y siempre noticia absurda, pero eso no le amargó la vida porque al fin y al cabo pertenecía a un programa genético, un arquetipo de las que habrían de ser nenucas de España.

 Si a los 14 años a Carmencita Franco le apetecía ir a ver el Museo Naval la recibía el ministro de Marina, el director, los ayudantes y los periodistas, que hacían crónica: “Salió complacidísima de la visita”. Al terminar a la niña el ministro, que estaba para esas cosas porque en España entonces no había mar, le regalaba un modelo de galeón del siglo XVII.

Si los industriales valencianos en aquella época de bonanza, años 40, querían hacerle regalos, se presentaban en El Pardo con todas las autoridades del mundo y los periodistas, que informaban al día siguiente de que la niña había recibido trajes y abanicos, algo que le produjo “grata impresión”; al terminar la ofrenda se pasaba casualmente su padre, Francisco Franco, y preguntaba a los industriales por la exportación de la naranja y los tejidos de seda.

Palacio del Pardo

En cierto modo Carmencita era como una especie de pantano móvil, todo el día inaugurándola por éste o aquel motivo. El dictador la había explotado en la guerra con más habilidad que a los moros para presentar su lado casual, el lado casual de Franco, un hombre entregado a su familia y a una vida apacible mientras bombardeaba España. 

En medio de la guerra se sucedieron reportajes alentadores, verdaderas filigranas literarias en las que Carmencita hace las veces de Blondi, la perra de Hitler, con la que Franco pudiese volcar su humanidad. Los asesinos generalmente necesitan al menos unas horas al día para demostrarse a sí mismos que nunca se abandona el amor del todo, como tampoco el odio.

Juan del Mar, que acabaría escribiendo un libro de título misterioso (‘Yugo y Flechas’), dijo haber sorprendido al Caudillo en medio de la guerra en su vida privada con unas fotos en las que la familia parecía haber posando los últimos quince años.


“El Caudillo acaso había regresado de algún frente donde se realizan operaciones trascendentales. En sus oídos traía el trueno artillero redoblando gloriosamente, y en sus ojos plasmada la visión de horror de un pueblo en llamas que un bárbaro enemigo había incendiado, para que España, en su inevitable reconquista, sólo encontrara escombros; y para descansar de la visión terrible y grandiosa se sumergió por unos momentos, como en un baño reparador, en la paz de su hogar, donde las señoras hacen labor casera en un remanso del jardín y los niños juegan alegres e inocentes”.

 A medida que las tropas franquistas avanzaban lo hacía también la literatura, y a la retirada de la Generación del 27, espantada, exiliada o fusilada, le siguieron verbos de no salir de cama, construcciones sintácticas inabordables y un polvo al que primero se empezaron a acostumbrar las palabras y más tarde los españoles.

Miembros del Generación del 27

Ese el polvo cayó primero sobre los periódicos y acabaría cubriendo los tejados de las casas: se reconocía a un fascista por un adverbio, por el uso de un adjetivo concreto, por la manera atildada de aparentar tradición cuando sólo era una forma de terrorismo dulzón y encubierto. La escritura reblandecida, gomosa, que hacía rebotar el dedo si se apoyaba en alguna esdrújula, se estaba pareciendo a Franco. Lo cubrió todo y de tal forma que sus cronistas lo tenían presente ya no en el fondo sino en la forma, como si aquel estilo se impusiese al igual que Roma, gracias a Dios, impuso una arquitectura. Se escribía en Franco. 

“Viendo el cuadro de su familia afortunada, porque es dichosa y tiene el sentido cabal de la vida y porque reza a Dios mañanas y noches, el salvador de España piensa en otros niños infortunados”, cuenta una portada de ABC en 1937, que advierte con paternalismo la idea que Franco tiene para España: un país de niños. “Por su ancha frente generosa pasa la idea de una España tranquila, pacificada verticalmente –desde la raíz hasta la cumbre- y en que los niños no se vuelvan a ver expuestos en su cataclismo aterrador. Él quisiera que todos los niños españoles, en la España de porvenir que está forjando, tuvieran la alegría de la hija y sobrinos suyos y perfumaran cada día nuevo con una oración a la Virgen que, como un símbolo, lleva un Divino Niño en su brazos” (la Virgen estaba anticipando las promesas electorales del caudillo).


En tanto que niña, que lo fue hasta donde quiso, a Carmencita le tocó ser patrón oro. Una alumna de 11 años de un colegio de Santiago escribió una carta sentidísima a Abc en los que reclamaba ayuda de todas las niñas de España para que firmasen en un pergamino gigante que enviar a Carmencita. Pedía la constitución de comisiones locales en los ayuntamientos que coordinasen la entrega de firmas y que cada una, niña boyante de posguerra, aportase entre cinco y 25 céntimos; se reclamaba que fuese enviado a la primera Junta de Niñas constituida para regalarle un pergamino con firmas a la hija del Caudillo. 

La razón de tanto amor fue que la gallega escuchó en Radio Castilla de Burgos una locución de Carmencita Franco y Polo en la que enviaba un beso a todas las niñas de España por las fiestas de Pascua. Las niñas de España, por tanto, estaban en deuda con ella. La carta al director se despedía de repente con un “le envía un beso su amiga Teresita” que me tuve que levantar a ver quién era el director. 

Carmencita

Franco quería ser un niño, o eso decían sus cantores más envenenados. En su peripecia por la vida privada del general, dos cuartillas y ninguna revelación de interés, más allá de que el Caudillo solía respirar oxígeno cuando tenía tiempo libre, Juan del Mar escribió que Franco daría todos los bienes de la tierra por los momentos inefables en que oye "reír a los niños y cantar a los pájaros", única música de su vida doméstica. “Su mano, desguantada, ha dejado de apoyarse en el pomo de una espada invicta: empuña la raqueta de juego de niños en el jardín. Quisiera ser un niño más, y lo es durante los momentos felices en que Dios le brinda de sosiego”.

 A veces en mitad de la guerra Franco cogía el coche y montaba a su mujer y su niña en una especie de road movie. Lo que hacían era atravesar el “severo paisaje castellano, bebiendo a bocanadas el aire grave y limpio de esta Castilla que le da el sentido exacto de la raza”, o sea que también respiraba . Un reportaje de la época describió esa alocada huida a ninguna parte en la que los tres llamaban a las puertas de un viejo monasterio “que se alza entre encinas y trigos en algún pueblo cuyo nombre recogió el romancero” y allí se ponían a rezarle a algún Cristo trágico o un santo milagroso, interrumpiendo de forma grave el viaje que anticipó el de Kerouac y Cassady pero marcha atrás. Rezaban juntos, los tres, “una plegaria sentida y cristalina por la gloria y el triunfo de España”.


No sé si Carmencita empezó a ser consciente de Franco antes que yo. Entre algunos de los pecados capitales de la familia está el de ocultarlo todo: hay quien muere viendo a un padre sólo como a un padre. La primera vez que me encontré con un Franco de bruces fue desinteresadamente, cuando estaba leyendo el libro de Jimmy Giménez Arnau y empezaron a salir Francos por todas partes como en una novela de zombis. Unos empiezan a saber de la dictadura por Vizcaíno Casas y otros vamos a lo práctico. Jimmy se encontró con Carmencita ya vieja, en su piso de Hermanos Becquer, y lo que le dijo la duquesa fue que se iba a jugar a las cartas a la Fundación. 

Es casi seguro que Carmencita supo antes del gin rummy que del franquismo, y aún no es seguro que lo sepa ahora. Después de Carmencita se nos apareció a Jimmy y a mí la Señora, a la que llamaba la Diosa de la Decadencia porque vivía en una nube de la que sólo descendía a atender asuntos minúsculos. “Sólo me queda ver ingratitud”, decía Carmen Polo deambulando por el piso entre cuadros de Paco, amargada porque le habían retirado la escolta.

Carmen Franco y Polo en su piso de Madrid

Cuando empecé a ir a misa a San Francisco Borja de los Jesuitas donde las señoras al salir le gritaban a Carmen que menudas pupilas tenía, también empecé a revelar algunos negativos que se habían quedado dentro, reportajes en los que de algún modo me había quedado a vivir y no encontraba la manera de sacarlos fuera. Era la presencia de Dios, el sustituto de Franco para la primera generación sin él: los primeros que no lo encontramos al lado de los crucifijos al llegar a clase, los primeros que no tuvimos que tropezárnoslo en cada foto de periódico o mosaico de verbena. Parte de lo que queda del franquismo es también lo que queda de Dios. La incrustación familiar del dictador en las casas como figura paternal y recta tuvo que ser sustituida a toda prisa por la de su segundo de a bordo.

En aquella iglesia ya no había franquismo sino restos de Dios, maderas del naufragio que el cura iba recogiendo de un lado a otro como si fuese a subirse de nuevo el telón.

Iglesia de San Francisco de Borja

El mérito de Carmencita es que esto lo ha pasado casi sin querer, obedeciendo al padre, que decía no meterse nunca en política, y dedicándose a la pobre "dolce far niente" que procuraba las estrecheces morales de la época: unos naipes, unos chistes malévolos, llegar tarde a misa, el locurón de viajar, o sea salir de España. De su marido el marqués, al que costaba diferenciar en sus buenos tiempos de la caricatura más exaltada, decía que estaba desequilibrado y que por eso no le hacía caso, ni ella ni ningún otro Franco. A la boda de Merry y Jimmy, con todos de etiqueta y trajes pesados en pleno bochorno, el marqués a los postres ya estaba vestido de tenista, y ocupó una pista a la que se fue a pegar bolas mientras los jóvenes le decían “marqués, no das una, marqués” y él los llamaba “socialistas”.

Carmencita no encontró una figura peripatética y horrorizada de sí misma en su padre, que tenía todas las papeletas, sino en su marido. No recibió amor, sólo algún salvoconducto, y el único escándalo caro que protagonizó en vida fue cuando la pararon en la frontera con un montón de oro.

Carmen Franco y Polo, marquesa de Villaverde

En el retorcimiento absoluto de sus trovadores en la gesta con la que pretendía equipararse al Cid se llegó a la conclusión de que en lugar de la guerra Franco había hecho una declaración de amor. 

“Es la preocupación central del alma del Caudillo", escribió Manuel Siurot. "Todo soldado que cae es un dolor para nuestro glorioso jefe. Esto nace del amor. Franco y sus generales aman al soldado, los jefes y los oficiales lo aman también y tienen que hacer dentro de las dificultades de la lucha el prodigio de ganarla con la sublime economía de sangre. Los rojos no aman de veras a sus hombres y por eso no se cuidaron de la sublime economía. Es la guerra no sólo una demostración de fuerza y de inteligencia, sino de amor. El día que las llamadas democracias conozcan el derroche de amor que Franco y los suyos están haciendo en la guerra no tendrán ojos bastantes para llorar de arrepentimiento (…) Saludemos, pues, al más grande economista de sangre que ha habido jamás en las guerras”.

Francisco Franco Bahamonde

Todo era amor entonces: el dictador del amor y nuestro mayo parisino del 36, cuando el país empezó a reventar de amor.

FUENTE: elpais.es
Manuel Jabois
 22/11/2015

AUNQUE NO LO CREAN, EL MUNDO TIENE FUTURO

Tiernos sentimientos en verso libre


La joven tinerfeña Sara Pérez Hernández publica su primer libro, el poemario "Entre beso y verso".

FUENTE: eldia.es
Cultura - Raúl Gorroño
18/11/2015





Aunque no lo crean: el mundo tiene futuro

Hay jóvenes que, aún, escriben Poesía.

ÚLTIMAS ENCUESTAS PREELECTORALES

 

Según las últimas encuestas, el PP obtendría entre 200 y 1.800 imputados.

 Anacleto Panceto

TAMBORES DE GUERRA, PÍFANOS DE DISTRACCIÓN

 

La amenaza yihadista se ha convertido en la excusa perfecta para el estado de excepción. Se trata de detener el pensamiento con el fin de culminar el propósito de echar el cierre a los derechos sociales, núcleo central de la L Legislatura que recién acaba (y que empezó no con las elecciones del 20N que ganaría Rajoy, sino cuando Zapatero, con apoyo del PP, reformó el artículo 135 para darle la más importante paletada de tierra al maltrecho estado social español). En toda Europa hay un criterio claro compartido por el bipartidismo vigente: terminar con el contrato social nacido de la derrota de la derecha tras la Segunda Guerra Mundial. Esa coincidencia es lo que explica la Gran Coalición que tienen los socialistas y Ángela Merkel en Alemania, prólogo a la gran coalición que el nostálgico de las dictaduras de Pinochet y Franco, Felipe González, recomienda para España sabiendo de su ascendiente sobre Susana Díaz.


El estado de excepción puede acabar con el Estado social, democrático y de derecho en nombre de la seguridad. Los seres humanos activamos con urgencia el hipotálamo -un avance evolutivo de la hominización– cuando el peligro acecha. Los seres humanos activamos el neocortex -un avance evolutivo de la humanización– cuando queremos pensar en el medio y largo plazo. La propuesta de Rajoy, en la que le acompañan un desconcertado Sánchez y un utilitarista Rivera, quiere que marchemos a las elecciones de diciembre con un anonadante ¡Que la patria se rompe! y un no menos conmocionador ¡Que vienen los moros a matarnos! La diferencia es que estamos en 2016 y convendría actualizar un poco el discurso.


Rubalcaba, que no fue un entusiasta de la salida de las tropas de Iraq, sabe que el Pacto Antiyihadista es la penúltima oportunidad de resucitar el moribundo bipartidismo. Por eso lo defiende con ese ánimo que invoca su “razón de estado” que nunca he compartido y que ha hecho mucho daño a la democracia española. Si queremos acabar con la amenaza yihadista, debemos dejar de vender armas a quienes luego las regalan al ISIS, cortarle la financiación acabando con el secreto bancario de los paraísos fiscales, cortar la cooptación acabando con las desigualdades en los suburbios de las grandes catedrales europeas y apoyando a los grupos moderados en esos países. Todo lo contrario que los bombardeos que sólo logran radicalizar a las víctimas. ¿No es eso lo que pasa cuando en nombre de los derechos humanos se deja a Raqa sin electricidad? Si quieres la paz, prepárate para la paz. Los latinos escribieron aquello de “si vis pacem, para bellum”. Y uno le puso ese nombre a una pistola. 


FUENTE: publico.es
Comiendo tierra
Juan Carlos Monedero
28/11/2015

29/11/15

LA TELE DE TODOS... ¡JA!

RTVE prohíbe a Bertín Osborne entrevistar a Pablo Iglesias

En el programa del pasado miércoles, Bertín entrevistó a Pedro Sánchez, líder del PSOE, y hará lo mismo con Mariano Rajoy en las próximas semanas.


El programa de RTVE 'En tu casa o en la mía' dirigido por Bertín Osborne no entrevistará al candidato de Podemos al 20-D, Pablo Iglesias, debido a la prohibición de la cadena pública.

Pablo Iglesias, líder de Podemos

El propio Bertín Osborne confirmó en una entrevista en El Mundo que estaba muy interesado en que Pablo Iglesias fuera su invitado. Pero RTVE se lo prohibió de forma rotunda. Según explica el presentador, la cadena pública se negó a llevar a más políticos: "Si llevamos a uno, hay que llevarlos a todos".

Bertín Osborne, cantante, actor y "presentador televisivo"

FUENTE: publico.es
Madrid - 26/11/2015




De todas formas, aunque la medida del ente televisivo sea discriminatoria, a mí, el Sr. Iglesias, terminaría de defraudarme si accediera a ser entrevistado por semejante impresentable.

¡Ah!... ¿Debo entender entonces que Pedro Sánchez (PSOE) y Mariano Rajoy (PP) no son políticos?

ALBERT RIVERA Y MIGUEL DURÁN

De cuando Albert Rivera fichó a Miguel Durán con la mediación de Ariza y el apoyo de un multimillonario irlandés

Cartel electoral de Ciudadanos - Libertas en las elecciones europeas celebradas en 2009.
Cartel electoral de Ciudadanos–Libertas en las elecciones europeas celebradas en 2009.

Fue Albert Rivera quien fichó, directa y personalmente, a Miguel Durán como cabeza de lista de la candidatura Libertas-Ciudadanos a las elecciones europeas de 2009. El presidente de Intereconomía, Julio Ariza actuó de mediador, los puso en contacto. La operación terminó por concretarse en el restaurante “Príncipe y Serrano”, de la capital de España, del Grupo Arturo, propiedad del expresidente de CEIM, Arturo Fernández.

Lo de Duran con Libertas-Ciudadanos fue un fichaje exprés que sorprendió a propios y extraños. Según declaró el propio Durán, “el primer ‘input’ lo tuve en enero pero dije que no. Yo estaba muy bien con mis pequeños negocios y mis tertulias. Cuando ya me había olvidado, el 24 de marzo, Julio Ariza me llamó para preguntarme si podía darle mi teléfono a Albert Rivera, que estaba interesado en hablar conmigo. Quedé a comer con Rivera el día 25. Me dijo que para hacer algo en las europeas necesitaban a alguien con tirón, a un candidato que fuera conocido, y que había pensado en mí”. Rivera, como se ve, no habló de ideas, ni de los objetivos del proyecto, sino que buscaba un mediático.

Declan Ganley, líder de Libertas

Al día siguiente, el ex presidente de la ONCE quedó a cenar con el empresario irlandés Declan Ganley, líder de la plataforma electoral Libertas, por la que se presentó Ciudadanos para las elecciones al Parlamento Europeo. “Me explicó por qué había votado ‘no’ al Tratado de Lisboa y yo le dije que no iba a ser un candidato títere, que me gustaba el trabajo en equipo”. El 14 de abril, en el restaurante “Príncipe y Serrano”, cerraban el acuerdo con la firma de dos ejemplares, uno en inglés y otro en español. La firma se hizo en presencia tanto de Albert Rivera como de Julio Ariza, quien, por cierto, tenía un amplio intercambio publicitario con el Grupo Arturo, así que el almuerzo corrió a cargo de Intereconomía.


Julio Ariza, propietario de Intereconomía

La sorpresa del, en apariencia, rutilante fichaje, tenía algunos motivos razonables. En una operación de alto contenido católico, podía sorprender que la encabezara quien había liderado Tele 5 en su etapa más chabacana, la Tele 5 de las Mama Chicho. Miguel Durán fue presidente de Tele 5 y Onda Cero, como proyección de su cargo de presidente de la ONCE y en calidad de hombre de Silvio Berlusconi. Durán fue relevado en 1996 por cambio del accionariado. Fue imputado en 1998 por Baltasar Garzón y acusado por el fiscal Anticorrupción, Carlos Castresana, quien le imputaba tres delitos continuados contra la Hacienda pública, falsedad, otorgamiento de contrato simulado y administración desleal, y pedía 14 años de cárcel y 133 millones de euros. Fue absuelto por la Audiencia el 19 de abril de 2007. Durán siempre argumentó que el objetivo era Silvio Berlusconi, cuya imputación tuvo que dejarse en suspenso al acceder a la presidencia de Italia. Pero aquello dejó una sombra de duda en la biografía de Miguel Durán. Sus polémicas como presidente de la ONCE y luego en la oposición habían sido agrias. Algunas de las más sucias artimañas se habían canalizado a través de Intereconomía. Actualmente, Miguel Durán es el abogado de Julio Ariza en el sumario por los ataques informáticos a la web pronoticias, de Pedro Aparicio. No era Durán un personaje sin aristas y mucho menos una personalidad que sugiriera algo así, por alguna de sus costuras, como regeneración.

Albert Rivera, líder de Ciudadanos

Tenemos, pues, a los cuatro urdidores de la fracasada candidatura: el multimillonario irlandés, Declan Ganley, el financiador, que presentaba listas en todas las naciones de la Unión Europea, en las elecciones de 2009 al Parlamento de Estrasburgo, con la finalidad de formar un grupo pro-vida; la cabeza política, Albert Rivera; el candidato, Miguel Durán, y el mediador, que aportaría el soporte mediático a la candidatura, Julio Ariza.



La candidatura se denominó Libertas-Ciudadanos, no sólo Libertas. Miguel Durán ejerció, en aquel tiempo, de militante, dirigente y portavoz de Ciudadanos, de hombre fuerte de Albert Rivera. No fue un personaje accesorio, sino que tomó parte activa en la formación, que vivía un momento sumamente delicado, puesto que tenía tres diputados en el Parlament, además de Albert Rivera, estaban José Domingo y Antonio Robles, que abogaban por la integración en UPyD, formación entonces mucho más fuerte. Albert Rivera se negaba. Años después, se volverían las tornas. Domingo y Robles, que pedían su dimisión, iban a darse de baja en el partido. Como un dirigente con mando en plaza, Durán declaraba que “UPyD quiere comprar Ciudadanos a coste cero”. Eso tenía inquietantes consecuencias económicas: “Ahora mismo en el Grupo Mixto sólo se encuentra Ciudadanos, gracias al cual recibimos unas subvenciones que Rivera mete directamente en el partido. Si nos echan del Grupo Mixto, adiós a las subvenciones. El partido estaría económicamente malherido. Los hemos denunciado (a Domingo y Robles) acogiéndonos al Pacto anti-transfuguismo y espero que la Mesa nos dé la razón”, señalaba Durán. Es decir, Ciudadanos no sólo padecía una crisis interna, que afectaba a su presencia parlamentaria, sino que se asomaba peligrosamente a la ruina. Declan Ganley era una oportunidad de oro, un multimillonario de chequera fácil y Albert Rivera estaba bien dispuesto a cambiar de principios y a pasar del centroizquierda proclamado a la derecha euroescéptica y confesionalmente católica. Quienes conocen personalmente a Albert Rivera coinciden en definirle como un oportunista.



Libertas no tuvo base electoral, careció de organización sustentadora y naufragó con tal estrépito (22.903 votos, el 0,15 de los emitidos), que los protagonistas han borrado el episodio de sus biografías. Se suponía que toda la operación descansaba, con éxito casi asegurado, en el apoyo mediático del Grupo Intereconomía, pero Julio Ariza sobrevaloró la influencia de sus medios, específicamente de la televisión y de su programa estrella “El gato al agua”, además de que para ese momento estaba completamente implicado, sin restricciones, a favor del PP, de modo que el apoyo se redujo a la omnipresencia de Miguel Durán en “El gato al agua” y otros programas de debate político, pero como un contertulio más. Es obvio que Ariza no quiso incomodar al PP. Puso una vela a Miguel Duran y los reflectores, en Génova.


A dónde fue a parar el dinero aportado por Declan Ganley –lo hubo y no poco, un millón de euros- es un misterio que debe ser desvelado. Es un imperativo ético para un Albert Rivera autoerigido en campeón de la transparencia y en jacobino de pastaflora.

FUENTE: elplural.com
Enrique de Diego
23/11/2015
 

Hay algo que me descoloca: El logotipo de Intereconomía es un toro con una sola pata, pero con una clara querencia hacia la izquierda. ¡Pa' mearse!


Habría que darle algún premio al "toletismo" del diseñador, y otro al facherío, por no caer en tremendo detalle.

POR POCO LE DA UN PASMO

Sorpresa mayúscula de Mariano Rajoy al ser llamado "presidente de la República" por una simpatizante del PP

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El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha visitado hoy la localidad valenciana de Massanassa, donde, efectuando una llamada telefónica para solicitar el voto, ha protagonizado la anécdota de la jornada.






¡Pues sí!... ¡por poco le da un pasmo!







pasmo
Del lat. vulg. pasmus 'parálisis pasajera producida por un enfriamiento', este del lat. spasmus 'espasmo, convulsión', y este del gr. σπασμός spasmós.
1. m. Admiración y asombro extremados, que dejan como en suspenso la razón y el discurso.
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28/11/15

CORAJES Y CERTEZAS


"OJALÁ..."

Albert Rivera: "Ojalá no estemos ante una Tercera Guerra Mundial"


YIHADISMO: "Me parecería un poco raro que si nos piden ayuda los franceses, los ingleses, los norteamericanos, nosotros digamos: ‘Oiga mire, que nos pillan en elecciones’"

20-D: "Estoy dispuesto a formar un Gobierno monocolor con independientes propuestos por cualquier partido, o por dos o por tres"

INDEPENDENTISMO: "Si se suspende la autonomía en Catalunya, el responsable será Mas"

 
MEMORIA HISTÓRICA: "Quiero hacer como los norteamericanos: enterrar dignamente a nuestros muertos independientemente del bando en que lucharan"

 El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, en el hotel Palace de Madrid, donde mantuvo una entrevista con 'Público'. JAIRO VARGAS
El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, en el hotel Palace de Madrid - JAIRO VARGAS

Le da pudor hacerse una foto frente al Congreso por si se molestan los agentes que lo custodian. Y eso que es ahí donde, con toda probabilidad, ocupará un escaño los próximos cuatro años. Aunque Albert Rivera (Barcelona, 1979) prefiere soñar con La Moncloa. Las encuestas no le ofrecen esa meta, pero, para él, "imposible es sólo una opinión".  El presidente de Ciudadanos (C's) ya no se conforma con ser bisagra y se niega a hablar de pactos hasta tener la suma de escaños encima de la mesa el 20 de diciembre. 

Hay dos cuestiones con las que no le tiembla el pulso: la unidad territorial y la amenaza terrorista del Estado Islámico. En la primera se niega a ser tremendista porque se ve como la "mejor solución" al independentismo catalán. En la segunda, en cambio, no lo tiene tan claro. Frente al terror yihadista, mano dura. Aunque eso suponga entrar en una guerra...


Madrid - 26/11/2015


Mire, Don Alberto: La III Guerra Mundial lleva años en curso, lo que ocurre es que no viene a ser una guerra como las anteriores. Ahora es un conflicto atomizado; distintos focos a la vez, nutriendo a las empresas mundiales de armamento.  

Otra cosa: ¿Saben ustedes lo que habría dicho mi abuelo Juan, si todavía viviera, ante el pudor manifiestado por Rivera de hacerse fotos frente al Congreso?:

- ¡Cagón!


27/11/15

MUERTE DE UN POETA


En Arabia Saudí han condenado a muerte a un poeta y en España han quitado la Filosofía del plan de estudios. No lo parece, pero ambas operaciones, curiosamente, son simétricas. No hay nada que el poder tema tanto (sea del signo que sea, totalitario, democrático, de derechas o de izquierdas) como la cultura, la libre circulación de pensamiento, ciudadanos bien informados. Arrinconarla, volverla un trasto inservible o, peor aun, un lujo inútil, resulta una estrategia mucho más sutil que el encarcelamiento, el tiro en la nuca o la hoguera. De la quema de libros (y de sus respectivos autores), en Europa hemos pasado al expositor de novedades. Es mucho más eficaz perder un libro valioso entre un montón de bazofia editorial que intentar destruirlo para siempre: de inmediato el halo de lo prohibido atraerá a miles y miles de lectores. Por eso la alfabetización supone un peligro mucho mayor que el analfabetismo. Que cualquier ente más o menos televisivo sea capaz de perpetrar páginas más o menos gramaticales no lo convierte de la noche a la mañana en escritor. Un montón de páginas impresas y encuadernadas no forman una novela. 

El poeta palestino Ashraf Fayad

Ashraf Fayad, un joven poeta palestino, ha sido condenado a muerte en Arabia Saudí por escribir un libro de poemas: Instrucciones en el interior. Las razones que esgrimen sus jueces son banales y absurdas, ni siquiera merece la pena detenerse en ellas. Unos dicen que su lectura incita al ateísmo, otros que es una apostasía del islam. El delito de apostasía también se barajó en su día contra Los versos satánicos, la gran novela de Salman Rushdie, cuya publicación le valió una fatwa por parte del imán Jomeini. Recuerdo que compré Los versos satánicos un domingo en la Feria del Libro de Madrid y cuando llegué a casa, me enteré de que ese mismo día había muerto Jomeini. No suelo firmar mis libros pero me apresuré a consignar en la primera página de mi ejemplar ese soberbio acto de justicia poética. Al igual que la de Rushdie, la sentencia contra Fayad viene a corroborar un hecho fundamental que solemos olvidar: que la literatura está viva y que es un peligro para el poder. Un peligro público. Precisamente porque está viva siempre habrá alguien que quiera verla muerta. 


Aparte de los imanes y los ayatolás islámicos, no faltaron, para vergüenza nuestra, multitud de voces libres que se sumaron (desde la derecha y desde la izquierda, desde el catolicismo y el ateísmo) a criticar la actitud imprudente de Salman Rushdie. Puesto que había ofendido a los creyentes del islam, los nuevos savonarolas se dedicaron a trazar nuevas rayas entre lo que puede y lo que no puede decirse. Fue una bajada de pantalones (y de valores) similar a la de quienes criticaron la temeridad y el mal gusto de los dibujantes de Charlie Hebdo que acabaron asesinados a tiros. Todavía no comprenden que con esas palabras estaban justificando el crimen.

Quema de libros

Hace unos años, en 2009, José Manuel Prieto recordaba en Letras Libres los pormenores de su traducción del Epigrama contra Stalin, el impresionante poema satírico que le costó la vida a Osip Mandelstam. Fue la víctima más ilustre, aunque por desgracia no la única, de esa infame trituradora de carne humana en que se convirtió la dictadura estalinista. Por citar sólo un dato, en la noche del 12 al 13 de agosto de 1952, fueron ejecutados en los sótanos de la Lubyanka trece poetas, músicos y actores yiddish, que en su día formaron parte del Cómite Judío Antifascista y que fueron acusados de conspirar para la creación de un estado judío en Crimea. Ya dije que los motivos esgrimidos por los verdugos son absurdos y banales: lo que cuenta es el crimen. A Fayad, lo mismo que a Mandelstam, a Lorca o a Miguel Hernández, van a matarlo por escribir poesía de verdad, por cantar a los hombres en lugar de a Dios, a la luna o a las flores.


FUENTE: publico.es
Punto de Fisión
David Torres
24/11/2015