4/11/15

LOS CAMINOS DE LA FELICIDAD

 
A principios del siglo XX, un antropólogo del Gobierno colonial belga se topó en el corazón de la selva congoleña con un grupo de pigmeos. Cuentan que aquellos hombres, prácticamente desnudos y desposeídos de casi todo, le parecieron tan risueños que no pudo resistirse a preguntarles si se sentían felices. Para su sorpresa, los pigmeos no supieron qué contestar. No entendían la pregunta. Los términos feliz y felicidad no estaban en su vocabulario por la sencilla razón de que no los necesitaban. (…)


En un mundo donde los indicadores globales de riqueza están aparentemente en alza, algo no cuadra cuando a la vez las enfermedades psicológicas, la depresión, la angustia o las urgencias psiquiátricas van en aumento. Quizás, los pigmeos con los que se topó el antropólogo colonial belga en el siglo pasado no sabían lo que era la felicidad, pero eran bien felices, y hoy tenemos aparentemente muchas cosas que nos deberían procurar una felicidad que no es tanta como cabría esperar. ¿Será que la misma obligación de ser felices genera infelicidad?

Rovira, Álex: La buena vida

No hay comentarios:

Publicar un comentario