Franco está muerto, pero mal enterrado
Es un chiste viejo. Un visitante pasea por el cementerio cuando de pronto oye los gemidos de alguien que, sacando la mano de su tumba, repite una y otra vez ‘¡Que no estoy muerto, que no estoy muerto! El paseante solitario se acerca a la tumba y le pisotea la mano para que vuelva a ocultarla bajo tierra mientras le dice ‘¡Tú lo que estás es mal enterrado!’.
Pues a Franco le ocurre algo parecido: sí que está muerto, pero sigue mal enterrado. Nadie lo diría teniendo en cuenta el funeral que tuvo, pero así es. De hecho y paradójicamente, la prueba incontestable de lo mal enterrado que está es, justamente, aquel impresionante y multitudinario entierro que tuvo.
Traslado del féretro de Franco para ser enterrado en el Valle de los Caídos
Cuarenta años después sigue tan mal enterrado como lo estaba en aquel frío noviembre de 1975, en que una parte significativa pero no mayoritaria del país lloraba su muerte, mientras la otra respiraba aliviada de qu, por fin, el viejo canalla la hubiera palmado. ‘Franco ha muerto’, decían los titulares de todos los periódicos, aunque no pocos de los periodistas que escribían en ellos hubieran preferido titular ‘Franco YA ha muerto’.
Como el precio de de ese adverbio era la cárcel, nadie lo escribió.
Captura de pantalla de un vídeo grabado en la puerta de la iglesia de San Fermín de los Navarros (Madrid), donde ayer,
20 de noviembre de 2015, se rindió homenaje a Francisco Paulino Hermenegildo Teódulo Franco Bahamonde y a José Antonio Primo de Rivera y Sáenz
Parte de aquel precio fue, como diría el del chiste, enterrar mal a Franco. No había más que oír este jueves a Bertín Osborne en la radio “encabronándose” al mentarle las víctimas republicanas o contemplar hace unas semanas al ignorante senador por Murcia José Joaquín Peñarrubia proclamando que “ya no hay fosas que descubrir”, para concluir que, en efecto, cuarenta años después, el dictador sigue mal enterrado.
FUENTE: andaluces.es
Política - 21/11/2015
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