El asesinato de Bernabé, entre la sinzarón de 1936 y el olvido de 2015
Aterrorizada, volvió a consolar a sus
hijos. Pero con las primeras luces del alba y de la mano del pequeño
Pascual, de diez años, enfiló el camino por donde se había perdido el
camión y llegó hasta la tapia del cementerio del municipio colindante de
Velilla de Jiloca. Frente a la esquina sudeste del camposanto, la
tierra acababa de ser removida. A tres metros bajo tierra, juntos tras
recibir el tiro de gracia, yacían los dos cuerpos. Y así permanecieron
durante casi setenta y nueve años. Hasta el pasado lunes.
Cráneo de Bernabé, fusilado por las tropas franquistas en noviembre de 1936.- ARICO
Setenta y nueve años después, tras cuatro días de trabajo de campo, el pasado 27 de julio, los restos fueron finalmente exhumados por el equipo arqueológico
coordinado por la Asociación para la Recuperación e Investigación
Contra el Olvido (A.R.I.C.O.) en colaboración con la Asociación Charata.
El proceso comenzó en 2012, cuando los nietos de Bernabé, Miguel y
Francis, entregaron toda la información y documentación de que disponían
a Miguel Ángel Capapé, presidente de A.R.I.C.O. Como señala Javier
Ruiz, arqueólogo y cofundador de Charata, durante el período inicial
“los trabajos se centraron en el análisis de los registros civiles,
sindicales, políticos y militares de Aragón, el estudio de las imágenes aéreas norteamericanas de los años 1945 y 1956, las entrevistas con vecinos y familiares y la obtención de los permisos necesarios.”
Sus familiares creen que el asesinato no tuvo
connotaciones políticas ya que Bernabé era un hombre de campo,
analfabeto y sin inclinaciones ideológicas. Según explica Miguel
Serrano, uno de sus nietos, pudo deberse a “una discusión entre el cacique y él,
en la que Bernabé se quejó de haber recibido menos dinero del acordado
por sus jornales. Algo que no gustó al terrateniente.” En los tiempos
que corrían, no hizo falta nada más.
Expulsados de sus tierras
La familia abandonó su hogar y sus pequeñas
parcelas de olivares fueron expropiadas. Así pues, se trasladan a
Zaragoza en 1937, donde Gregoria y sus hijos desempeñan diversos
trabajos, desde el reparto de prensa a la confección de camisas.
Entre los años cuarenta y cincuenta, Pascual escapa a Francia, para
evitar el servicio militar. Esta huida le impedirá volver a España hasta
después de muerto Franco. Por ello se establece en el sur de Francia
(donde aún hoy habitan numerosos familiares) y comienza a recibir inmigrantes,
exiliados y fugados españoles, entre ellos varios familiares, a quienes
facilita su llegada e integración social y laboral. Tanto la parte
francesa de la familia como la española “sufrieron mil miserias”.
Durante
la Guerra Civil, Aragón estuvo dividido de norte a sur y se convirtió
en uno de los frentes más importantes, junto al de Madrid. Debido a la
cantidad de pequeños agricultores, la fuerte presencia de la UGT y a
los sindicatos anarquistas en contraposición con los grandes
terratenientes y acantonamientos militares de Zaragoza, Calatayud, Jaca o
Huesca; la lucha fue intensa tanto en el frente como en las
retaguardias. También lo fue el número de víctimas. Su ubicación
geográfica convertía a Aragón en clave de las ofensivas franquistas
hacia el mediterráneo y de los intentos republicanos por conectar con
las regiones leales de Asturias, Cantabria y País Vasco. Un claro
ejemplo de la importancia estratégica de la región son las sucesivas
batallas libradas en Huesca, Belchite, Teruel y el bajo Ebro.
Ni una fotografía
A pesar de contar con la colaboración de
voluntarios, el coste limita la dimensión de las exhumaciones. Así lo
destaca Ruiz, quien asegura que “una prueba de ADN cuesta en torno a
1.000 euros. Por ello, intentamos hacer pequeñas exhumaciones (de dos a
cuatro personas), que permitan mantener el tema a la vista y para las
cuales seamos (financieramente) capaces”. Ante la falta de fondos, las grandes fosas permanecen en el olvido, los restos de las víctimas se deterioran, los testigos y familiares se van muriendo. Y la historia y la justicia se pierden.
Exhumación por crowdfunding
La fosa con los restos de Bernabé
Capapé apunta a la falta de financiación y apoyo
público como factores que han obligado a plantear las campañas de
crowdfunding. Mediante la última de éstas han recaudado los 8.000 euros
necesarios para abrir la fosa. A pesar de que “los socios no cobran, las
exhumaciones tienen unos costes fijos como las pruebas de ADN, el alquiler de maquinaria o el trabajo de investigación.”
En su opinión, “la solución no pasa porque una asociación reciba
subvenciones. Aunque éstas pongan su experiencia y documentación, el
trabajo debería llevarlo a cabo la Administración. Sería mucho más
barato, porque contratando un equipo fijo, en dos años estarían todos
los desaparecidos fuera de las fosas.”
Por su parte, el experimentado arqueólogo vasco Javier Ortiz, destaca la necesidad de arrojar luz sobre la historia. “Si nosotros, desde la calma y la normalidad, no sacamos a la luz todo lo que pasó, la historia se deforma. Por eso, vamos a salir ahí y vamos a buscar la verdad. Pero ni la tuya ni la mía, la verdad. No tiene porque gustar, pero aún así lo contaremos.”
Todos ellos coinciden en la necesidad de despolitizar las exhumaciones y la Ley de Memoria Histórica para facilitar “que los descendientes de una persona puedan localizarla, enterrarla y tener un sitio al que llevarle flores” al margen de su ideología. La pasividad institucional y la reticencia de algunos partidos tienen, para Ortiz un origen claro: “Es una falta de voluntad política. Y punto. No hablamos de utopías. Esto es muy fácil. Si lo estamos haciendo cuatro pringadillos, con nuestros propios medios y poco más, ¿cómo no va a poder hacerlo el Gobierno español? ¿Qué nos están diciendo, que nosotros tenemos más medios o más capacidad? Lo único que tenemos es voluntad.”
Miguel coincide plenamente con este razonamiento. Para él se trata de “un acto de justicia, de vergüenza y de dignidad. Fuera quien fuese, no se puede dejar a nadie fuera”. Desde el agradecimiento hacia quienes han colaborado en la exhumación y en el crowdfunding, Miguel insiste en que “este país no cambiará en nada hasta que lo saquemos adelante los hijos de la vergüenza”.
FUENTE: publico.es
Pau Garcés
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