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16/3/16

"MEMORIA HISTÓRICA Y SUPERACIÓN DEL PASADO"

“Los contenidos de memoria histórica deberían haber llegado a las aulas hace décadas”

Walther Bernecker, investigador alemán de la Universidad de Erlangen-Nuremberg, ha participado en el IX Encuentro Internacional de Investigadores del Franquismo, celebrado recientemente en la Universidad de Granada. Su conferencia sobre ‘Memoria histórica y superación del pasado en la búsqueda de similitudes entre España y Alemania’ le permitió arrojar conclusiones sobre la analogía de los crímenes de exterminio que se vivieron en ambos países, aunque en guerras muy diferentes.

Decía Mario Benedetti que el olvido está lleno de memoria. ¿Qué ha pasado en España para que hayamos tardado tanto en reconocer nuestro pasado?

Que en España la sociedad ha empezado muy tarde a ocuparse críticamente de su pasado de guerra y dictadura, se debe, en primer lugar, a la larga duración del régimen franquista, en el que no era posible un análisis serio y crítico de la política de los vencedores de la Guerra Civil, y al tipo de democratización impuesto después de 1975, cuando había que crear muchos compromisos con los “poderes fácticos” y se prefirió prescindir (en la sociedad y la política) de un tratamiento demasiado estricto de la guerra y de la dictadura para no hacer peligrar la transición a la democracia.

¿Qué culpa tiene la ciudadanía? 

Yo no hablaría de “culpa”, y mucho menos de culpa de la ciudadanía, pues siempre hay que considerar el contexto en el que acontece algo, y este contexto fue muy adverso a un acercamiento crítico al pasado. Pero sí es verdad que los políticos podían haber avanzado más en este tema tan difícil y espinoso ya en la primera fase después de la muerte del dictador y, ante todo, después de 1982, cuando la democracia ya estaba plenamente establecida.

En 1982 el PSOE alcanzó la mayoría absoluta, obteniendo 202 diputados de un total de 350

Después del fracaso de las políticas de memoria, ¿diría que en este país perviven las dos Españas?

Esa imagen de las ‘dos Españas’ enfrentadas, que viene del siglo XIX y fue tantas veces utilizada en el siglo XX, sugiere dos Españas antagónicas que incluso están decididas a enfrentarse bélicamente para conseguir cada una sus fines. En este sentido radical del término, naturalmente ya no existen las dos Españas de antaño. Pero sí llama la atención que hasta hoy no se haya llegado –ni en la sociedad ni en la historiografía- a una especie de consenso básico sobre cuestiones tan importantes para la historia del país como la responsabilidad primaria para el comienzo de la Guerra Civil. En este sentido, la sociedad española y los estudiosos siguen muy enfrentados.


¿Qué diferencia existe con el proceso de reconocimiento de las víctimas en Alemania?

La diferencia más grande es el tipo de guerra que se ha librado: en España se trata de una guerra civil en la que se enfrentaron españoles con españoles; en Alemania, se trata de una guerra internacional, en la que (primero) muchos alemanes creían que tenían que enfrentarse a la agresividad del exterior. Más tarde, cuando ya no había lugar a dudas de la responsabilidad sobre la Segunda Guerra Mundial, el debate se deslizó hacia la cuestión del Holocausto, y desde finales de los años sesenta (procesos de Auschwitz) se puede decir que la sociedad alemana ha asumido la responsabilidad del régimen nazi acerca de los horrores de la guerra y ante todo del Holocausto. Como en España en la guerra hubo víctimas inocentes en ambos lados de la contienda*, el reconocimiento de las víctimas era (y es) más difícil, por lo menos en lo referente a la Guerra Civil. Después de 1939, no hay dudas sobre quién fue víctima y quién victimario.

  Franco saludando a Hitler en Hendaya

¿El dato clave podría ser, sencillamente, que Hitler perdió la guerra y Franco la ganó?

Este es un elemento crucial, pero hay que mencionar otros, pues el régimen nazi no solo perdió la guerra militarmente, sino también moralmente, lo que salió a la luz del día poco a poco, según se iba descubriendo toda la atrocidad de los crímenes nazis. Fueron los aliados los que empezaron con un proceso de “desnazificación” y después siguieron durante décadas (hasta hoy) procesos contra criminales de guerra. La victoria de Franco en la Guerra Civil impidió todo tipo de penas judiciales y de debates político-morales, incluso (debido a las leyes de amnistía) después de la muerte del dictador.

¿Le sorprende como europeo el hecho de que la derecha española no condene con rotundidad la dictadura y sus crímenes?

  Víctimas del franquismo

A la altura del año 2016, sí es extraño que ciertos círculos derechistas sigan teniendo problemas con aceptar la realidad, cuando la inmensa mayoría de los españoles de hoy por motivos biológicos no tiene y no puede tener responsabilidad personal de nada de lo que ha ocurrido hace ochenta años. La única explicación reside en que se trata de una “derecha sociológica” cuyos representantes proceden (en gran parte) del franquismo y quieren aglutinar todos los votos de la derecha cuyo imaginario es tan adverso a todo lo que podría llamarse “izquierda” que no están en condiciones de diferenciar.

La cantidad de archivos y documentación del holocausto ha ayudado a superar mejor esta etapa. ¿Cree que es uno de los problemas que ha habido en España, esa falta de acceso y de erradicación de huellas?

Indudablemente, la restricción en el acceso a archivos ha sido un impedimento agravante para los historiadores. Pero hoy en día, prácticamente ya no hay lagunas en el conocimiento de la guerra y sus secuelas dictatoriales. Si sigue habiendo posiciones ferozmente enfrentadas sobre problemas cruciales de la historia de España en el siglo XX, no es por desconocimiento de las fuentes o por lagunas en la investigación, sino por ceguera ideológica que no quiere aceptar los resultados de la investigación histórica.

¿Qué opinión le merecen las actuaciones que se llevaron a cabo contra el juez Garzón cuando comenzó a investigar los crímenes franquistas? Como alemán que ha vivido en su historia procesos como los juicios de Nuremberg, ¿lo ve una barbaridad?

Si bien en un sentido formalista-jurídico Garzón posiblemente haya traspasado sus atribuciones, no hay duda que relevarle de su puesto e impedir que siguiera investigando los crímenes del franquismo fue una decisión política con la intención de impedir que sacara a la luz jurídica del día lo que historiadores ya sabían y habían publicado. Este tipo de conducta consistente en impedir la acción libre e independiente de un juez no es digna de un Estado europeo en el siglo XXI.

Los historiadores españoles y expertos memorialistas hablan de genocidio franquista y de crímenes de lesa humanidad. ¿Se pueden comparar las atrocidades vividas en su Alemania natal a las vividas en España?

Se pueden comparar, pero no igualar. No hay ninguna duda sobre las atrocidades cometidas en la Guerra Civil y después, pero el Holocausto fue el intento de exterminio “industrializado” y sistemático de todo un pueblo de la faz de la tierra. Decir que los crímenes masivos del franquismo no fueron lo mismo que el Holocausto, no quiere decir –que quedo esto claro- que fueron menos atroces e inhumanos.

Fosa común de republicanos fusilados en Estépar (Burgos)
Fotografía de Mario Modesto Mata
 
¿Qué diría a los políticos que se debe hacer para superar el pasado y asumir la memoria?

En primer lugar, hay que ver este tema como lo que es: un aspecto importantísimo para la sociedad española de “higiene memorialística” (como lo es para todas las sociedades con un pasado tan violento como la española). No se debe obstaculizar en ningún momento la labor de la memoria histórica y de las asociaciones que recuperan estas memorias históricas. Muy al contrario, hay que fomentar esta labor. Lo mejor para una sociedad es asumir todo su pasado, sin restricciones mentales, y el mejor método para lograr esto es continuar el debate sobre qué clase de memoria preservar (ya que nunca será posible lograr una homogeneización de las diferentes memorias históricas), sobre cómo hacerlo, en nombre de quién y con qué finalidad. No puede ni debe haber un “punto final”, igual que no puede haber una simple y única narrativa sobre el pasado.

Actualmente se está tramitando el anteproyecto de ley de la Memoria Democrática en Andalucía, donde habrá multas para las instituciones que no quiten los símbolos del régimen de Franco de las zonas públicas ¿cómo valoraría este tipo de medidas? ¿Y la llegada a las aulas de contenido como la memoria histórica?

La exaltación de un régimen dictatorial que ha cometido crímenes masivos, es inaceptable en una sociedad democrática que se basa en valores humanísticos. Por lo tanto, lo que hay que hacer es implementar la Ley de Memoria Histórica del año 1977. Y que finalmente lleguen contenidos como memoria histórica a las aulas es algo absolutamente necesario que debería haber ocurrido ya hace algunas décadas.

¿Cómo valoraría el problema de que los jóvenes españoles no conozcan apenas lo que ocurrió en su país hace 80 años? ¿Qué importancia tiene en Alemania conocer la dura etapa del nazismo entre las nuevas generaciones?

El desconocimiento del pasado no es solamente un fenómeno de los jóvenes españoles. Me atrevería a decir que es un fenómeno generalizado, por lo menos en Europa. Hay quien minimiza esta interpretación crítica diciendo que la postura de los jóvenes de no interesarse por el pasado es muestra de vida “normal” en un Estado democrático que no ven amenazado por riesgos dictatoriales, pero éste me parece ser un argumento peligroso, pues tendencias autoritarias pueden resurgir muy fácilmente –también en Europa, como se está viendo últimamente. Y en cuanto a los jóvenes alemanes, la respuesta tiene que ser diferenciada: en las aulas escolares, el tiempo del Tercer Reich, la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto son temas que se tratan detallada y extensamente, pero en muchos casos el interés decae después de los años escolares y los conocimientos también son reducidos.

FUENTE: andaluces.es
CIUDADAN@S
María Serrano
15/03/2016

¡Sí!... Esta claro que "en la guerra hubo víctimas inocentes en ambos lados de la contienda"* Eso sucede en todas las confrontaciones bélicas, donde se matan los unos a los otros como locos, pero lo verdaderamente grave del franquismo fueron los múltiples crímenes cometidos una vez finalizada la contienda. Mataron a miles de personas por el simple hecho de pensar diferente, y muchos de esos cadáveres siguen sin ser identificados, enterrados en fosas comunes o arrojados a simas y barrancos. Y ahí está el quid de la cuestión: a pesar de los años transcurridos, los herederos del franquismo, intentan por todos los medios que la Ley de Memoria Histórica no salga adelante, no vaya a mancharles el apellido con barro y sangre.

19/12/15

RADICALES

Querer exhumar la fosa común de Ciriego es de radicales según el PP


Ana González Pescador acusa a la oposición de estar anclada en el pasado, y ha asegurado que el cementerio cumple con la normativa.

La concejala de Economía del Ayuntamiento de Santander, Ana González Pescador
La concejala de Economía del Ayuntamiento de Santander, Ana González Pescador
La concejala de Economía, Hacienda y Patrimonio de Santander, Ana González Pescador, ha lamentado que el "tripartito de izquierda radical" de la oposición municipal "siga permanentemente anclado en el pasado", mientras el equipo de Gobierno (PP) se dedica a "trabajar 24 horas por construir el futuro" de la ciudad. Todo porque Ganemos Santander Sí Puede ha anunciado que presentará una moción en el próximo pleno municipal para pedir la exhumación de la fosa común del cementerio civil de Ciriego, de gestión municipal, cumpliendo así con la Ley de Memoria Histórica.

González Pescador ha censurado así la actitud del PSOE, Ganemos e Izquierda Unida y su "recurrente utilización" de la Ley de Memoria Histórica para "atacar" al equipo de Gobierno que, según ha dicho, está dando "cumplimiento de manera progresiva y desde la normalidad política a esta norma", que el cementerio de Ciriego "ya cumple estrictamente". Sin embargo, no ha expuesto los motivos por los que todavía no se ha llevado a cabo dicha exhumación.

 Fosa común del cementerio de Ciriego 

La concejala ha subrayado que Ciriego ha sido el primer cementerio de España en llevar a cabo todas las gestiones necesarias para honrar y dignificar la memoria de los hombres y mujeres que yacen en fosas comunes, antes incluso de la aprobación de la Ley de Memoria Histórica.

Así, ha recordado que el 14 de abril de 2001, coincidiendo con el aniversario de la proclamación de la Segunda República, se erigieron en Ciriego nueve monolitos, frente a las fosas comunes, con los nombres de las personas inhumadas allí.
 
Además, en diciembre de 2006, atendiendo una solicitud del presidente de la Asociación Héroes de la República y de la Libertad, Antonio Ontañón, se elaboró un libro de registro en el que aparecen, por orden alfabético, los nombres de las personas inhumadas en esas fosas.

Vista del cementerio de Ciriego (Santander)

El propio Ontañón había publicado tres años antes, en febrero de 2003, el libro 'Rescatados del olvido. Fosas comunes del Cementerio Civil de Santander', para cuya elaboración se le autorizó acceder a los libros de registro general de inhumados en Ciriego.

En ese libro se cifra en 850 las personas que yacen en las fosas comunes de Ciriego, según ha agregado González Pescador, quien ha afirmado que Ganemos "miente" al hablar de 1.300 en su moción. Las investigaciones de Ontañón han identificado unas 1.200 víctimas en toda Cantabria, de las cuales, 850 son las que yacen en Ciriego, ha insistido.

La concejala ha reiterado en que en el cementerio de Ciriego se ha dado "perfecto cumplimiento, y con anticipación" a todo lo que prevé la Ley de Memoria Histórica y ha recalcado que ningún descendiente directo ni entidad que actúe en su nombre ha solicitado recuperar los restos de ninguna de las personas enterradas en las fosas comunes.

Monumento a los caídos por la II República (Ciriego)

Para González Pescador, el PSOE, Ganemos e IU "no pueden justificarse en el desconocimiento" a la hora de hablar de este asunto, porque son "los primeros que deberían saber" que Ciriego ya ha cumplido con la ley.

"Lo único que están haciendo es intentar engañar a la opinión pública, demostrando que tienen muy poca vergüenza y que no les preocupa trabajar por el futuro de los santanderinos, sino seguir mirando al pasado", ha concluido González Pescador.

FUENTE: eldiariocantabria.
Santander - 16/12/2015




Muchos no quieren que se investigue por si les mancha el apellido... de barro y sangre.

1/11/15

ENTRE LA SINRAZÓN Y EL OLVIDO

El asesinato de Bernabé, entre la sinzarón de 1936 y el olvido de 2015


Un miembro del equipo de arqueólogos que ha realizado la exhumación de Bernabé, 
(asesinado en 1936) junto a su única hija viva y a un  nieto del mismo. - ARICO
Bien entrada la noche del primero de noviembre de 1936, a Bernabé Serrano Ruiz, padre de once y pequeño agricultor afincado en Fuentes de Jiloca (Zaragoza), lo sacaron a rastras de su casa, entre los gritos de su mujer y el terror de sus hijos. A pesar de haber recibido aviso de Bonifacio, su primogénito, de que su nombre figuraba en una lista, Bernabé insistió en que “el no había hecho nada y no se iba de su casa”. A culatazos, los guardias civiles consiguieron meterlo en el camión junto a otro joven vecino cuya identidad, aún hoy se desconoce. Gregoria Acerete, su esposa, todavía con Leonor, su hija de ocho meses en brazos, corrió un trecho tras el camión, hasta que un guardia se bajó y le espetó: “O se va para casa a cuidar de los niños o se va al hoyo a cuidar de su marido”.


Aterrorizada, volvió a consolar a sus hijos. Pero con las primeras luces del alba y de la mano del pequeño Pascual, de diez años, enfiló el camino por donde se había perdido el camión y llegó hasta la tapia del cementerio del municipio colindante de Velilla de Jiloca. Frente a la esquina sudeste del camposanto, la tierra acababa de ser removida. A tres metros bajo tierra, juntos tras recibir el tiro de gracia, yacían los dos cuerpos. Y así permanecieron durante casi setenta y nueve años. Hasta el pasado lunes.

Cráneo de Bernabé, fusilado por las tropas franquistas en noviembre de 1936.- ARICO
Cráneo de Bernabé, fusilado por las tropas franquistas en noviembre de 1936.- ARICO

Setenta y nueve años después, tras cuatro días de trabajo de campo, el pasado 27 de julio, los restos fueron finalmente exhumados por el equipo arqueológico coordinado por la Asociación para la Recuperación e Investigación Contra el Olvido (A.R.I.C.O.) en colaboración con la Asociación Charata. El proceso comenzó en 2012, cuando los nietos de Bernabé, Miguel y Francis, entregaron toda la información y documentación de que disponían a Miguel Ángel Capapé, presidente de A.R.I.C.O. Como señala Javier Ruiz, arqueólogo y cofundador de Charata, durante el período inicial “los trabajos se centraron en el análisis de los registros civiles, sindicales, políticos y militares de Aragón, el estudio de las imágenes aéreas norteamericanas de los años 1945 y 1956, las entrevistas con vecinos y familiares y la obtención de los permisos necesarios.”

Sus familiares creen que el asesinato no tuvo connotaciones políticas ya que Bernabé era un hombre de campo, analfabeto y sin inclinaciones ideológicas. Según explica Miguel Serrano, uno de sus nietos, pudo deberse a “una discusión entre el cacique y él, en la que Bernabé se quejó de haber recibido menos dinero del acordado por sus jornales. Algo que no gustó al terrateniente.” En los tiempos que corrían, no hizo falta nada más.

Expulsados de sus tierras


La familia abandonó su hogar y sus pequeñas parcelas de olivares fueron expropiadas. Así pues, se trasladan a Zaragoza en 1937, donde Gregoria y sus hijos desempeñan diversos trabajos, desde el reparto de prensa a la confección de camisas. Entre los años cuarenta y cincuenta, Pascual escapa a Francia, para evitar el servicio militar. Esta huida le impedirá volver a España hasta después de muerto Franco. Por ello se establece en el sur de Francia (donde aún hoy habitan numerosos familiares) y comienza a recibir inmigrantes, exiliados y fugados españoles, entre ellos varios familiares, a quienes facilita su llegada e integración social y laboral. Tanto la parte francesa de la familia como la española “sufrieron mil miserias”.

Durante la Guerra Civil, Aragón estuvo dividido de norte a sur y se convirtió en uno de los frentes más importantes, junto al de Madrid. Debido a la cantidad de pequeños agricultores, la fuerte presencia de la UGT y a los sindicatos anarquistas en contraposición con los grandes terratenientes y acantonamientos militares de Zaragoza, Calatayud, Jaca o Huesca; la lucha fue intensa tanto en el frente como en las retaguardias. También lo fue el número de víctimas. Su ubicación geográfica convertía a Aragón en clave de las ofensivas franquistas hacia el mediterráneo y de los intentos republicanos por conectar con las regiones leales de Asturias, Cantabria y País Vasco. Un claro ejemplo de la importancia estratégica de la región son las sucesivas batallas libradas en Huesca, Belchite, Teruel y el bajo Ebro.

Ni una fotografía


Debido a la destrucción de documentos y fotografías, la familia no dispone de ninguna imagen de Bernabé. Aunque hay una en la que creen que aparece, se guían más por la datación de la foto y la indumentaria de los retratados que por la certeza de reconocer a su ancestro. Mediante testimonios de familiares y vecinos conocen cómo era su mirada, la forma de su boca o el ancho de sus espaldas. Pero esta ausencia, aunque dificulta el vínculo, no separa a la familia. Es más, en opinión de Miguel aunque a lo largo de los años no han mantenido un contacto estrecho, las dificultades del proceso de exhumación “han vuelto a unir a la familia” en la alegría y la satisfacción de este reencuentro.

A pesar de contar con la colaboración de voluntarios, el coste limita la dimensión de las exhumaciones. Así lo destaca Ruiz, quien asegura que “una prueba de ADN cuesta en torno a 1.000 euros. Por ello, intentamos hacer pequeñas exhumaciones (de dos a cuatro personas), que permitan mantener el tema a la vista y para las cuales seamos (financieramente) capaces”. Ante la falta de fondos, las grandes fosas permanecen en el olvido, los restos de las víctimas se deterioran, los testigos y familiares se van muriendo. Y la historia y la justicia se pierden.

Exhumación por crowdfunding

FOSA BERNABÉ
 La fosa con los restos de Bernabé

Capapé apunta a la falta de financiación y apoyo público como factores que han obligado a plantear las campañas de crowdfunding. Mediante la última de éstas han recaudado los 8.000 euros necesarios para abrir la fosa. A pesar de que “los socios no cobran, las exhumaciones tienen unos costes fijos como las pruebas de ADN, el alquiler de maquinaria o el trabajo de investigación.” En su opinión, “la solución no pasa porque una asociación reciba subvenciones. Aunque éstas pongan su experiencia y documentación, el trabajo debería llevarlo a cabo la Administración. Sería mucho más barato, porque contratando un equipo fijo, en dos años estarían todos los desaparecidos fuera de las fosas.”

Por su parte, el experimentado arqueólogo vasco Javier Ortiz, destaca la necesidad de arrojar luz sobre la historia. “Si nosotros, desde la calma y la normalidad, no sacamos a la luz todo lo que pasó, la historia se deforma. Por eso, vamos a salir ahí y vamos a buscar la verdad. Pero ni la tuya ni la mía, la verdad. No tiene porque gustar, pero aún así lo contaremos.

Todos ellos coinciden en la necesidad de despolitizar las exhumaciones y la Ley de Memoria Histórica para facilitar “que los descendientes de una persona puedan localizarla, enterrarla y tener un sitio al que llevarle flores” al margen de su ideología. La pasividad institucional y la reticencia de algunos partidos tienen, para Ortiz un origen claro: “Es una falta de voluntad política. Y punto. No hablamos de utopías. Esto es muy fácil. Si lo estamos haciendo cuatro pringadillos, con nuestros propios medios y poco más, ¿cómo no va a poder hacerlo el Gobierno español? ¿Qué nos están diciendo, que nosotros tenemos más medios o más capacidad? Lo único que tenemos es voluntad.”



Miguel coincide plenamente con este razonamiento. Para él se trata de “un acto de justicia, de vergüenza y de dignidad. Fuera quien fuese, no se puede dejar a nadie fuera”. Desde el agradecimiento hacia quienes han colaborado en la exhumación y en el crowdfunding, Miguel insiste en que “este país no cambiará en nada hasta que lo saquemos adelante los hijos de la vergüenza”.

FUENTE: publico.es
Zaragoza - 02/08/2015

10/9/12

CON DOS COJONES... ROJOS

Un grafitero de 72 años contra el franquismo


José Gallego, delante del muro del que tachó los nombres. / Foto de Pepe Olivares

La policía le pilló in fraganti. Subido a una escalera que él mismo había llevado y con el bote de spray todavía en la mano. José Gallego, de 72 años, bajó y trató de explicarle al agente que no era un gamberro haciendo una pintada; que estaba tachando las placas franquistas que nadie había quitado de la iglesia de su pueblo, Aspe (Alicante). “El policía me dijo que lo que estaba haciendo era ilegal y yo le dije que ilegal era dejarlo como estaba porque la ley de Memoria Histórica obliga a retirar todos los símbolos franquistas”, explica. José Gallego está ahora imputado por un delito contra el patrimonio histórico y cultural.

La de las placas de la iglesia no era su primera acción. Cuenta con orgullo que también tachó la placa del general Moscardó de un colegio. “Lo hice porque me cansé de esperar. En julio de 2009 le pedí a la entonces alcaldesa, Nieves Martínez, del PP, que retirara los símbolos franquistas. Me contestó diciendo que desconocía que en el municipio los hubiera. Yo se los señalé y entonces dijo que los iba a quitar, pero pasó la legislatura y no hizo nada. Después empezaron a gobernar juntos PSOE e IU y tampoco hicieron nada. Hasta que me cansé”.


Ahora asegura que no se arrepiente, pero lo está pasando mal. Se enfrenta a una pena de uno a tres años de cárcel y quizá tenga que pagar los daños, ya que el juzgado de Novelda ha encargado un informe al respecto a un perito. “Todo esto me ha alterado mucho. Tengo delicado el corazón, no duermo. Voy por la calle y unos me gritan: ‘¡Ole tus cojones!’ y otros ‘¡Rojo!’. El pueblo está revolucionado por esto. Yo no soy ni un héroe ni un justiciero. Toda mi vida he sido un hombre discreto, un tanto gris. Pero me alegro de haber hecho lo que he hecho. Creo que he sentado un precedente. Me gustaría que otra gente en otros sitios hiciera lo mismo. Yo lo que pretendía era poner al Ayuntamiento entre la espada y la pared para que retirara de una vez los símbolos”.

José Gallego, mecánico jubilado, no tiene represaliados por el franquismo en su familia, pero cuenta que durante la dictadura le detuvieron varias veces por participar en manifestaciones contra el régimen. Es afiliado al PSOE desde 1974. “Me siento un poco traicionado. No entiendo que ahora el alcalde socialista no aplique una ley que aprobó el Gobierno socialista. Creo que le tienen miedo a la Iglesia. Yo respeté la cruz que rodeaba las placas porque no quería herir ningún sentimiento religioso. Pero esto, 36 años después de la muerte de Franco, no puede ser. Tú vas a Alemania y no hay ningún símbolo de Hitler. España está llena. ¿Por qué esa resistencia?”. Está muy preocupado por lo que le pueda pasar, pero el peor escenario que contempla es que le hagan borrar sus pintadas. “Eso sí que no lo voy a hacer. Antes prefiero ir a la cárcel”.

Datos tomados del diario EL PAÍS (POLÍTICA)
Natalia Junquera - Madrid 2 SEP 2012

Aquellas dos palabras: "rojo" y "fascista", siempre hirientes (cuyo uso se intentó prohibir en la Cámara de Diputados) a nivel de la calle se siguen empleando como arma arrojadiza de los unos contra los otros, pero no cabe duda de que los cojones, tiran más a rojo que a fascista... el escroto al menos .

En cuanto a su última pregunta, la respuesta es fácil: "Ellos", gobiernen o no, siguen teniendo la sartén por el mango; están profundamente imbricados en las estructuras de poder de esta pseudo-democracia, creada a su modo y medida a la sombra alargada del franquismo.