13/6/19

DEMOCRACIA A LA ESPAÑOLA

Democracia
(...no lo es, no lo es...)

Democracia es el régimen cuya doctrina política establece un sistema de gobierno en que el pueblo ejerce la soberanía, o sea, la autoridad suprema del poder público sobre un territorio y sus habitantes, mediante la elección libre de sus dirigentes. La Democracia requiere un régimen que establezca la independencia estricta de los tres poderes del Estado, Ejecutivo, Legislativo y Judicial; separados por el pueblo soberano para evitar que la concurrencia de tales poderes en las mismas personas corrompa el régimen y devenga éste en una oligocracia encubierta(1)

La independencia estricta de los poderes del Estado sólo se logra mediante la elección libre por el pueblo, en procedimientos electorales distintos (lo que se expresa frecuentemente como "en urnas separadas"), de los representantes de cada uno de esos poderes; y se mantiene mediante la celosa vigilancia de cada poder sobre los otros en defensa de su propio ámbito competencial; y mediante el establecimiento de los procedimientos de control, por parte del pueblo, sobre el comportamiento de sus representantes: 


Desde el punto de vista de la legalidad, es el Poder Judicial, cuerpo funcionarial, el que impondrá el imperio de la Ley emanada del Parlamento al cuerpo político; y desde el punto de vista de la eficiencia, es el propio pueblo representado el que decide mediante el mandato imperativo de cada representante y un ágil procedimiento de destitución (o impeachment) en caso de corrupción manifiesta. Es precisamente ese control el que obliga al régimen a permitir al ciudadano identificar a un diputado concreto como propio representante en el Poder Legislativo.

Una vez comprendido lo anterior, llamar democracia a lo que organiza políticamente la España actual es malintencionado; y sería sin duda delictivo, si hubiera una verdadera Ley promulgada por el pueblo, en vez de por los partidos políticos(2).


En Ácratas, nadie pone en duda la legitimidad de la existencia de los partidos políticos, sino su pertinaz y avaricioso acaparamiento del ámbito de la política toda; de manera que, en España, ningún ciudadano puede ejercer sus derechos políticos si no es a través del filtro ideológico de un partido político. A veces, los partidarios llegan a mofarse del español que desea opinar políticamente diciéndole que si no le gusta lo que hay, constituya un partido político propio, a sabiendas, no sólo de la dificultad económica que ello conlleva, sino de la perversión que supone que la forma de pensar de un individuo deba homologarse con la de miles de otros individuos para constituir un cuerpo común partidario. 

La misma Constitución de 1978 bendice la exclusiva, el acaparamiento del ámbito de lo político, de los partidos y lo expresa taxativamente al pontificar que la libertad política de los españoles se manifiesta a través de estos. Y ello con todas sus consecuencias.


La consecuencia es que un ciudadano que desee expresar su opinión política, y no comulgue con las supuestas ideologías de los partidos que existen, no tiene posibilidad de ser representado. Es decir, que el régimen margina a sabiendas a todos los españoles que no se homologuen gregarios alrededor de un partido político concreto. Así, quien piense que en España, por ejemplo, deben construirse nuevas centrales nucleares, pero que debe prohibirse el despido libre, no tiene nadie que lo represente. Y, en general, suele ir a votar como mal menor (o sea, para evitar lo peor); o simplemente no va a votar, y se desentiende de la política.

El español medio se desentiende de la política porque sabe que no tiene voz (y que su voto está corrompido, pues da carta blanca al partido votado para que haga con él lo que le venga en gana, aún traicionando las opiniones de los votantes y hasta los propios programas electorales). El español medio se desentiende (como cualquier humano inteligente) de todo aquello que no puede controlar y resulta socialmente perjudicial: de los terremotos, de los tsunamis, de las epidemias y de los partidos políticos. Y se limita a lamentar las consecuencias de tales desgracias incontrolables: e igual que lamenta que Dios no controle las catástrofes de la Naturaleza, lamenta también no controlar su destino social por no tener verdaderos representantes políticos.


El español no tiene representantes políticos en los diputados electos, ni aunque sean del partido de sus preferencias dentro del arco parlamentario, porque los diputados a quien representan exclusivamente es a su partido, que es quien les ordena (a mano alzada, con los dedos, el jefe de filas, lo que deben votar en cada ley o propuesta en el Congreso y el Senado). Y es el partido el que (supuestamente) representa a sus votantes, porque la plebe no puede votar personas, sino siglas partidarias; y es la cúpula de la ejecutiva del partido la que interpreta lo que sus votantes desean (es decir, hace encuestas para conocer la caída en la intención de voto cada cierto período de desmanes en la gestión política, económica y social) mediante las herramientas del márquetin de masas. 

Porque la representación política, como la de cualquier otro tipo, requiere la garantía del control permanente del representado a su representante. Si no, es otra cosa, aunque se intente engañar al ciudadano con palabrería formal. Nadie puede representar a otro en ninguna gestión concreta (como la del voto en una ley) si la opinión de ese otro no es primero escuchada por el representante. Eso, que es obvio cuando pagamos la minuta a un representante en algún negocio o gestión (un abogado, un arquitecto, un intermediario, etc), no se verifica en el sistema político español.


El sistema político español está a caballo entre la dictadura de la que proviene sin ruptura (fue acuerdo, transición, pacto, consenso, conceptos todos no democráticos, sino oligárquicos) y la verdadera democracia. De manera que llamar al Régimen monárquico-parlamentario español DEMOCRACIA es tan inexacto y tan injusto como calificarlo de DICTADURA. Cualquiera que haya leído esto, y se sienta sorprendido o incluso insultado, y desee comprobar la veracidad de nuestro aserto, limítese a asomarse al otro lado de lo Pirineos (esos montes que siempre nos han separado de Europa) y eche un vistazo en Francia a lo que es una ciudadanía organizada, orgullosa de sí misma, de su historia y de sus conquistas.

Cualquier país que vive más de 70 años seguidos en el oprobio de la dictadura franquista y del apaño postfranquista transicional cocotero NO TIENE CIUDADANÍA, sino habitantes: pueblo y casta dirigente; explotados y mangantes; corderos y perros pastores; votantes y mafias organizadas de corruptos. La ausencia de toda reacción popular ante la crisis actual, que está destruyendo todo progreso acumulado en los últimos 30 años, demuestra lo que escribo, lo que todos aquí sabemos.


FUENTE: acratas.net
MESS
12/06/2019

NOTAS:

(1) Es exactamente lo que sucede en el Régimen español, donde el Legislativo elige al Ejecutivo y al Judicial y donde los tres poderes del Estado se ponen luego a disposición del Presidente del Gobierno, que puede actuar como un dictador, haciendo o deshaciendo leyes, sin más necesidad que la de mantener el apoyo parlamentario durante la legislatura, lo que consigue repartiendo dinero, cargos y prebendas entre sus acólitos.

(2) La corrupción salvaje consigue que la oligocracia, ávida de dinero fácil y sin control judicial (que participa del pastel), se ponga al servicio del poder económico (banca, multinacionales y los gobiernos de terceros países interesados en la posición geo-estratégica de España. Por lo que, resumiendo, España es, en fin, una Plutocracia (el poder es de los ricos, que dictan las leyes a su antojo) que maneja, como un ventrílocuo, los hilos de un muñeco, de un títere que es una Oligocracia de partidos, que se finge a su vez una Democracia, gracias al apoyo interesado los medios de comunicación, que pertenecen a los plutócratas. Y el círculo se cierra alrededor de los cuellos (y de los cojones) de los españoles, que lo toleramos.

8/6/19

MAGISTRADO ULTRACONSERVADOR

El perfil ultraconservador del magistrado Requero, uno de los que ha suspendido la exhumación de Franco

José Luis Requero, nombrado por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) magistrado del Tribunal Supremo. EFE/Archivo
José Luis Requero, magistrado del Tribunal Supremo. EFE/Archivo

Cuando en el año 2005 el magistrado José Luis Requero Ibáñez era vocal del Consejo General del Poder Judicial escribió la siguiente frase: "Llamar matrimonio a las uniones homosexuales supondría un cambio tan radical como llamar matrimonio a la unión entre un hombre y un animal".

Han pasado 14 años desde aquel momento y la carrera de Requeño Ibáñez ha ido viento en popa. Del CGPJ saltó a la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Supremo y, de hecho, ha sido uno de los cinco magistrados que ha decidido suspender la exhumación de Franco.

José Luis Requero Ibáñez es miembro del Opus Dei, tiene diez hijos y en sus tiempos en la Audiencia Nacional declaró nula la campaña gubernamental "Póntelo, pónselo" para fomentar el uso del preservativo porque esta era "inveraz y parcial". La decisión fue polémica. Era el año 1990. Pero no sería su única polémica. La principal de todos fue su férrea oposición al matrimonio igualitario.


El diario El País recogía la siguiente expresión del juez Requero: "Me quedo sin argumentos para decir por qué no se pueden casar dos hermanos o un hombre con muchas mujeres, o la unión entre un hombre y un animal si al fin y al cabo todo depende de la demanda social", proseguía.

Aún así el magistrado Requero siguió ascendiendo aunque fuera siempre con polémica. En 2014, su nombramiento al Supremo supuso una cascada de críticas, tal y como refleja también una noticia de El País. Por dos motivos. 

El sector conservador del CGPJ se saltó el habitual procedimiento de nombramiento y lo impuso como un acto de fuerza rompiendo el pacto con el resto de vocales progresistas. Segundo, porque los vocales progresistas no acertaban a entender cómo el grupo conservador había ascendido a un ultraconservador que había comparado el matrimonio homosexual con un casamiento entre "un animal y un hombre" hasta el Supremo. 


Y allí ha permanecido hasta estos días, en los que Requero ha tenido que decidir si paralizar o no la exhumación de Franco. De hecho, la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica presentó el lunes una queja ante el CGPJ en la que avisaba de que la imparcialidad del tribunal podría verse comprometida por la presencia de Requero en el grupo de magistrados.

El motivo, no obstante, no era la contrastada homofobia del magistrado ni la consonancia de algunas de sus sentencias con su ideología ultraconservadora. Tampoco que hubiera pedido al entonces rey Juan Carlos I que no sancionara la ley de Rodríguez Zapatero del matrimonio homosexual.

En esta ocasión la denuncia de la ARMH estaba basada en los vínculos de amistad que unen a este juez con Santiago Milans del Bosch, sobrino del ex teniente general golpista, colaborador de la Fundación Francisco Franco y dueño de un bufete de abogados que ha representado a la familia del dictador en algunos casos como el de las esculturas del pórtico de la gloria de la catedral de Santiago de Compostela. 


"La relación entre José Luis Requero y Santiago Milans del Bosch es larga y estrecha; fueron compañeros durante unos años en la Audiencia Nacional, el magistrado es el padrino de una hija del abogado", denuncia la ARMH, que considera que "la cercanía de Requero y Milans del Bosch plantea serias dudas acerca de su imparcialidad, algo que de ser así comprometería seriamente la decisión que pueda tomar la Sala".

La decisión de la Sala, no obstante, ya está tomada: la exhumación ha sido suspendida a la espera de analizar el recurso presentado por los Franco. La sentencia definitiva se conocerá, según el propio auto, en "un tiempo razonable".

De momento, lo que sí se sabe, es que para los jueces que han tomado esta decisión el dictador Francisco Franco fue jefe del Estado español desde el 1 de octubre de 1936, apenas dos meses después del golpe de Estado del 18 de julio y más de dos años del final de la Guerra Civil. Y eso que hasta 1950 la ONU mantenía vigente una resolución que excluía a España de todos los organismos de esta institución supranacional.


También se conoce que Requero en el año 2010 ya estaba preocupado por el futuro del Valle de los Caídos y no, precisamente, por albergar los restos del dictador ni por le hecho de que España desobederia las recomendaciones de la ONU de exhumar al dictador. Lo que le preocupaba a Requero es, precisamente, el cierre del mismo:

"Y que el monumento más visitado del Patrimonio Nacional –el Valle de los Caídos– lleve camino de convertirse poco a poco en el Valle que se Cae –o que se deja Caer– permitirá justificar su cierre. Lo secundario es su origen franquista; lo relevante es que en un monumento del futuro Estado laicista vive una muy sólida comunidad de Benedictinos", escribía Requero en La Razón

FUENTE: publico.es 
Alejandro Torrús 
Madrid - 05/06/2019


7/6/19

LA CUCA DE BERTÍN






 
"Auténtico sabor a Cuca"

Citizen Plof

6/6/19

UNA RESURRECCIÓN CIRCUNSTANCIAL

¡Ciudadanos!...Hacia ya más de tres meses que no escribía ni una coma en este blog. Tenía la certeza de que no iba a hacerlo más, pero hay cosas que claman a ese cielo en el que no creo y, aunque ustedes tampoco se lo crean, terminan por resucitarlo a uno; como este artículo de Cristina Fallarás, denunciando abiertamente los mimbres franquistas del Tribunal Supremo de este "pís".
 

El día en que el Supremo se declaró franquista


Este martes 4 de junio, a la democracia española se le han abierto un par de descosidos por los que hemos podido verle el relleno. Y también oler cómo la borra bajo las costuras ha ido fermentando hasta empaparlo todo.

Probablemente, la ingente podredumbre franquista que va saliéndosele a nuestra democracia lo hace sencillamente porque cuando tienes un muerto debajo del colchón, la purulencia acaba goteando veneno y hediondez. Cuando los muertos se cuentan por decenas de miles ya es albañal*.

Francisco Franco y José Millán Astray abrazados mientras entonan cánticos legionarios, en instantánea realizada por Bartolomé Ros (1906-1974) en el norte de Africa. 
Francisco Franco y José Millán Astray abrazados mientras entonan cánticos legionarios, 
 en instantánea realizada por Bartolomé Ros (1906-1974) en el norte de Africa.

De dos golpes de Estado se habló ayer en el Tribunal Supremo. Y de dos formas bien distintas. La Fiscalía defiende que lo sucedido en Catalunya ha sido un golpe de Estado, mientras el Supremo ha decidido legitimar el golpe de estado franquista.

Cuando la democracia apesta, es que está enferma. Y en este caso, la infección vierte su pus a través del Poder Judicial. Mal asunto, pero al fin, evidente.

El Alto Tribunal debía fallar este martes, día 4, sobre la petición de la familia de Francisco Franco para que se paralizara la exhumación del dictador.


Los poderes Legislativo y Ejecutivo ya habían ordenado el traslado de la momia del criminal. No obstante lo anterior, el Judicial decidió frenarlo.

Lo que quede del tirano permanecerá por ahora en suelo público a mayor honra de sus asesinatos, torturas y robos. Descansará su carne seca en un lecho pagado por nosotras, por nosotros.

Hubo quien se sorprendió. Y sobre todo hubo quienes sintieron en sus carnes el mordisco de la injusticia. Como si no estuvieran ya acostumbrados, acostumbradas.


Respeto y honras desde la Justicia al dictador que mandó reprimir, torturar y asesinar a sus madres, padres, abuelos, familiares, vecinos y vecinas. Respeto y honras desde la Justicia al criminal que fomentó el robo de las tierras y las propiedades y los hijos y las hijas de sus abuelos, de sus padres y madres.

Que por lo tanto les condenó a la pobreza, al escarnio, la cárcel y el dolor, a la falta de estudios, a una vida peor para sus familias y sus descendientes, enriqueciendo a los criminales, enalteciendo la violación, destruyendo por décadas y décadas la idea de decencia como base social.

Sin embargo, lo peor de lo dictado ayer por la Justicia no reside, con toda su vileza y brutalidad, en el aplazamiento de la exhumación de la bestia, sino en el hecho de que el Tribunal Supremo se reconociera franquista. Ah, las costuras. Ah, la sentina.


Lo peor del escrito de ayer está en una sola línea. En ella se puede leer sobre Franco: “Jefe de Estado desde el 1 de octubre de 1936 hasta su fallecimiento”. Y no solo eso, sino que preguntados por algún medio de comunicación, se ratificaron en tal infamia.

Francisco Franco encabezó un golpe de Estado militar en julio de 1936 que provocó tres años de guerra civil y otros 40 de dictadura fascista.

Los muertos se cuentan por centenares de miles. Más de 100.000 siguen en fosas comunes, para vergüenza de todos y cada uno de nosotros, de nosotras.

Localización geográfica de las fosas comunes de las que se dispone información

Solo un puñado de golpistas malnacidos y asesinos reconocieron a Franco como Jefe de Estado en octubre de 1936. Ellos entonces, y este martes, día 4 de junio de 2019, el Tribunal Supremo de España.

Como escribí hace nada, Juan Carlos juró como sucesor en la Jefatura de Estado con la siguiente frase: “Quiero expresar en primer lugar, que recibo de su excelencia el jefe del Estado, el generalísimo Franco, la legitimidad política surgida el 18 de julio de 1936”

Pues bien, dicha “legitimidad” quedó ayer avalada nada menos que por el Tribunal Supremo de España.

Felipe VI con los miembros de la Sala de Gobierno del Tribunal Supremo

Mientras tanto, para mayor afrenta, la Fiscalía afirmaba que en Catalunya se acaba de dar, esta vez sí, un golpe de Estado.

Lo dicho, por algún lado tenía que reventársele a esta democracia la purulencia. Y el hedor resulta insoportable.

FUENTE: publico.es
Otras miradas
Cristina Fallarás
05/06/2019

(*) albañal, conducto o canal por el que salen las aguas sucias o residuales. Sitio lleno de inmundicia.


Con el permiso del grupo libertario de "street punk" fuengiroleño, voy a utilizar su icono (no es la primera vez que lo hago) porque creo que su nombre da la medida exacta de la Justicia en este "pís":