- Pensé que no sería capaz de hacerlo, pero me armé de valor y, ayer, me atreví a botar.
- ¿Ayer?... ¿Por correo?
- ¡No!... Por contenedor. Es que me habían llenado el buzón con las jodidas papeletas.
- ¡Coño!... ¿Es qué no vas a cambiar nunca?
- Espero que no. La clave está ahí: en ser fiel a uno mismo. No creo en este remedo de democracia.
Ciudadano Plof
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