Mahmoud Abu Zeid lleva 600 días de cárcel por fotografiar la violenta dispersión de la sentada de Rabaa al Adawiya en agosto de 2013
Según Reporteros sin Fronteras, 22 periodistas y trabajadores de medios de comunicación han sido víctimas de homicidio y más de 160 han sido encarcelados únicamente en 2015. En 2014, casi un centenar de profesionales de los medios de comunicación murieron desarrollando su trabajo.
“Comparto con 12 presos políticos una celda que mide tres metros por cuatro. Pasamos días o semanas sin tener acceso al sol o al aire libre. Soy un reportero gráfico, no un delincuente. Mi detención indefinida es psicológicamente insoportable. Ni siquiera los animales sobrevivirían en estas condiciones”
Cuando, en enero, 12 personas que trabajaban en la revista satírica Charlie Hedbo fueron abatidas a tiros en sus oficinas del centro de París, el mundo despertó a la sombría realidad de las amenazas a las que miles de profesionales de los medios de comunicación se enfrentan a diario.
Las campañas globales de apoyo al trabajo de la revista transmitieron el mensaje inequívoco de que nadie debe pagar con su vida el precio de ejercer su derecho a la libertad de expresión.
Sin embargo, detrás de aquel único suceso que acaparó los titulares internacionales, hay miles de profesionales de los medios de comunicación que, en todos los rincones del mundo, sufren acoso, intimidación, amenazas, tortura y encarcelamientos injustos por parte de gobiernos y grupos armados en un vil intento de impedirles colocar un espejo frente a la sociedad.
En países como México y Pakistán, el poseer un carné de prensa es tan peligroso que muchos profesionales de los medios de comunicación terminan por abandonar su trabajo, movidos por el miedo.
Los responsables de los ataques y homicidios contra periodistas rara vez comparecen ante la justicia
“En el mundo, donde quiera que mires, encuentras el caso de un periodista que ha sufrido acoso, amenazas, encarcelamiento injusto, e incluso ha muerto, a manos de un gobierno o un grupo armado que querían impedirle informar sobre cuestiones que consideraban controvertidas”, ha manifestado Susanna Flood, directora del Programa de Medios de Comunicación de Amnistía Internacional.
“Los gobiernos se muestran cada vez menos dispuestos a tolerar la disidencia, y más decididos a hacer lo que sea para impedir que los periodistas hablen e informen a la opinión pública. El mensaje parece ser: ‘si te atreves a informar sobre cuestiones de derechos humanos, prepárate a pasar un tiempo en prisión, o incluso a morir’.”
Matar al mensajero
En Pakistán, uno de los países más peligrosos del mundo para ejercer el periodismo, los profesionales de los medios de comunicación sufren habitualmente acoso, intimidación, secuestro, tortura y homicidio a manos del ejército y los servicios de inteligencia, los partidos políticos y los grupos armados.
Desde 2008, se calcula que 40 periodistas han muerto violentamente a consecuencia directa de su trabajo para informar sobre cuestiones como la seguridad nacional o las violaciones de derechos humanos.
Según la información de que dispone Amnistía Internacional, los tribunales paquistaníes sólo dictaron condenas en los casos del periodista del Wall Street Journal Daniel Pearl, muerto en 2002, y del reportero de GEO News Wali Khan Babar, muerto en 2014.
Los ataques contra otros, como Hamid Mir, periodista que trabajaba para GEO TV y escapó por poco a un intento de asesinato en Karachi el año pasado, han quedado impunes, con las investigaciones paralizadas.
FUENTE: nuevatribuna.es
02 de Mayo de 2015
La Masacre de Rabaa al'Adawiyya, baño de sangre en El Cairo y Guiza (Egipto) fue una masacre cometida a comienzos de Agosto de 2013 por el Gobierno Militar llegado al poder el 3 de julio de 2013 tras un golpe de estado perpetrado por el ejército, dirigido por Abd al-Fattah al-Sisi, que tuvo lugar en las plazas Rabaa al'Adawiyya y al-Nahda, ambas en El Cairo.
La represión contra los ciudadanos contrarios al golpe se saldó, al parecer, con la muerte de unos 2600 manifestantes y 43 policías, aunque Aministía Internacional solo pudo documentar 1000 manifestantes masacrados y 8 policías asesinados.
Datos tomados de Wikipedia
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