Si no le convence ningún candidato para ocupar La Moncloa, este domingo tiene tres alternativas, pero no todas son inocuas para el resultado electoral.
Si, por el motivo que sea, usted no quiere apoyar a ningún partido en las elecciones de este domingo, tiene tres posibilidades: votar en blanco, nulo, o directamente no hacerlo, es decir, abstenerse. ¿Cuáles son las diferencias?
El voto nulo
El voto nulo se considera un voto "gamberro" y casi siempre es voluntario. Estos votos se consideran como "voto emitido no válido" y no cuentan para realizar el reparto de escaños, por lo que no benefician ni perjudican a nadie.
Voto en blanco
Es aquí cuando entra en juego la ley d'Hondt, el sistema de cálculo proporcional utilizado en el sistema electoral español. Conforme a éste, en cada circunscripción se excluye primero a las candidaturas que no hayan obtenido, al menos, el 3% de los votos válidos emitidos, por lo que al incluir los votos en blanco, una candidatura necesita más votos para lograr escaño.
Para entender esto, es mejor utilizar un ejemplo: en una circunscripción imaginaria en la que ha habido 1.000 votos a candidaturas, 200 en blanco y 50 nulos, teniendo en cuenta sólo los votos a candidaturas, un partido necesitaría 30 votos (el 3%) para conseguir un escaño, mientras que al tener en cuenta los votos en blanco requeriría 36 (el 3% de 1.200).
Por lo tanto, en teoría, esta forma de voto desfavorecería a los partidos pequeños porque la misma ley d'Hondt les perjudica en las circunscripciones pequeñas. Sin embargo, el profesor de Ciencia Política de la Universidad de Málaga Manuel Arias asegura que, en la realidad, ni beneficia ni perjudica porque no es común que los partidos se queden en el límite del 3% de los votos.
Ahora bien, esta clase de voto tiene un significado claro: al igual que el voto nulo se considera "gamberro" y de enfado, el voto en blanco transmite la idea de que la persona está de acuerdo con el sistema electoral pero "no le satisface ninguna opción", según Arias.
Abstención
La abstención es, simplemente, no ir a votar ni, lógicamente, introducir ningún voto. Al no haber voto, éste no se suma y no afecta a los resultados.
El significado de la abstención es mucho más difuso, pues no se sabe por qué la persona no ha ido: si es por descontento con el sistema electoral, indiferencia ante le mismo, desgana, enfermedad, etcétera.
FUENTE: publico.es
Europa Press
Madrid – 18/12/2015
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