En esta jornada navideña, mientras ojeaba la prensa y degustaba el cafelito matutino en el bar de costumbre, una interferencia vino a truncar el sonsonete del programa televisivo que sonaba de fondo: uno de esos consultorios de
"tótum revolútum"; lo que me hizo levantar la vista para escuchar a alguien que decía:
- Pues para mí, la Navidad siempre ha sido en blanco y negro. ¿Qué tengo que hacer?
¡Cambiar la tele!
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