8/6/16

LA ROJA

 

La verdad es que no soy un gran aficionado al balompié y, aunque de vez en cuando llegue a ver un partido, el que España gane o pierda, ni me enfría ni me calienta. Sin embargo, que se pierdan o ganen derechos sociales y laborales sí que me afecta el cuerpo, el alma y el bolsillo, pero ése es otro cantar.

 

Sé que decir esto levantará ampollas en más de uno, pero así lo siento y así lo digo. Supongo que es educacional, ya que, mis abuelos paternos, que fueron quienes me criaron, ni entendían ni les interesaba lo más mínimo el "deporte rey" y, la armadura de escayola en la que pasé embutido la mayor parte de la infancia, abortando mis posibilidades de jugar en la calle con los demás niños, se encargó del resto.


Hoy, con la perspectiva que da la edad, me alegro de no ser un fanático de unos colores que, en el fondo, sólo crean en la ciudadanía la falsa ilusión de ser partícipes de algo de lo que, en realidad, no se forma parte. Lo único que hace es encandilarlos, hacerlos vibrar, soñar acaso con la gloria de ser campeones, pero, aparte de ese soma mental, el ciudadano de a pie no recibe ningún beneficio real. Es más, no le cae ni gota de la ingente cantidad de dinero que el fútbol, convertido en un negocio monstruoso, mueve y remueve continuamente.


Lo que está claro es que, a nivel mundial, los distintos gobiernos utilizan este deporte como una importantísima baza de manipulación social, lo que ha llegado a convertirlo en pasión e incluso religión para gran parte de la ciudadanía. Y es que los romanos ya lo sabían:


"Al pueblo, pan y circo"

No obstante, a pesar de no ser un forofo, termina uno impregnándose a través de familiares, amigos, compañeros, vecinos... y, quieras o no, te manchas de colores. Por ejemplo, de rojo:


"La Roja pierde ante Georgia por un gol a cero"

Al hilo de lo dicho, se enreda en mi memoria ese titular referido a la selección española, con el que abre hoy edición la prensa matutina, tirando de mis escasos conocimientos futbolísticos:

- Pero... ¿La Roja, no fue siempre la selección chilena?... ¿España no era La Furia?... ¿Cuándo le robamos ese color a Chile?


Entonces creo oír la risa de mi abuelo que, desde el más allá, atragantándose y tosiendo, dice:

 - ¡Ja, ja, ja, ja...! Cuando me tropiece a Franco y le diga que ahora a "su selección" la llaman La Roja, le va a dar un tate. 

Citizen Plof

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