29/10/14

NADIE SE HA ATREVIDO

“Al Ejército nadie se ha atrevido a hincarle el diente”

Mario de los Santos y Oscar Sipán (Tropo editores)

“Son tiradas de 4 mil ejemplares” y ya van ya por la 7ª edición. Se trata de Un paso al frente, (Tropo 2014) la novela escrita por el teniente Luis Gonzalo Segura y que ha causado incomodidad en la cúpula del Ejército español. Ahora es ya todo un éxito y sigue dando que hablar. Venden un promedio de “100 libros al día” y todavía les quedan cortas las más de 40 presentaciones del libro pues en esta semana, además de Valencia han estado en Cuenca y los próximos días en varias ciudades de Zaragoza. Al teniente, a los editores y la agencia literaria Página tres, los une el azar o quizá debamos decir los une la escritura.

Oscar Sipán y Mario de los Santos (Tropo editores) al mes reciben cientos de manuscritos, cabe señalar sin embargo que así como invierten tiempo en leer aquello que les llega, se queman también las pestañas cada vez que escriben. Si da la casualidad que lo hacen a cuatro manos, acuden al seudónimo: Galgo Cabanas. Parte de este historial que los fusiona es la novela “Cuando estás en el baile bailas” Ganaron con ella el XVI premio Ciudad de Getafe de novela negra en 2012, sin imaginar que dos años más tarde dicho triunfo los conduciría a otro que tendría que ver con su labor editorial. 


Y es que haber ganado ese premio valió para que  desde la agencia literaria Página tres se pusieran en contacto con ellos con la finalidad de representarlos, la emoción fue grande. Además de lo interesante de la propuesta de alguna manera sirvió para que se pusieran en conjunto también a trabajar ya que desde la agencia les derivaban algunos manuscritos. Así fue como a editorial Tropo llegó la novela El Ejército de los mediocres que después pasó a llamarse Un paso al frente del teniente Luis Gonzalo Segura. “El cambio del título fue de común acuerdo entre todos”, destaca Sipán. “Nos parecía que El Ejército de los mediocres mataba un poco el subtítulo que quisimos poner: (el libro que ilumina y molesta al Ejército español), pues ese era un poco el sentido y entendíamos que dar Un paso al frente era lo que el teniente había hecho. 

Lo cierto es que la historia llegó por email a la agencia Página 3 de Barcelona. A Piluca Vega, (ahora agente literaria del teniente Luis), le llamó la atención “recibir un documento desde el Ejército y enviado por un militar; pero sobre todo el tono en el que estaba escrito”. Y así, de la agencia pasó a la editorial y de la editorial a la imprenta y de la imprenta a las manos de los lectores. ¿Y el resultado de esto? “El trece rojo en la ruleta”, admite Sipán rebosante de alegría y no es para menos. Para una editorial independiente como Tropo, por cierto a punto de cumplir ya los diez años de vida, la publicación de este libro  es un respiro con letras mayúsculas. 

Nicho editorial


Luego de leer el texto del teniente Segura en la editorial entendieron que no existía nada escrito respecto a lo que hacía un soldado en los cuarteles españoles en el siglo XXI. “Encontramos lo que se llama un nicho editorial” explica Oscar. Y es que el Ejército es “una administración a la que nadie ha podido meter mano: un reducto con bastantes reminiscencias del pasado”. Cualquiera que haya hecho la mili o haya tenido un familiar cercano, vecino o amigo, sin duda “debe haber escuchado cosas parecidas a las que se narran en Un paso al frente y muchas personas coinciden en que el teniente “se ha quedado corto con lo que cuenta en el libro”. En ese sentido Oscar Sipán añade que el teniente Segura “ha abierto una especie de buzón militar donde de momento le han escrito más de 2 mil soldados relatando todo tipo de historias”. Y es que Un paso al frente “es un libro que “señala” aun cuando sean personajes de ficción, pues son personajes que pueden encontrarse en el Ejército”, entiende.   

Un libro que cumple una doble función

 

Los editores de Tropo son conscientes de que lo primero que un libro necesita para calar “es que la gente se identifique con él”, el caso de Un paso al frente sin embargo, es muy peculiar pues se trata de un libro que cumple doble función, y es que por un lado descubre ese mundo para muchos oculto y por el otro, acerca las sospechas de muchísima gente con respecto a las fuerzas armadas”. Con ambas vertientes desde un principio “pensamos que podía ser un libro de éxito editorial”, explica.  

Es una novela

Eso sí, que quede claro que Un paso al frente es “una novela” y lo que les ocurre a los personajes en las 11 últimas páginas son links de noticias aparecidas en prensa y que en cierta forma está justificado porque ha pasado en la realidad. Con esa información “es imposible que vayan a por ti, ¡es una novela!” reitera Sipán convencido de que “sería una bomba ahora mismo retirar un libro del mercado”.

La primera presentación


Aun cuando hablamos de un material de ficción “ninguna de las grandes cadenas o librerías aceptaron este libro”; por ello la primera presentación tuvo lugar en una pequeña librería en Madrid. Sin embargo “fue increíble”, recuerda Oscar con ánimo en la voz  pues había más de 200 personas “y la cola para firmar ejemplares del libro daba la vuelta a la calle”. Ese día sin duda se agotaron todos los ejemplares. 

Censura descarada

Algunos días antes de la presentación del libro en Zaragoza el teniente Segura previno: “cuidado; ahí yo no conozco a nadie y segundo: es una ciudad enemiga” ¿A qué venía esto? Pues “porque Zaragoza es una ciudad de oficiales, hay una academia militar y este libro de alguna forma protege a soldados, a la tropa y a suboficiales pero les mete duro a los oficiales y a la cúpula militar”, agrega Sipán. Pese a que ya estaba concedida la sala de un centro comercial importante temían que  tampoco pudieran presentar el libro ahí. Y así fue: les negaron la posibilidad de presentarlo, tal suceso Sipán lo califica de “censura descarada”. Admite de forma inmediata que se debió más bien a que este centro comercial “trabajaba con la academia militar”. 


Lamentablemente no les quedó más remedio que  buscar “la biblioteca de un centro cívico muy alejado”. Era el día 22 de abril del año en curso, un día antes de celebrarse del día del libro, recuerda el editor. Y aunque tuvo en consideración el fracaso que podía suponer presentar el libro con un número reducido de personas quedó deslumbrado porque “aquello fue un lleno descomunal”, pero lo curioso de todo esto era que la cola para entrar al centro cívico estaba compuesta por las mujeres de aquellos militares posicionados a pocos metros del lugar y que por miedo a las represalias no se atrevían a comprar el libro. Ese día de golpe se vendieron 300 ejemplares y como a partir de entonces en tres ocasiones siguientes vendieron 400 libros en mano detectaron que la primera edición se iba a quedar corta, por ello en ese mismo mes “hicimos dos ediciones”, quizá porque ya no parecía arriesgado seguir editando, no obstante las presentaciones tendrían un componente mucho más inusitado.       

Cosas raras

Además de algunos infiltrados “en las presentaciones siempre había un soldado con una cámara de vídeo”. Como parte de un hecho anecdótico Oscar rescata que la tarde que hicieron una segunda presentación en Madrid, “Mario, mi socio que es bastante alto permaneció detrás del público asistente y vio como por WhatsApp un tipo escribía: posible célula de sindicato militar. Ambos ahí se dieron cuenta que el peligro que veía el ejército en todo esto no era el libro, sino que “los militares afectados cada vez que asistían a las presentaciones se unieran y empezaran a hablar” y que se fuera perdiendo el miedo. “Ya sabes que no pueden manifestarse, ni reunirse, pero sí pueden ir a la presentación de un libro”, dice. 

Lo cierto es que  en dichas presentaciones muchos de ellos aprovechaban para contar su problemática, en ese sentido los paracaidistas explicaban que los obligaban a saltar con paracaídas que ni siquiera eran para su peso o con siete años de caducidad y que incluso a quien denunció esto agregó que un capitán le dijo, no tú tranquilo…esto es como los yogures… duran más. “Parecía tan espectacular como una película de Berlanga”, compara Sipán.  

Más cosas raras

 Según el espía David Vidal, en España se pinchan unos 1.000 teléfonos al año.

Un día el teniente Luis Gonzalo Segura les dijo a los editores de Tropo que “teníamos pinchados los teléfonos”, relata el editor de Tropo esta vez con seriedad en la voz. Añade además que al teniente “sus mandos lo condujeron a unos baños para revelarle determinadas conversaciones que él había tenido con miembros de la editorial en privado”. Se acercaban al teniente “con una libreta para desvelarle que quedaban apuntadas conversaciones entre él y  compañeros de trabajo”.

Los escorpiones


Al margen de esto Oscar Sipán  y Mario de los Santos ya intuían que podía ocurrir, incluso tratándose de conversaciones que nada tenían que ver con el libro. Por ello “quien sabe si esta entrevista vía telefónica esté siendo registrada”, destaca Oscar pero al mismo tiempo deja en claro que todo lo que hablamos es público. Se detiene un momento y a continuación añade que en la medida que transcurría el tiempo “empezamos a descubrir que más que un libro Un paso al frente “estaba conformando un movimiento pues otro hecho curioso es que la portada de la novela, una especie de Hammer con cola de escorpión ha sido tan simbólica “que ahora dentro del Ejército existe un movimiento en torno a la democracia que se hacen llamar “los escorpiones”.  

Lo cierto es que empiezan a descubrir que el libro se está vendiendo de una forma brutal, “el primer círculo es militar y los segundos círculos están conformados por la sociedad. Lo pusimos fácil para que el libro pudiera estar visible en lugares de tránsito,  estaciones de tren, librerías de aeropuertos, en este tipo de sitios donde el acceso de los militares que se mueven mucho por España es más cercano”. Ahí comenzaron a cimentar el éxito de esta publicación, hasta que un día descubren una situación todavía más inesperada.  

Pirateo del libro


Un periodista que experimentó el fracaso luego de que le piratearan un libro sobre la relación entre la ultraderecha con la prostitución, a la semana de haberlo publicado, les advirtió a estos editores que de sucederles algo similar “os van a matar el libro”, y aun cuando parecía improbable, sucedió. 

“Descubrimos” relata Oscar Sipán que “el primer envío de Un paso al frente se hizo desde direcciones del Ejército de tierra y había llegado por correo electrónico a los 130 mil militares y a la Guardia civil.

“Fuera de las presentaciones no se les ocurrió otra cosa mejor, señala este editor. Destaca al mismo tiempo que “entonces nos asustamos mucho porque nosotros somos civiles, no hemos hecho nada, hemos arriesgado nuestro dinero por publicar una novela, el único mal que hemos hecho es publicar un libro”. Aun así  optaron por ir a  ver a un abogado que les planteó la posibilidad de demandar al Ejército por 3 millones de euros por el daño causado”, explica. Sin embargo “no nos atrevimos”. Cierto es sin embargo que “hay que felicitar al Ejército por la maravillosa campaña de marketing que han hecho pues ni al mejor publicista de Hollywood se le hubiera ocurrido cometer tantos errores de niño. Han dotado al libro de un valor monumental”. Ahora bien, un detalle que cabe señalar es que la gente pese a la piratería “por militancia” continúa comprando el libro.

Luis Gonzalo Segura

Desde la 1ª edición hasta ahora han transcurrido ya varios meses que todavía no alcanzan un año y, por si fuera poco, “ahora mismo vamos en la 7ª  edición. Hay  más de 30 mil ejemplares impresos de los cuales se han vendido 20 mil ya. Lo más asombroso de todo esto es que a la fecha se venden 100 ejemplares diarios. Esto es algo que “no nos había pasado nunca”, así como tampoco que recibieran una llamada  “para incluir el libro dentro de una enciclopedia”.   

Amor y odio

Ahora es ya de conocimiento general que la figura del teniente Luis Gonzalo Segura “es amada y odiada pero es más amada que odiada”. Sipán considera que el 90% de los componentes del Ejército apoya a este teniente que se ha gastado más de 15 mil euros de su propio bolsillo en denuncias. Y aun cuando existe una cúpula militar que le da la espalda cabe mencionar que al autor de esta controvertida novela, aun cuando reconoce que no es escritor, lo han venido a buscar todas las grandes editoriales para apoyarlo en sus futuros libros.



















Sipán admite que “es lo menos literario que hemos publicado, pero se trata de un fenómeno de proporciones enormes” y que se suma a otros referentes de libros de denuncia como  “Imán de Ramón J. Sender, publicado en los años 20 y que sirvió para demostrar las condiciones precarias de la tropa en Marruecos, o La forja de un rebelde de Arturo Barea, en los años 50 que mostraba esa cara amarga del Ejército”. Un paso al frente ha servido para “dibujar un estamento que nadie había dibujado. Y es que “al Ejército nadie se ha atrevido a hincarle el diente”, sentencia. 

Revista Rambla
Christian Jara 
22/10/ 2014

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