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11/10/15

ROZANDO LA CÚPULA... DEL TRUENO

Las grabaciones del 'caso Segura' que intenta ocultar el alto mando militar


El teniente Segura, expulsado del Ejército de Tierra por airear la corrupción de la que fue testigo, solicita ante el Tribunal Central castrense la reapertura de su caso incluyendo esta vez las grabaciones que los jueces militares decidieron excluir del primer proceso y a las que ha tenido acceso 'Público'.
Luis Gonzalo Segura, en la redacción de Público. JAIRO VARGAS

El caso del exteniente del Ejército de Tierra Luis Gonzalo Segura ha llegado al Tribunal Central militar. El exoficial fue expulsado por hacer "manifestaciones contrarias a la disciplina" de las Fuerzas Armadas al detallar en los medios de comunicación los casos de corrupción de los que había sido testigo como miembro de la unidad SUBOPER (Subdirección de Operaciones de Red) de la JCISAT (Jefatura CIS y de Asistencia Técnica) del Ejército, además de denunciar la connivencia de una cúpula militar "seudofascista"


Segura se convirtió en una figura mediática. Antes de su aparición, ningún militar había denunciado con tanta claridad las irregularidades que se producen tras los muros de los cuarteles, con el amparo de una Justicia militar cuya falta de independencia ha llegado incluso al Parlamento Europeo. Su vehemente batalla contra la decisión de los jueces castrenses de tumbar su caso, con una huelga de hambre, tres arrestos administrativos y una expulsión que el ministro de Defensa Pedro Morenés calificó de "ejemplarizante" le llevó a todos los medios de comunicación.

Ahora, el exteniente ha solicitado la reapertura de su caso ante el Tribunal Central militar. En el primer proceso, los jueces castrenses desestimaron su demanda explicando que "para solventar este tipo de problemas existía un comité de seguimiento" que incluía a tres altos mandos y "dos brigadas auxiliares" de uno de ellos, "formando parte además como encargadas de la calidad del servicio dos ingenieras de la Encomienda y el Departamento de quejas". El tribunal no llamó a los miembros de este comité, y ante la incredulidad de Segura, tampoco admitió como prueba las grabaciones en las que los dos brigadas mencionados, así como una de las ingenieras —es decir, tres de las cuatro personas encargas de la vigilancia, excluyendo a los altos mandos—, admitían que conocían los desfalcos y que aquel comité era "el salvaje oeste, un territorio sin ley". 

El 'caso Segura'


La principal denuncia del exoficial gira alrededor de un inventario del material informático del Ejército de Tierra (ET). Un registro que "reveló desfases de hasta el 40% en todas las unidades del ET evaluadas (el 85%)", declara Segura, y que supone "la primera prueba documental de la existencia de cajas B, fondillos o como se quiera llamar, en el ET". 

Segura acusa a un teniente coronel (Ayerra) de parar deliberadamente el inventario cuando aún quedaba un 15% de los equipos por clasificar, y de utilizar parte del material que quedó en un limbo administrativo para montar un Simulador Básico de Adiestramiento (SIMBAD) en Ceuta, creando así una vacante en la ciudad autónoma que el mismo teniente coronel ocuparía. "La trampa", explica Segura, es que "el SIMBAD no es competencia de la SUBOPER, encargada de comprar el material informático para uso general. La sala SIMBAD es competencia del Mando de Apoyo Logístico del Ejército de Tierra (MALE): el favor es dotar con equipos y gastar dinero en transporte que no te compete para crear una vacante en Ceuta, donde los tenientes coroneles ganan casi 2.000 euros más".

Simulador de combate

(Voces distorsionadas) Lee la transcripción aquí

En la grabación, Segura habla con los dos brigadas auxiliares del comité de seguimiento citado por el tribunal. Uno de ellos afirma: "Yo lo tengo muy claro, Ayerra compró la vacante" poco antes de antes de explicar como este alto mando consiguió hacerse con un puesto bien remunerado en Ceuta "a dedo". La unidad GISMI que mencionan es la encargada del mantenimiento integral de los equipos, sistemas informáticos y (hardware y software) y redes de propósito general en el ámbito del E.T. 

La tercera persona a la que hacen referencia, "Belén", es una de las ingenieros presentes en el mencionado comité de seguimiento. Belén emitió un informe al observar un extraño movimiento de material informático a Ceuta que costó 5.000 euros. Cuando sus superiores directos hicieron caso omiso de su reporte, y ante la sospecha de que pudieran estar implicados en la trama, acudió también a su general. Cuando sus mandos se enteraron de este movimiento, la despidieron de forma fulminante excusándose en la "pérdida de confianza", a la que se hace referencia al final de la grabación. 

La cúpula del trueno (Max Mad 3)
(Voces distorsionadas) Lee la transcripción aquí

En esta segunda grabación, los mismos participantes en la conversación hablan de los 700.000 euros que se perdieron al detener el inventario y convertirlo en "basura", y del pozo sin fondo en el que han convertido los recursos de GISMI. Otro de los brigadas del comité de seguimiento afirma: "Yo también lo sabía, pero me voy a callar la boca".
 
En la última grabación del diálogo entre Segura y los brigadas, hablan del coronel Crespo, que al ver "el percal" organizado, decidió "cortarlo", lo que le valió ser "cesado": "No me has pagado mi sobre de todos los meses, ¿Y qué me estás contando? ¿y quién ha sido? ¡Hijo de puta!". "Yo estoy pendiente de renovación ahora y me callo como una puta, cuando ascienda luego igual remuevo pero ahora calladito como una puta..." confiesa otro de los brigadas auxiliares, dando idea de la efectividad de este órgano de control que el tribunal usó para desestimar la primera denuncia de Segura. 

(Voces distorsionadas) Lee la transcripción aquí

Otra de las pruebas aportadas por el exteniente Segura es la confesión de Belén, una de las dos ingenieras miembros del comité de seguimiento. Es la trabajadora despedida por dar parte al general de los desfalcos que mencionan los brigadas en la primera grabación, que además obliga a otras unidades del cuerpo a "canibalizar equipos".

En sus conversaciones con Segura reconoce que teme por su familia tras haber intentado destapar la malversación de fondos ("era cerrar la puerta a cal y canto y derrumbarme") y que piensa apoyar la declaración del exteniente ("yo voy a corroborar tu historia"). Al drama que vive por su despido une el estridente sonido del despertador al darse cuenta del alcance que este tipo de prácticas tienen en el Ejército: 



"Yo salí de allí pensando que aquello era un caso puntual, no que esto era..." 
Madrid - 09/10/2015

16/6/15

MUCHAS GRACIAS

Teniente Luis Gonzalo Segura

Hoy he sido expulsado de las Fuerzas Armadas y podría dedicar mis primeras palabras como ex militar (¡qué raro suena!) a la rabia, al rencor, al odio, a sacar toda la bilis que hay dentro de mí, pero me equivocaría. La verdadera formación militar, la que he aprendido de los soldados, la que me han enseñado los oficiales, la que he admirado de los suboficiales, de todos esos buenos militares, que los hay y muchos, de estos trece años siendo militar, me hacen elegir otro camino. Hoy doy las gracias de corazón a todos los que han llegado hasta aquí, a los que estuvieron en este lado de la trinchera y a los que nos dispararon. MUCHAS GRACIAS

Podría arremeter contra los altos mandos que permiten que los delincuentes y acosadores sexuales se reintegren en las Fuerzas Armadas mientras que los que denuncian corrupción sean expulsados, me equivocaría. Prefiero dar las gracias a todos esos militares que me han animado, apoyado e incluso informado en secreto. MUCHAS GRACIAS.

Podría despotricar contra los periodistas que no han contado esta historia y con ello han sepultado la esperanza de tantas y tantas personas que sufren, me equivocaría. Prefiero dar las gracias a todos esos periodistas comprometidos que han sido valientes y han contado esta noticia o a los que me han regalado este espacio de libertad al permir escribir en este blog. MUCHAS GRACIAS.


Podría maldecir a todas esas personas que me han insultado, zarandeado, calumniado, difamado o escupido, me equivocaría. Prefiero dar las gracias a todos los que sin conocerme de nada se han involucrado, han ayudado en las redes sociales o, sencillamente, me han animado en la calle al encontrarse conmigo. MUCHAS GRACIAS.

Podría lamentarme por haber perdido amigos o compañeros, por saber que hay personas que se cruzan de acera con tal de no verme, me equivocaría. Prefiero dar las gracias a todos los que me han hecho descubrir lo que es el altruismo y han regalado tiempo y dinero sin que nadie se lo pidiese. MUCHAS GRACIAS.

Podría criticar con amargura a todos esos políticos a los que les ha importado un pimiento todo aquello que no sea vender armas y para los que los militares o guardias civiles son ciudadanos de segunda, me equivocaría. Prefiero dar las gracias a todos los políticos que una y otra vez han perseguido la regeneración con todas sus fuerzas, a veces de forma desesperada. MUCHAS GRACIAS.


Podría rendirme porque hay muchos días en los que parece que nada merece la pena, en los que la incertidumbre y la sensación de haberme lanzado contra un molino de viento me ahogan, me equivocaría. Prefiero dar las gracias a la vida por tener un día más para continuar esta lucha por los soldados discapacitados que son abandonados, por los soldados que son acosados o por los que se suicidan en la oscuridad del anonimato. MUCHAS GRACIAS.

Señor de la Guerra, Señores Generales, Señores Oficiales, Señores Jurídicos y resto de personal: Podría felicitarles por su abrumadora y aplastante victoria, me equivocaría. Hoy Ustedes han demostrado lo que llevo tanto tiempo denunciando, hoy en la inmensa derrota en la que me han sumido han terminado por exponerle a toda la sociedad la clase de personas que son, el tipo de militares que dirigen los designios de las Fuerzas Armadas. Su victoria de hoy, será su derrota de mañana. MUCHAS GRACIAS.

Quisiera dar las gracias a todos esos soldados (en sentido amplio) que honran el uniforme día tras día, en mitad de una horripilante dictadura, derramando su sangre por un futuro mejor para otras personas que no son ellos. Me siento muy orgulloso de haber trabajado junto a vosotros. MUCHAS GRACIAS.


Quisiera soñar, cerrar los ojos y despertar, mirar a mi alrededor y descubrir que las Fuerzas Armadas son modernas, democráticas y al servicio de sus ciudadanos. Sería increíble que en esa ensoñación los militares fuesen queridos por todos los ciudadanos. Quisiera ver orgullo en los ojos y no temor, porque un Ejército no debe ser temido jamás por ninguno de sus ciudadanos. Un Ejército solo puede ser orgullo, un inmenso orgullo… Si no soñase, me equivocaría. MUCHAS GRACIAS a todos los que soñaron esto antes que yo porque los sueños son contagiosos y yo, ahora, estoy soñando. MUCHAS GRACIAS.

FUENTE:  publico.es
Un paso al frente
Teniente Luis Gonzalo Segura
11/06/2015

5/3/15

NI ENTERRAR A LOS MUERTOS

Teniente Luis Gonzalo Segura

Siempre supe —y el tiempo me lo ha confirmado—, que no sería nada fácil. Sabía que en las Fueras Armadas hay excelentes militares por los que merece la pena luchar: oficiales que no rehúyen sus obligaciones —aunque escasos—, suboficiales a los que deben permitir ascender y tropa a la que deben permitir ser militar de carrera.

También sabía que una parte de la cúpula militar comete abusos, corruptelas y disfruta de unos privilegios inadmisibles mientras el resto de la cúpula militar lo tolera por miedo o por interés o por ambos.

Era fácil prever que nunca se haría una auditoría en condiciones, que la justicia militar se dedicaría a tapar lo sucedido, que el Rey miraría para otro lado o que me encontraría con una obscena persecución


Lo que jamás llegué a imaginar, es que no me concediesen un permiso de tres o cuatro horas para poder enterrar a mi tío —fallecido ayer— y poder abrazar y consolar a mi familia, al tiempo que ellos lo hacían conmigo. No lo pude imaginar porque pensaba que podrían ser mezquinos o ruines, pero tendrían un código de honor, uno de esos códigos que hasta los delincuentes poseen.

Lo pensé porque yo, que pienso luchar hasta el final por conseguir justicia me encierren el tiempo que me encierren, sí les habría dado ese permiso. No lo habría hecho por caridad, ni tampoco por ser buena persona, lo habría hecho porque hay un código de honor no escrito que permite poder hacer concesiones como que cada uno entierre a sus muertos, sin que por ello se pierda un ápice en la batalla, sea del tipo que sea, hasta en el caso de su vendetta.

Esta noche, sólo en la habitación, después de casi 130 días de arresto (más de lo que sufrirán la mayoría de corruptos) y de haber pasado por todo tipo de abusos, siento más que nunca que este no es el Ejército que había soñado, ni el que quiero, ni el que debería ser.

 

Esta noche lloro porque no podré cumplir mi promesa de ver a mi tío el día que recupere mi libertad porque ya no estará, lloro porque no he podido abrazar y consolar a mi familia y que ellos me consolaran, lloro porque ninguna otra noche me dolió tanto ser prisionero de esta batalla, pero esta noche también lloro por un Ejército que ya no tiene un código de honor, ni tan siquiera, el que comparten los ladrones.

FUENTE: publico.es
Un paso al frente
Teniente Luis Gonzalo Segura
02/03/2015

COMENTARIOS


Después de leer el artículo del teniente Segura me he quedado sin palabras. Un oficial que, tras denunciar casos de corrupción que ha conocido por su trabajo, ¡y que no han sido investigados! se está viendo sometido a una auténtica persecución, con prolongados arrestos injustificados... ¡Esto no es una democracia!


Una estructura franquista que no ha cambiado con el tiempo.


Lo de no dejarle ir a abrazar a sus familiares es de canallas. Sus jefes tienen el cerebro de una rata de alcantarilla.

29/10/14

NADIE SE HA ATREVIDO

“Al Ejército nadie se ha atrevido a hincarle el diente”

Mario de los Santos y Oscar Sipán (Tropo editores)

“Son tiradas de 4 mil ejemplares” y ya van ya por la 7ª edición. Se trata de Un paso al frente, (Tropo 2014) la novela escrita por el teniente Luis Gonzalo Segura y que ha causado incomodidad en la cúpula del Ejército español. Ahora es ya todo un éxito y sigue dando que hablar. Venden un promedio de “100 libros al día” y todavía les quedan cortas las más de 40 presentaciones del libro pues en esta semana, además de Valencia han estado en Cuenca y los próximos días en varias ciudades de Zaragoza. Al teniente, a los editores y la agencia literaria Página tres, los une el azar o quizá debamos decir los une la escritura.

Oscar Sipán y Mario de los Santos (Tropo editores) al mes reciben cientos de manuscritos, cabe señalar sin embargo que así como invierten tiempo en leer aquello que les llega, se queman también las pestañas cada vez que escriben. Si da la casualidad que lo hacen a cuatro manos, acuden al seudónimo: Galgo Cabanas. Parte de este historial que los fusiona es la novela “Cuando estás en el baile bailas” Ganaron con ella el XVI premio Ciudad de Getafe de novela negra en 2012, sin imaginar que dos años más tarde dicho triunfo los conduciría a otro que tendría que ver con su labor editorial. 


Y es que haber ganado ese premio valió para que  desde la agencia literaria Página tres se pusieran en contacto con ellos con la finalidad de representarlos, la emoción fue grande. Además de lo interesante de la propuesta de alguna manera sirvió para que se pusieran en conjunto también a trabajar ya que desde la agencia les derivaban algunos manuscritos. Así fue como a editorial Tropo llegó la novela El Ejército de los mediocres que después pasó a llamarse Un paso al frente del teniente Luis Gonzalo Segura. “El cambio del título fue de común acuerdo entre todos”, destaca Sipán. “Nos parecía que El Ejército de los mediocres mataba un poco el subtítulo que quisimos poner: (el libro que ilumina y molesta al Ejército español), pues ese era un poco el sentido y entendíamos que dar Un paso al frente era lo que el teniente había hecho. 

Lo cierto es que la historia llegó por email a la agencia Página 3 de Barcelona. A Piluca Vega, (ahora agente literaria del teniente Luis), le llamó la atención “recibir un documento desde el Ejército y enviado por un militar; pero sobre todo el tono en el que estaba escrito”. Y así, de la agencia pasó a la editorial y de la editorial a la imprenta y de la imprenta a las manos de los lectores. ¿Y el resultado de esto? “El trece rojo en la ruleta”, admite Sipán rebosante de alegría y no es para menos. Para una editorial independiente como Tropo, por cierto a punto de cumplir ya los diez años de vida, la publicación de este libro  es un respiro con letras mayúsculas. 

Nicho editorial


Luego de leer el texto del teniente Segura en la editorial entendieron que no existía nada escrito respecto a lo que hacía un soldado en los cuarteles españoles en el siglo XXI. “Encontramos lo que se llama un nicho editorial” explica Oscar. Y es que el Ejército es “una administración a la que nadie ha podido meter mano: un reducto con bastantes reminiscencias del pasado”. Cualquiera que haya hecho la mili o haya tenido un familiar cercano, vecino o amigo, sin duda “debe haber escuchado cosas parecidas a las que se narran en Un paso al frente y muchas personas coinciden en que el teniente “se ha quedado corto con lo que cuenta en el libro”. En ese sentido Oscar Sipán añade que el teniente Segura “ha abierto una especie de buzón militar donde de momento le han escrito más de 2 mil soldados relatando todo tipo de historias”. Y es que Un paso al frente “es un libro que “señala” aun cuando sean personajes de ficción, pues son personajes que pueden encontrarse en el Ejército”, entiende.   

Un libro que cumple una doble función

 

Los editores de Tropo son conscientes de que lo primero que un libro necesita para calar “es que la gente se identifique con él”, el caso de Un paso al frente sin embargo, es muy peculiar pues se trata de un libro que cumple doble función, y es que por un lado descubre ese mundo para muchos oculto y por el otro, acerca las sospechas de muchísima gente con respecto a las fuerzas armadas”. Con ambas vertientes desde un principio “pensamos que podía ser un libro de éxito editorial”, explica.  

Es una novela

Eso sí, que quede claro que Un paso al frente es “una novela” y lo que les ocurre a los personajes en las 11 últimas páginas son links de noticias aparecidas en prensa y que en cierta forma está justificado porque ha pasado en la realidad. Con esa información “es imposible que vayan a por ti, ¡es una novela!” reitera Sipán convencido de que “sería una bomba ahora mismo retirar un libro del mercado”.

La primera presentación


Aun cuando hablamos de un material de ficción “ninguna de las grandes cadenas o librerías aceptaron este libro”; por ello la primera presentación tuvo lugar en una pequeña librería en Madrid. Sin embargo “fue increíble”, recuerda Oscar con ánimo en la voz  pues había más de 200 personas “y la cola para firmar ejemplares del libro daba la vuelta a la calle”. Ese día sin duda se agotaron todos los ejemplares. 

Censura descarada

Algunos días antes de la presentación del libro en Zaragoza el teniente Segura previno: “cuidado; ahí yo no conozco a nadie y segundo: es una ciudad enemiga” ¿A qué venía esto? Pues “porque Zaragoza es una ciudad de oficiales, hay una academia militar y este libro de alguna forma protege a soldados, a la tropa y a suboficiales pero les mete duro a los oficiales y a la cúpula militar”, agrega Sipán. Pese a que ya estaba concedida la sala de un centro comercial importante temían que  tampoco pudieran presentar el libro ahí. Y así fue: les negaron la posibilidad de presentarlo, tal suceso Sipán lo califica de “censura descarada”. Admite de forma inmediata que se debió más bien a que este centro comercial “trabajaba con la academia militar”. 


Lamentablemente no les quedó más remedio que  buscar “la biblioteca de un centro cívico muy alejado”. Era el día 22 de abril del año en curso, un día antes de celebrarse del día del libro, recuerda el editor. Y aunque tuvo en consideración el fracaso que podía suponer presentar el libro con un número reducido de personas quedó deslumbrado porque “aquello fue un lleno descomunal”, pero lo curioso de todo esto era que la cola para entrar al centro cívico estaba compuesta por las mujeres de aquellos militares posicionados a pocos metros del lugar y que por miedo a las represalias no se atrevían a comprar el libro. Ese día de golpe se vendieron 300 ejemplares y como a partir de entonces en tres ocasiones siguientes vendieron 400 libros en mano detectaron que la primera edición se iba a quedar corta, por ello en ese mismo mes “hicimos dos ediciones”, quizá porque ya no parecía arriesgado seguir editando, no obstante las presentaciones tendrían un componente mucho más inusitado.       

Cosas raras

Además de algunos infiltrados “en las presentaciones siempre había un soldado con una cámara de vídeo”. Como parte de un hecho anecdótico Oscar rescata que la tarde que hicieron una segunda presentación en Madrid, “Mario, mi socio que es bastante alto permaneció detrás del público asistente y vio como por WhatsApp un tipo escribía: posible célula de sindicato militar. Ambos ahí se dieron cuenta que el peligro que veía el ejército en todo esto no era el libro, sino que “los militares afectados cada vez que asistían a las presentaciones se unieran y empezaran a hablar” y que se fuera perdiendo el miedo. “Ya sabes que no pueden manifestarse, ni reunirse, pero sí pueden ir a la presentación de un libro”, dice. 

Lo cierto es que  en dichas presentaciones muchos de ellos aprovechaban para contar su problemática, en ese sentido los paracaidistas explicaban que los obligaban a saltar con paracaídas que ni siquiera eran para su peso o con siete años de caducidad y que incluso a quien denunció esto agregó que un capitán le dijo, no tú tranquilo…esto es como los yogures… duran más. “Parecía tan espectacular como una película de Berlanga”, compara Sipán.  

Más cosas raras

 Según el espía David Vidal, en España se pinchan unos 1.000 teléfonos al año.

Un día el teniente Luis Gonzalo Segura les dijo a los editores de Tropo que “teníamos pinchados los teléfonos”, relata el editor de Tropo esta vez con seriedad en la voz. Añade además que al teniente “sus mandos lo condujeron a unos baños para revelarle determinadas conversaciones que él había tenido con miembros de la editorial en privado”. Se acercaban al teniente “con una libreta para desvelarle que quedaban apuntadas conversaciones entre él y  compañeros de trabajo”.

Los escorpiones


Al margen de esto Oscar Sipán  y Mario de los Santos ya intuían que podía ocurrir, incluso tratándose de conversaciones que nada tenían que ver con el libro. Por ello “quien sabe si esta entrevista vía telefónica esté siendo registrada”, destaca Oscar pero al mismo tiempo deja en claro que todo lo que hablamos es público. Se detiene un momento y a continuación añade que en la medida que transcurría el tiempo “empezamos a descubrir que más que un libro Un paso al frente “estaba conformando un movimiento pues otro hecho curioso es que la portada de la novela, una especie de Hammer con cola de escorpión ha sido tan simbólica “que ahora dentro del Ejército existe un movimiento en torno a la democracia que se hacen llamar “los escorpiones”.  

Lo cierto es que empiezan a descubrir que el libro se está vendiendo de una forma brutal, “el primer círculo es militar y los segundos círculos están conformados por la sociedad. Lo pusimos fácil para que el libro pudiera estar visible en lugares de tránsito,  estaciones de tren, librerías de aeropuertos, en este tipo de sitios donde el acceso de los militares que se mueven mucho por España es más cercano”. Ahí comenzaron a cimentar el éxito de esta publicación, hasta que un día descubren una situación todavía más inesperada.  

Pirateo del libro


Un periodista que experimentó el fracaso luego de que le piratearan un libro sobre la relación entre la ultraderecha con la prostitución, a la semana de haberlo publicado, les advirtió a estos editores que de sucederles algo similar “os van a matar el libro”, y aun cuando parecía improbable, sucedió. 

“Descubrimos” relata Oscar Sipán que “el primer envío de Un paso al frente se hizo desde direcciones del Ejército de tierra y había llegado por correo electrónico a los 130 mil militares y a la Guardia civil.

“Fuera de las presentaciones no se les ocurrió otra cosa mejor, señala este editor. Destaca al mismo tiempo que “entonces nos asustamos mucho porque nosotros somos civiles, no hemos hecho nada, hemos arriesgado nuestro dinero por publicar una novela, el único mal que hemos hecho es publicar un libro”. Aun así  optaron por ir a  ver a un abogado que les planteó la posibilidad de demandar al Ejército por 3 millones de euros por el daño causado”, explica. Sin embargo “no nos atrevimos”. Cierto es sin embargo que “hay que felicitar al Ejército por la maravillosa campaña de marketing que han hecho pues ni al mejor publicista de Hollywood se le hubiera ocurrido cometer tantos errores de niño. Han dotado al libro de un valor monumental”. Ahora bien, un detalle que cabe señalar es que la gente pese a la piratería “por militancia” continúa comprando el libro.

Luis Gonzalo Segura

Desde la 1ª edición hasta ahora han transcurrido ya varios meses que todavía no alcanzan un año y, por si fuera poco, “ahora mismo vamos en la 7ª  edición. Hay  más de 30 mil ejemplares impresos de los cuales se han vendido 20 mil ya. Lo más asombroso de todo esto es que a la fecha se venden 100 ejemplares diarios. Esto es algo que “no nos había pasado nunca”, así como tampoco que recibieran una llamada  “para incluir el libro dentro de una enciclopedia”.   

Amor y odio

Ahora es ya de conocimiento general que la figura del teniente Luis Gonzalo Segura “es amada y odiada pero es más amada que odiada”. Sipán considera que el 90% de los componentes del Ejército apoya a este teniente que se ha gastado más de 15 mil euros de su propio bolsillo en denuncias. Y aun cuando existe una cúpula militar que le da la espalda cabe mencionar que al autor de esta controvertida novela, aun cuando reconoce que no es escritor, lo han venido a buscar todas las grandes editoriales para apoyarlo en sus futuros libros.



















Sipán admite que “es lo menos literario que hemos publicado, pero se trata de un fenómeno de proporciones enormes” y que se suma a otros referentes de libros de denuncia como  “Imán de Ramón J. Sender, publicado en los años 20 y que sirvió para demostrar las condiciones precarias de la tropa en Marruecos, o La forja de un rebelde de Arturo Barea, en los años 50 que mostraba esa cara amarga del Ejército”. Un paso al frente ha servido para “dibujar un estamento que nadie había dibujado. Y es que “al Ejército nadie se ha atrevido a hincarle el diente”, sentencia. 

Revista Rambla
Christian Jara 
22/10/ 2014