La bioluminiscencia es la capacidad de emitir luz que posee algunos organismos vivos.
En el caso de los escorpiones, cuando
se iluminan con luz ultravioleta emiten una fluorescencia de color cian. Descubrir este fenómeno revolucionó el estudio de estos arácnidos;
gracias a ello fue posible localizarlos y observarlos por la noche usando
lámparas de luz negra.
La intensidad de la fluorescencia aumenta con la edad del escorpión. La cutícula es más brillante en las zonas más duras. Esto sugiere que los compuestos fluorescentes se segregan después de la muda o se forman durante el proceso de endurecimiento.
Cuando un escorpión adulto muda su cutícula, la desechada mantiene la fluorescencia, mientras que la nueva, aún blanda, carece de ella. Por lo general, durante la primera fase del desarrollo de los escorpiones, la fluorescencia es débil o inexistente y la van desarrollando sobre todo a partir de la tercera muda.
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