Las viñetas de un Malagón en estado crítico
El humorista gráfico celebra 20 años de trabajo con una exposición y un libro con 150 ilustraciones casi todas inéditas.
Escribió Bolaño que el humor es algo parecido a la felicidad, a la revolución y al amor. Un tridente difícilmente gestionable para la mayoría de mortales pero que, de la mano de algunos afortunados, queda plasmado a golpe de vista. Malagón lo consigue, sus viñetas reflejan lo que nos rodea con esa mirada de extrañeza que sintetiza lo que nos duele. En estado crítico (Inventa editores) es su última publicación, un libro en el que recoge material inédito pero con los ingredientes marca de la casa; acidez, crítica social y una estética muy personal.
“En estado crítico hace referencia, por un lado, a la coyuntura actual con asuntos como la presidencia de Trump, el Brexit o los atentados de Isis, un auténtico cóctel molotov cotidiano. Por otro, es una referencia a cómo me veo yo y lo que hago ante el mundo; me gusta sentirme un activista del humor gráfico, quiero reivindicar y denunciar a través de mi trabajo”, apunta Malagón desde su centro de operaciones en La Vila Joiosa.
Años de crisis, 15-M, leyes mordaza y corrupción a mansalva. Las viñetas de Malagón han atestado tiempos convulsos en los que la risa, tras la descarga inicial, se torna mueca sombría. Tiempos paradójicos también, sobrados de denuncia y por tanto de inspiración, pero precarios en lo profesional. “Creo que habré hecho centenares de chistes sobre la crisis en todas sus vertientes, de modo que me alegro que la cosa cambie y se oxigene un poco, que surjan nuevos personajes. También es cierto que con la crisis el hartazgo era generalizado y las viñetas se veían mucho más fruto de esta situación tan desgraciada”.
El Jueves, la revista Tiempo, El Mundo, ABC, El País Semanal, CTXT.es... Malagón ha desperdigado sus hallazgos en todo tipo de publicaciones desde que se iniciara en esto hace 20 años. Miles de ilustraciones después, Malagón sigue sin método ni secreto: “Para mí es tan simple como escuchar a la gente, sus conversaciones me revelan ideas y posibles asociaciones. Simplemente escucho los debates de la tele y también los que suceden a mi alrededor, esto me inspira”, confiesa este historiador alcalaíno reconvertido en humorista gráfico.
Y sin renegar de la viñeta, es más que probable que en lo sucesivo el universo Malagón cobre dinamismo. Nuevos lenguajes como el gif o la animación en los que ya anda experimentando. “Es un reto que quiero asumir, pese a que me encanta el humor gráfico. Quiero probarme en otros registros y salir de mi zona de confort. En ese sentido, la animación genera unas lecturas por parte del espectador bastante interesantes y quiero compatibilizarlo con mi trayectoria gráfica”.
Dos décadas de viñetas
MALAGÓN
Juan Losa - Madrid
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