Según el
Reglamento de la Cámara Baja, la votación podrá ser secreta
si así lo
piden dos grupos parlamentarios, o bien una quinta parte de los
diputados.
Eso de una votación secreta, de espaldas a la ciudadanía, para conformar la Mesa del Congreso o lo que sea, es la mayor tomadura de pelo posible a todo un pueblo, que no sabe qué puñetas están haciendo sus gobernantes con la confianza que depositaron en ellos a través de las urnas.
El problema en esta ocasión estriba en que los candidatos unidos de C's y PP, recibieron 179 votos, es decir, diez más de los que suman sus respectivas formaciones, así que se desconoce con quienes más han pactado esos apoyos.
A mí, en particular, me importa un carajo si esos señores pactan con la propia derecha, con la izquierda, con los independentistas o con el Coño de la Bernarda, pero los ciudadanos de este país nos merecemos un respeto. Hemos de saber en todo momento, qué es lo que se cuece en las instituciones del estado (que son nuestras -de la ciudadanía en general- ¡no lo olvidemos!) porque "sus señorías"
¡No mis niños, no! Aquí hay que rendirle cuentas en todo momento al pueblo soberano, que es quien los ha colocado en sus poltronas y quién les paga, vía impuestos, sus tremendos sueldazos y demás prebendas, porque, en realidad, son ustedes nuestros servidores, no nuestros amos. Así que espabilen e intenten convertir esta pachanga en una verdadera democracia o arriésguense a seguir bailándola y que el pueblo llano, cuando menos se lo esperen, monte en cólera y acabe por arrancarles... la corbata.
Y es que todo tiene un límite .
Ciudadano Plof
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