24/9/12

UNA VERDADERA INFAMIA

Los vampiros de Grecia

La deuda de Grecia es impagable porque, en realidad, ya ha sido pagada, sólo en intereses, en los últimos veinte años. Una deuda ilegítima, pues alimentó una corrupción galopante. Grecia, por lo tanto, no tiene ninguna deuda.


El endeudamiento comenzó poco antes de la introducción de la moneda comunitaria y ha crecido a la sombra del euro, como su negativo vergonzante. La introducción del euro, como señala Leonidas Vatikiotis1, miembro de la comisión auditora de deuda griega, significó la muerte lenta de la industria local: al abrir las fronteras al euro también se abría el mercado interior a la producción de las naciones industrializadas del norte. La industria griega no pudo competir con la alemana o francesa, más desarrolladas y mejor protegidas. Ya lo decía el filósofo Simón Rodríguez: “Hay que calcular la prosperidad sobre la industria propia, no sobre la ajena”.

Tras la muerte de la industria local Grecia se convirtió en una economía eminentemente monetaria, dedicada al consumo. Como no producía, sostenía sus gastos con financiamiento internacional privado. Ese financiamiento internacional privado mantenía en mínimos los niveles de vida de la sociedad, pero se encontraba dirigido de manera especial a los antiguos capitalistas convertidos a la “economía de servicios”, que en cristiano viene a ser una economía mercantilista, un mercado en el que se vende y se compra, pero no se produce. Costas Karamanlis, el líder de Nueva Democracia que gobernó Grecia entre 2004 y 2009, lo resumió de forma desvergonzada:

“La política social se hace con dinero prestado, el gasto militar no se muestra en el presupuesto y las deudas se contraen en secreto”.


No obstante, esa política social a la que se refiere Karamanlis consistió, desde la década de los 90, en la privatización de las empresas públicas, en precarización del trabajo, en reducción de los sistemas sociales de seguridad, en síntesis, en neoliberalismo puro. El correlato de las privatizaciones y la precariedad laboral fueron obras de infraestructura extensiva, como dotar de Internet a la población rural y la organización de mega-espectáculos como las Olimpiadas de 2004.

Aunque la sociedad se beneficiaba del trabajo pasajero de unas obras de infraestructura financiadas con deuda internacional, el dinero lo recibían los ex capitalistas transformados en banqueros, importadores y especuladores, así como los militares, que renovaban sus armas. El ejército griego, desde hace veinte años, responde a los intereses de la OTAN, los EEUU y las clases dominantes griegas a las que les conviene mantener un conflicto irreal con Turquía, en torno a la isla de Chipre.

¿Cómo hacía Grecia, entonces, para cancelar los intereses de su deuda a los acreedores, al Alpha Eurobank, AXA, BNP Paribas, CNP Assurances, Commerzbank, Deutsche Bank, ING, Intesa San Paolo, LBBW and National Bank of Greece3? ¿Cómo lo hacía, si su industria había colapsado tras el ingreso en la eurozona y vivía, literalmente, de prestado? Lo que hacía Grecia era pedirle dinero a uno para pagarle a otro, pedirle al Eurobank para pagar al BNP Paribas, luego al ING para saciar al National Bank of Greece. Grecia es sólo un microcosmos de lo que ya sucedió en el Wall Street de las subprimes y el crac mundial de 2008.


Los bancos no sólo sabían lo que Grecia hacía, sino que eran los que propiciaban semejante política, porque ellos hacen lo mismo. Grecia no podía pagar, pero los bancos le seguían prestando dinero a un interés cada vez más alto. A Grecia, que se convirtió en una especuladora, se le pidió pagar, sin embargo, un interés 3 o 4 veces mayor del que se pide a los países del norte.

Sólo en intereses Grecia pagó en 2011 un 7,4% del PIB4. Asumiendo que cada año, durante veinte años, Grecia destinara un 7% de su PIB al pago de intereses, la deuda, que se supone asciende al 115% de su PIB, resulta más que pagada. Sólo en concepto de intereses Grecia habría cancelado ya el 140% de su PIB en veinte años.

Sin embargo, los bancos temen perder su dinero (¡Pero si ya lo han cobrado!). Si el monto de la deuda fuera demasiado grande los bancos se deslizarían “al borde de la quiebra”.


Pobres bancos

Para no perder el dinero que le han prestado a Grecia –y que han consumido sus clases dominantes–, los “pobres bancos” han aceptado reducir en un 50% sus pretensiones, incluso algunos han admitido cobrar sólo el 25% de una deuda que ya está pagada.

Es que los pobres (¡los miserables!) bancos quieren recuperar algo de su dinero y no quieren enviar a Grecia al default financiero.

Como Grecia no puede pagar ni siquiera ese 25% que generosamente han aceptado cobrar los sacrificados banqueros, el FMI y el BCE han decidido socorrer a Grecia. ¿Cómo? Prestándole dinero –¡nueva deuda!– y exigiéndole más privatizaciones y reformas laborales extensivas.

“Los representantes de los acreedores internacionales pedirán al gobierno del premier Lucas Papademos resultados concretos en materia de lucha contra la evasión fiscal y de reforma del sistema fiscal. También insistirán sobre el cierre de los ‘entes estatales inútiles’ y sobre el despido del personal ‘sobrante’, la liberalización de profesiones y las privatizaciones, frentes sobre los cuales hasta el momento, consideran, se ha hecho muy poco. Además, en el centro de las iniciativas se encontrarán las medidas necesarias para cubrir el “agujero” de 3.000 millones de euros que servirán para afrontar el período 2012-2015”.


Comprendamos cabalmente el sentido de esta comedia:

El FMI y el BCE no están salvando a Grecia, sino a los bancos privados europeos

El gobierno griego contrae una deuda con el propósito de saldar otra, ilegítima y cancelada, que mantiene con los bancos privados. Estos bancos privados han alimentado a una cínica, corrupta e irresponsable clase dominante. Por eso esta deuda es ilegítima. Esta deuda se prestó a un interés altísimo: por eso, sólo en el pago de los intereses, la deuda ya ha sido pagada. El FMI, el BCE y los bancos privados quieren que esta nueva deuda, a un altísimo interés del 35%6, la pague la sociedad griega: el cierre de “las instituciones estatales inútiles”, el despido de “el personal sobrante” van a provocar lo que Leonidas Vatiokitis denomina “un genocidio social” “Este año se van a cerrar 1.054 escuelas. Tengo que decir que desde la creación del Estado griego en 1820 nunca se había cerrado ninguna escuela. También se han cerrado 54 hospitales y de cenas de departamentos de universidades. Centenares de jóvenes griegos y griegas dejan Grecia cada mes para ir a trabajar al Reino Unido, Estados Unidos, Australia y Canadá, como pasaba en el primer periodo de posguerra”.

¿Por qué el FMI y el BCE quieren imponerle al pueblo griego una deuda infame? ¿Por qué no se contentan con un nuevo ciclo de especulación? ¿Por qué quieren la sangre de los griegos en lugar de los intereses, las extensiones, los bonos, como ha ocurrido antes? Porque el neo-liberalismo ha caído. Alguien tiene que pagar las deudas de los años de especulación, de vida fácil, de irresponsabilidad. Y no van a ser ni los capitalistas del norte que captaron el mercado del sur, ni los banqueros privados que prestaban dinero, ni las clases dominantes griegas que se beneficiaron de esos préstamos. Va a ser la gente corriente que vivió del trabajo eventual y de las migajas de la ayuda.

El FMI y el BCE, lo mismo que la banca privada internacional, son los vampiros de Grecia. La clase dominante griega es su sanguijuela.



Sanguijuelas

Papademos, un perro fiel de la banca, está en Grecia para velar por los intereses de sus amos públicos (FMI, BCE) y privados (Alpha, Euro Bank, etc…). Se ha hecho con el poder mediante una humorada de nominada “gobierno de unidad nacional”, en la que participaron el PASOK (Socialistas), Nueva Democracia (Conservadores) y la Concentración Popular Ortodoxa-LAOS (Ultraderecha nacionalista). Tanto el PASOK como Nueva Democracia han conducido los destinos de Grecia en los últimos veinte años, y si hay que preguntarle a alguien en Grecia cómo se contrae una deuda y cómo se malgasta el dinero, ellos son expertos. Claro, son ellos, lo mismo que la ultraderecha nacionalista (que desde la dictadura de 1967-1974 no aparecía en escena) quienes se han beneficiado de la deuda. Son las sanguijuelas de Grecia.

Esta humorada de gobierno de “unidad nacional” fue precedida por una intimidación militar a Papandreu (PASOK). Cuando Papandreu intentó (¿sincera o falsamente?) llamar a un referéndum, simultáneamente se desató una crisis en la cúpula militar del ejército. Poco después Papandreu fue reemplazado por Papademos.

Pero la cosa no acaba ahí: es posible que algunos bancos griegos quiebren. No todos pueden salvarse en medio de la vorágine de toma y daca. El gobierno griego no va a poder salvar a todos los “pobres” bancos que han sostenido el “derrochador estilo de vida” de un pueblo que lleva veinte años padeciendo recortes, privatizaciones y precariedad. No puede. Tampoco el FMI y el BCE se pueden hacer cargo de todas las irresponsabilidades de los griegos y sus bancos. Algún banco quebrará. Quizá algún banco extranjero. Pero lo más probable es que sea uno nacional, uno griego.



Si quiebra un banco, el banquero no pierde su dinero. Se exilia, y lo que salva lo pone en otro banco. Los que pierden son los ahorristas, los aturdidos helenos que, como todos los nuevos ricos, confiaron en bancos que les pagaban un altísimo interés y les permitían vivir de la especulación. Ergo, porque no había de qué más vivir.

Trae cola

Lo que pasa en Grecia, sucede, como sabemos, en Italia, España, Irlanda, Portugal, y puede extenderse hacia el norte. Es posible que la banca privada, que ha sostenido estas economías especulativas, no pueda con el default de todos los estados.

Es posible que el FMI y el BCE no puedan salvar a toda la banca privada aún sacrificando los estados de bienestar de Italia, España, Irlanda, Portugal...

Aunque sacrifiquen ese estado de bienestar –ya lo está haciendo, de la forma más fría, más desalmada, al puro estilo de Papademos, Monti y Rajoy– es posible que muchos bancos quiebren… ¡“pobres” bancos! Y entonces, los irresponsables italianos, españoles, irlandeses, portugueses van a ver que su seguridad laboral, su sistema sanitario y educativo se hacen humo. Pero también el dinero que han puesto en sus bancos se puede evaporar.


La situación es tan ridícula que tal vez un día los cajeros electrónicos dejen de funcionar, en las ventanillas de los bancos digan que no hay sistema, que no pueden entregar dinero en ese momento… y un día los bancos cierran definitivamente.

La resistencia

En el caso de Grecia las horas están contadas. El sacrificio es ineludible: el FMI y el BCE que fungen de médicos sólo le están inyectando el crédito final para rematarla. Por eso lo que viene es difícil, el duro trabajo de la reconstrucción.

Lo que sucede en Italia, España, Portugal, Irlanda… me atrevo a pensar que no se puede ya detener. El shock que están viviendo estas sociedades parece que las hubiera paralizado. Sólo una enorme ola de rebeldía que sacuda y niegue el actual estado de cosas podría desviar el curso de los acontecimientos. ¿Hacia dónde? Resulta incierto. Podría provocar una emergencia de la extrema derecha, así como llevar al continente al borde de una revolución… cualquiera de las dos posibilidades suena terrible. Mientras, sobre el cielo de Europa, vuelan los cazas rumbo a Medio Oriente.


La resistencia: no más bancos estafadores, no más gobiernos lacayos, no más guerras coloniales. ¡No más!

Desobediencia, desobediencia, desobediencia…

Notas
1. http://www.cadtm.org/El-origen-de-la-deuda-publica
2. http://news.bbc.co.uk/2/hi/business/3649268.stm. Traducción mía.
3. http://www.cadtm.org/El-origen-de-la-deuda-publica
4. http://www.ansa.it/ansalatina/notizie/rubriche/restodelmundo/ 20120103192335366001.html
5. http://www.clarin.com/mundo/europa/Grecia-advierte-abandonara-rapido-auxilio_0_621537883.html
6. http://www.cadtm.org/El-origen-de-la-deuda-publica
7. http://www.publico.es/internacional/404556/el-ministro-dedefensa-releva-a-la-cupula-militar-de-grecia

Datos tomados de El Viejo Topo 290 / marzo 2012
Autor: David Guzmán Játiva

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