Resulta que multan al portador de una bandera republicana en un partido de balonmano, pero se permite una bandera franquista, permanentemente izada en una vivienda del Puerto de la Cruz.
He aquí la prueba:
Y yo me pregunto: ¿Pasa algo porque a algún nostálgico del anterior régimen le guste su bandera? ¿Verdad que no? Allá cada cual con su empanada mental y sus emblemas. Y eso que ésta, en su momento, nos fue impuesta a la fuerza. Entonces... ¿por qué no ocurre lo mismo con la republicana que, al fin y al cabo, salió de las urnas? Se supone que en esta "democracia" (¡Ay, que risa, tía Felisa!) existe "libertad de expresión" (¡Ay, que risa, tía Felisa! - BIS)
¡Me cago en...!
Declaraciones como ésa si que incitan a la violencia.
A todas éstas, me gustaría saber qué pasó con la bandera republicana, que ondeaba en lo alto del edificio ubicado frente al Jardín Botánico. Desconozco por qué un día dejó de estar allí, pero me temo lo peor. Si alguien sabe con detalle lo ocurrido, agradecería de antemano tal información.
A mí, si les soy sincero, me da lo mismo que las icen, que las arrién, que las agiten o que se envuelvan con ellas. No me molesta en absoluto ver ondear banderas, sean del color o del signo que sean; lo que verdaderamente me molesta es que se utilicen distintos raseros.
Curiosamente, de las dos banderas que ud muestra, la única que salió de un referendum (Constitución de 1978)fué la de arriba, la que quien sea ha puesto en su domicilio particular, vigente hasta 1981 y con ese escudo en situación legal actual de "sin uso oficial".
ResponderEliminarEn cambio la otra, la de la franja morada, no recuerdo que se aprobara en referendum alguno, corríjame si me equivoco, y en efecto, si la autoridad estima que portarla en eventos deportivos puede ser causa de incitación a la violencia, procede su retirada y/o multa, en este sentido la Ley del Deporte es clarísima.
Creo que el tema está claro. Si ud pone la bandera de la segunda república en su casa, como ha hecho el otro con la bandera del águila, NADIE le va a decir nada. Si la pasea por un estadio, se tendrá que atener a la legislación vigente sobre ese entorno en particular. Y lo dicho vale para ambas banderas, la nacional y la republicana.
Estimado ciudadano:
ResponderEliminarPláceme ver que accede usted a leer mi blog, aún cuando no compartamos las mismas ideas, lo cual siempre es de agradecer.
No es mi intención entrar en polémica alguna sobre unos determinados trapos, porque más allá del simbolismo que les queramos dar, eso es lo que, en esencia, vienen a ser las banderas: unos simples trapos que ondean al viento, aunque algunos nos quieran convencer de lo contrario. Sólo quiero dejar constancia de la legalidad del trapo republicano que, "por la fuerza de las armas" fue arrebatado de sus mástiles y sustituído por el trapo nacional, en un claro desprecio de la voluntad popular que, expresada libremente a través de las urnas, había hecho su elección de la España que quería.
Siguiendo el sentir de gran parte de la ciudadanía, que ya la había adoptado como propia, en contraposición a la rojigualda (identificada con la monarquía borbónica), la bandera tricolor, tras el triunfo del Frente Popular en las elecciones del 12 de abril de 1931, fue oficialmente adoptada por decreto del 27 de abril de la Presidencia del Gobierno Provisional de la República y, con posterioridad, refrendada por el gobierno legalmente constituído (léase II República Española) en el primer artículo de su constitución, que indicaba:
"España es una República democrática de trabajadores de toda clase, que se
organiza en régimen de Libertad y de Justicia.
Los poderes de todos sus órganos emanan del pueblo.
La República constituye un Estado integral, compatible con la autonomía de los Municipios y las Regiones.
La bandera de la República española es roja, amarilla y morada."
No recuerdo haberme posicionado en favor de ninguna de las banderas que figuran en el artículo, pero ya que se ha tomado la molestia de responder al comentario, volviendo al mismo observo que no ha sido rebatido -por imposible- el hecho expuesto de que la bandera de tres colores no fué sometida a referendum y sin embargo la rojigualda si, en 1978, con lo que mi argumento anterior permanece intacto.
ResponderEliminarEs decir, el pueblo español decidió en el referendum de 1978 que su bandera sería la de siempre, es decir, roja y gualda, y así en efecto ha sido. Sin embargo la otra fue adoptada por Decreto. Es lo que hay, para bien y para mal, y no afecta a las querencias de cada cual. Pero es importante dejar claro que para muchos, el eslogan entra con más dificultad que el hecho histórico objetivo.
Antes de 1931 y antes de Primo de Rivera (padre) también había democracia de partidos, también se votaba, etc y la bandera era la roja y gualda. Lo menciono porque sin "rascar", cualquiera podría pensar que en España se pasó del medievo a la segunda república y va a ser que no. Por cierto que la bandera republicana original, es decir la de la Primera República, era la roja y gualda. Pero tampoco es plan de hurgar innecesariamente las llagas.
"Trapos". El hecho de que uno de ellos, el tricolor, fuese arriado por la fuerza y restituido el de siempre, no es más que el devenir histórico. También podría haber ocurrido al revés. Incluso hubo golpe de Estado (Jaca), previamente al 14-A de 1931. Y así debería observarse.
También fue ariada por la fuerza de las armas la Esvástica en Alemania y era producto de un régimen democráticamente elegido por la mayoría de los ciudadanos...y sustituida por la que las fuerzas de ocupación aliadas eligieron. ¿Ha de aplicarse el mismo criterio de lectura histórica?
Pues va a ser que no. Yo no recuerdo que en este país se celebrara ningún referéndum para que los ciudadanos eligiéramos una determinada bandera; a lo sumo se convocó un referéndum para la aprobación del proyecto de constitución, en cuyo paquete (confeccionado y atado por el tardo-franquismo) ya venía incluida dicha bandera.
ResponderEliminarConciudadano: Respeto su opinión, pero no la comparto. ¿Sabe por qué?... Porque me puede el corazón. Así que:
¡Salud y República!