Carlos Sánchez Almeida.
Decía Mohandas Karamchand Gandhi que un país, una civilización, se puede juzgar por la forma en que trata a sus animales. Desde esa perspectiva podemos deducir que Celtiberia es un país muy avanzado, donde cualquier animal puede llegar a ser nombrado ministro o consejero autonómico de Interior. Señor Fiscal, vaya tomando nota, que en este párrafo ya le dejo escrito el primer motivo de la querella.
Asumo como posible, e incluso inevitable, tener que ir a prisión por resistir pacíficamente las órdenes de la autoridad. Cuando tienes enfrente a un Rubalcaba, o a un Camacho Alfa, te resulta más incómodo bregar con la ampulosa hipocresía de la socialdemocracia, pero cuando gobierna esta estirpe de gente bien de toda la vida, es todo mucho más sencillo.
Felip Puig y Jorge Fernández Díaz son dignos herederos de los métodos y prácticas de Rodolfo Martín Villa, como éste lo era de los métodos y prácticas de Camilo Alonso Vega, un ministro de la Gobernación que se ganó a pulso el título de "Don Camulo". Así que no es ninguna sorpresa el anuncio de criminalización de la resistencia pasiva a la autoridad de forma pacífica, al que se suma el enésimo intento de acabar con la libertad de expresión en la red, persiguiendo la convocatoria de manifestaciones por Internet.
La reforma penal conllevará numerosas víctimas. La primera de ellas, con toda seguridad, será el fiscal excedente Alberto Ruiz-Gallardón, al que le han hecho un traje a medida para acabar con su carrera política. Pero también habrá muchas otras víctimas, en la calle y en la red.
Su objetivo es crispar los ánimos de la ciudadanía, hasta provocar una respuesta violenta que justifique la represión policial. Por eso hoy hay que insistir más que nunca, en vísperas del 14 de abril, del 1 de mayo, y de la manifestación internacional #M12, en que solo hay un camino hacia la libertad, y es el de la no violencia. El Estado moderno está diseñado para enfrentarse a agresiones armadas, pero está completamente desnudo frente a multitudes pacíficas. Multitudes dispuestas a afrontar la cárcel, si es necesario, cuando se trata de defender su derecho a reunirse y circular libremente por su país, y a vivir en paz y dignidad.
Miren bien la piedra de la foto. Levantar una piedra pequeña y lanzarla contra la policía es lo fácil: lo difícil, lo que requiere de un extraordinario coraje, es aguantar las embestidas como una piedra gigante. Y eso somos, eso es Celtiberia, cuando algo se nos mete entre ceja y ceja.
Vayan escribiendo su Código Penal. Cuando todo esto acabe, ustedes y toda su normativa serán derogados por inútiles.
Carlos Sánchez Almeida. Abogado, socio director de Bufete Almeida, Advocats Associats. En jaque perpetuo frente al sistema desde 1987.
Comentarios #1
Totalmente de acuerdo. La criminalización de la resistencia pasiva es una barbaridad y una muestra de lo enferma que está nuestra sociedad. Cuando los ciudadanos se planten para darle sentido a ése título (el de ciudadano) que les pertenece, la policía se dará cuenta de que ellos también son ciudadanos y de que reprimiendo las causas justas empeoran la situación del país y la suya propia. Salud!
Jean-Marc
11 de abril de 2012
Sabíamos de los modos y maneras que se imponen en la Policía cuando es dirigida por devotos de la Obra. Antes de Fernandez Díaz ya estuvo por ahí Juan Cotino con sus crucifijos, así que conocemos su estilo: a Dios rogando y con la porra dando. No hay que remontarse a los tiempos en que mi abuelo era depurado -y enviado a un campo de concentración- por haber servido en la Guardia de Asalto republicana: antes incluso de que tomase posesión el actual Gobierno ya se empezó a purgar a policías progresistas. Si son capaces de eso con los propios policías, imaginen lo que les espera a los ciudadanos.
Felip Puig y Jorge Fernández Díaz son dignos herederos de los métodos y prácticas de Rodolfo Martín Villa, como éste lo era de los métodos y prácticas de Camilo Alonso Vega, un ministro de la Gobernación que se ganó a pulso el título de "Don Camulo". Así que no es ninguna sorpresa el anuncio de criminalización de la resistencia pasiva a la autoridad de forma pacífica, al que se suma el enésimo intento de acabar con la libertad de expresión en la red, persiguiendo la convocatoria de manifestaciones por Internet.
La reforma penal conllevará numerosas víctimas. La primera de ellas, con toda seguridad, será el fiscal excedente Alberto Ruiz-Gallardón, al que le han hecho un traje a medida para acabar con su carrera política. Pero también habrá muchas otras víctimas, en la calle y en la red.
Su objetivo es crispar los ánimos de la ciudadanía, hasta provocar una respuesta violenta que justifique la represión policial. Por eso hoy hay que insistir más que nunca, en vísperas del 14 de abril, del 1 de mayo, y de la manifestación internacional #M12, en que solo hay un camino hacia la libertad, y es el de la no violencia. El Estado moderno está diseñado para enfrentarse a agresiones armadas, pero está completamente desnudo frente a multitudes pacíficas. Multitudes dispuestas a afrontar la cárcel, si es necesario, cuando se trata de defender su derecho a reunirse y circular libremente por su país, y a vivir en paz y dignidad.
Vayan escribiendo su Código Penal. Cuando todo esto acabe, ustedes y toda su normativa serán derogados por inútiles.
Carlos Sánchez Almeida. Abogado, socio director de Bufete Almeida, Advocats Associats. En jaque perpetuo frente al sistema desde 1987.
Comentarios #1
Totalmente de acuerdo. La criminalización de la resistencia pasiva es una barbaridad y una muestra de lo enferma que está nuestra sociedad. Cuando los ciudadanos se planten para darle sentido a ése título (el de ciudadano) que les pertenece, la policía se dará cuenta de que ellos también son ciudadanos y de que reprimiendo las causas justas empeoran la situación del país y la suya propia. Salud!
Jean-Marc
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