2/4/12

SALVADORES DE ALMAS Y DE PATRIAS

A los primeros, que no me salven. Sé que soy un alma descarriada condenada a vivir en este cuerpo, pero en el cielo hace demasiado frío para mi gusto. Prefiero el infierno que, al menos, estará calentito. Repito: ¡no me salven!


Y a los segundos, que dejen las patrias como están, porque cada vez que vienen con esa jaqueca de “salvar la patria” terminan cagándola. No la salven; déjenla estar que, por mucho empeño que pongan, no va a ahogarse... flota. Lo repito por ella: ¡no la salven!


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