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12/4/17

DONALD TRUMP AL ATAQUE

Donald Trump, 45º presidente de EEUU

Donald Trump dio la orden de lanzar el pasado 7 de abril, 59 misiles Tomahawk sobre la base aérea de Shayrat en Siria, desde donde salieron los aviones que bombardearon la población de Jan Shijún, en manos del ISIS, que causaron 72 muertes entre ellos 20 niños por inhalación de gas nervioso. Posiblemente gas sarín, un arma química prohibida. Tanto el régimen de Al Asad, como Rusia, niegan que se utilizará gas neurotóxico en ese ataque, aduciendo que las muertes por gas nervioso podrían ser fruto de la explosión de un depósito que lo contenía en manos del ISIS.


Condenable y merecedor de sanciones y represalias es el uso de armas químicas. Pero parece un tanto inverosímil que Al Asad las utilizara sabiendo las consecuencias que tendría para su régimen. Pero también es condenable el ataque ordenado por Donald Trump sobre Siria, quién, tomándose la justicia por su mano de forma unilateral y sin autorización de Naciones Unidas, violó el derecho internacional bombardeando un Estado soberano, pues aunque no nos guste la dictadura de Al Asad, Siria es un Estado reconocido por la ONU. Ataque con misiles, que por cierto, fueron lanzados por dos destructores que tienen su base en Rota (Cádiz). Es decir, que España sirve de plataforma a EEUU para lanzar ataques sin autorización de la ONU, que después el gobierno de Rajoy bendice.


Claro que bombardeos sobre Siria también los han llevado a cabo con igual impunidad Turquía, Francia e Israel. Como tampoco deben merecer ningún elogio los bombardeos, envió de tropas y ayuda militar prestadas por Rusia, Irán y Hezbollah al gobierno de Al Asad, aunque estos gozaran del permiso del gobierno sirio para llevarlo a cabo. Ni tampoco lo tienen las petromonarquías de Oriente Medio, Arabia Saudí y Catar que entre otras han estado sufragando al ISIS y a los rebeldes que combaten a Al Asad. Pues todos esos países son responsables de una tragedia de proporciones gigantescas: más de 325.000 muertos y 11,5 millones de personas desplazadas y refugiadas.


Pero el inesperado ataque de Donald Trump en Siria rompe la estrategia de política exterior de EEUU llevada a cabo en Oriente Medio, pues favorece al ISIS, y lo enemista con Rusia, país con quien Trump pretendía un acercamiento para combatir juntos en la “guerra contra terrorismo”. Ahora el bombardeo de EEUU, aunque avisara previamente de su ataque a Rusia, enfría y enfrenta las relaciones entre ambos y abre incertidumbres respecto a una solución en Siria y deja en el aire que camino seguirá la estrategia de la Casa Blanca en Oriente Medio.


Por lo pronto, los beneficiados del bombardeo son los grupos rebeldes, incluido el ISIS, que combaten al régimen de Al Asad, como también todos los países que los apoyan. Pero también hay otros beneficiarios, el complejo militar industrial de EEUU. Los Tomahawk, cuyo coste es de 1,45 millones de dólares la unidad (85,5 millones los 59 misiles), su fabricante, Raytheon, era quien se mostraba más feliz, pues al día siguiente del ataque, en la bolsa de Wall Street, las acciones de Raytheon subían un 1,47%, seguida de las otras grandes industrias de guerra, Lockheed Martin, General Dynamics, Boeing y Northrop Grumman. Entre las cinco, en un solo día ganaron 3.300 millones. Empresas que se frotan las manos con el belicismo de Donald Trump, que han aplaudido la propuesta de incrementar en un 10% (60.000 millones $) el presupuesto del Pentágono, lo que las ha llevado a ganar un 15% en cuota de mercado, y esperan ansiosas que cumpla su promesa de ganar una nueva guerra, tal como prometió Trump en campaña electoral. Por lo pronto, un portaaviones de EEUU se dirige hacia las aguas del mar de Japón para intimidar a Corea del Norte.

Portaaviones USS Carl Vinson, rumbo a Corea

El imprevisible Donald Trump ha dado un palo de ciego en Siria, ahora dirige sus misiles hacia Corea del Norte y quizás pronto amenace a Irán, mientras prosigue la “guerra contra el terrorismo” para infundir miedo entre la población y vendernos “seguridad”. Las carreras de armamentos para regocijo del complejo industrial militar están en marcha, el gasto militar subirá en todo el mundo, en España este año 2017 un 32%.

El miedo nos impide movernos


FUENTE: publico.es
Crónicas insumisas
Pere Ortega, Centre Delàs d’Estudis per la Pau
11 Abr 2017

31/3/17

LA MANIPULACIÓN INFORMATIVA (3ª PARTE)


Por los cuarteles de la milicia cristiana del NPF de Teleskoff -un lugar jocosamente bautizado como Disneywar por los reporteros de guerra veteranos- habían desfilado a finales del pasado año más de trescientos cincuenta periodistas.

Durante más de un año, el único trabajo relevante de los soldados asirios de las NPF desplegados en Teleskoff consistía en organizar un 'tour” para estos reporteros de Occidente ansiosos por volver a sus países con las preceptivas postales bélicas.

La visita guiada incluía una parada en los cuarteles de otra milicia asiria conocida como Dwekh Nawsha. Los voluntarios que servían en ella no estaban tan siquiera autorizados a poner un pie en el frente y sus atribuciones militares eran nulas, pero hasta hace poco, era la única guardia paramilitar del Kurdistán que aceptaba a extranjeros, lo que terminó por convertirla en una de las más solicitadas por los medios de Occidente.

Miembros de Dwekh Nawsha

En efecto, hasta la ofensiva de Mosul del pasado otoño, no hubo un sólo diario 'prestigioso' del planeta que no tratara de identificar a uno o varios compatriotas, para, a renglón seguido, retratarlos en posiciones de combate o plantando cara al ISIS en algún rincón del Kurdistán de Irak.

Las simpatías que estos voluntarios de Occidente suscitaron en sus respectivos países fueron tales que pocos medios de comunicación se sustrajeron a la tentación de referirse a ellos en un tono laudatorio. “Media docena de los héroes que luchan en Irak contra el Estado Islámico son anglosajones”, aseguraba en grandes titulares el Express, en junio de 2015, como quien saca pecho en una suerte de paraolimpiadas para soldados de fortuna.

A todos los efectos se insinuaba que el peso de la lucha recaía parcialmente en un puñado de hombres blancos a los que se había confiado la responsabilidad de preparar a los ineptos kurdos y árabes y preservar la cristiandad de Oriente Medio.


Los héroes nacionales

España, por supuesto, no fue menos. Y desde que la Prensa detectó en Irak la presencia de varios españoles los perfiles apologéticos de los “héroes nacionales” comenzaron a menudear en radios y en publicaciones. Con los dedos de la mano pueden contarse los medios que analizaron la conveniencia de esa presencia extranjera, y menos todavía, los que se molestaron en comprobar el hecho cierto de que la mayoría de esos “héroes” no habían visitado nunca un frente activo y menos todavía, intercambiado fuego real hasta finales del pasado año.

Los que se unieron a la milicia de Dwekh Nawsha ni siquiera estaban oficialmente autorizados a acercarse a la primera línea del frente, situada a algo más de tres kilómetros de su cuartel de Bakufa, pese a que muchos se pavoneaban e insinuaban lo contrario en las páginas creadas en las redes sociales.

Juan Astray, legionario español en Siria

En medio de toda esta vorágine, algunos medios españoles presentaron como un héroe a un ex convicto vinculado a La Falange y grupos nazis al que Público identificó, del mismo modo que la Prensa anglosajona glosó generosamente la presencia del británico Jim Atherton, a quienes muchos medios ensalzaron como un modelo humano de altruismo, sin detenerse siquiera a indagar en su pasado skinhead o en las verdaderas pulsiones islamófobas que lo alentaban.

Otros voluntarios europeos que se enrolaron en Dwekh Nawsha tenían un pasado ultra en el que el grueso de los medios no excarvaron, ocupados como estaban en ponerle rostro humano y nacional a ese conflicto.

“Y mientras la mayoría de los periodistas de Occidente se quedaban en la retaguardia o invertían su energía en encontrar a compatriotas, la responsabilidad de cubrir los acontecimientos del frente recaía a menudo en los reporteros kurdos o unos pocos corresponsales de prestigio”, nos dice una conocida presentadora de un canal de televisión con base en Dahok.

Milicianos kurdos

“Si echa un vistazo al listado de los profesionales muertos o heridos en el frente kurdo durante los dos últimos años verá que casi todos, si no todos, son nativos. Claro que tampoco nos sorprende que muchos de los europeos hayan decidido no correr riesgos porque nos consta que la mayoría de free-lance trabajan en condiciones económicas y con medios notablemente peores que los nuestros”.

Esta periodista de origen turcómano no exagera. Hasta cincuenta euros por pieza pagaban algunos medios digitales, según llegó a denunciar el periodista español Antonio Pampliega, antes de su secuestro. Algunos jóenes free-lance incluso regalaban su trabajo. 

“Yo aproveché mi estancia en el sureste de Anatolia, en Gaziantep, gracias a un proyecto de voluntariado para hacer unos cuantos reportajes sobre asuntos jugosos que salieron a mi paso, pero nunca logré dar con un medio que me pagara por ellos”, nos dice una joven periodista malagueña, Olalla Negrete.

 Olalla Negrete

“Es verdad que la recesión ha puesto patas arriba nuestra profesión, pero también lo es que las empresas se han aprovechado descaradamente de esta situación para obtener mano de obra gratuita. Que no se olviden nunca de que somos la futura generación de periodistas y de que se nos ha privado incluso del derecho a formarnos y a evolucionar”.

No es difícil trazar la relación entre la [mala] calidad de los contenidos producidos desde el frente y las precarias condiciones de inseguridad y “cuasi esclavitud” en las que los periodistas desarrollan su trabajo. Las agencias, los refritos y los llamados “corta-pegas” han reemplazado a las “fuentes solventes”. Y los pocos free-lance que trabajan aún sobre el terreno están forzados a menudo a “hinchar el perro” o a apostar por historias “de interés”, capaces de competir en una jungla dominada por la víscera y por el degradado formato comunicacional del “meme-tweet”. La mayor parte de los medios han asumido que el contexto no proporciona clicks.

Y si lees, contribuye

Miguel Mora

Vistas las circunstancias, el director del semanario CTXT, Miguel Mora, cree que la figura del corresponsal, tal y como la habíamos conocido, está en vías de extinción, mientras el mercado va camino de convertir a una generación entera de reporteros en mártires de la inteligencia, franqueando el paso de ese modo a las mentiras oficiales y a las informaciones fragmentarias concebidas para atizar la víscera y aumentar los “me gusta”. ¿A quién le importan las razones que motivaron la creación de esas milicias cuando hay un legionario pegando tiros en el frente? “La precarización -nos dice Mora- comenzó ya hace diez años cuando las redacciones decidieron reemplazar a veteranos redactores senior por jóvenes sin experiencia que, de facto, trabajaban como empaquetadores de contenidos.

El cambio coincidió en el tiempo con la estafa de la recesión, consecuencia de un capitalismo sádico y virulento que terminó impregnándolo todo. Teníamos, por una parte, a directivos recibiendo sueldos astronómicos mientras se ponía en marcha una oleada brutal de despidos y se recortaba al mismo tiempo la masa salarial del resto de trabajadores.

Yo mismo tenía un contrato de corresponsal que me cancelaron unilateralmente. Toda esta situación provocó la irrupción en el mercado de nuevos medios digitales como CTXT, creados por los propios periodistas”. Preservar la calidad del periodismo y proteger los medios y los profesionales que todavía están dispuestos a hacer frente a los grandes nodos institucionales de manipulación de la opinión pública exige, en opinión de Mora, el compromiso de los lectores con estos nuevos diarios que se han negado a doblegarse a los poderes que tutelan a buena parte de los medios “mainstream”.



“No hay que olvidar -añade- que la Prensa de la derecha no tienen ningún problema en hacer publicidad oculta de los anunciantes IBEX. Como suele decir un buen amigo, sólo están en paro los periodistas de la izquierda porque los conservadores han sido generosamente financiados por el poder establecido”.

Al igual que el director de Contexto, el reportero Karlos Zurutuza piensa que en las actuales circunstancias, no hay mejor manera de que el pueblo recupere su voz que retribuir y apoyar a los medios que la amplifican. “Esto es algo que muchos vascos sabemos bien. En Euskadi hay una sociedad muy bien articulada que entendió desde un principio que debía contribuir a mantener proyectos como Egin o, más tarde, Gara en una situación de permanente restricción de las libertades de expresión a la que ya estábamos acostumbrados mucho antes de que los españoles se escandalizaran con la Ley Mordaza”, asegura el periodista.

FUENTE: publico.es
Ferrán Barber
Barcelona - 24/03/2017

16/6/16

LA CULPA ES DEL DAESH

El Daesh mató a Kennedy

 John F. Kennedy, 35º presidente de EEUU
Fallecido en 1962

Hay un punto más allá del cual una película de terror se pasa de frenada y en vez de dar miedo, te descojonas. El Daesh -grupo terrorista anteriormente conocido como ISIS- tenía todos los ingredientes para preparar un apocalipsis como Dios manda, incluidos el armamento, la ideología, la parafernalia y las ganas. Reinventaron el cine snuff filmando y editando sus propias ejecuciones, degollando prisioneros como si fuesen ovejas, ahogándolos, quemándolos vivos, arrojándolos desde lo alto de torres y edificios. Al mismo tiempo, para no perder comba, iban destrozando monumentos y obras de arte milenarias pero con tal saña que empezó la sospecha de si no serían terroristas del método.


Cuando se descubrió (y se descubrió casi enseguida) que detrás de estos genocidas sin fronteras estaban la CIA, el Mossad, el ejército turco y el dinero saudí tampoco hacía falta darle muchas vueltas al asunto. No se trata más que de otro monstruo de Frankenstein desencadenado y a su bola, un pitbull enloquecido que se puso a destrozar cosas sin permiso de su amo, como Bin Laden, que dio el salto de Afganistán y Yemen hasta las Torres Gemelas. De hecho, el jefazo del ISIS, el califa Al Baghdadi, se doctoró en yihadismo en Camp Bucca, el campo de prisioneros clandestino del ejército estadounidense situado en las afueras de Basora. El coronel Kenneath King recuerda que, cuando fue liberado, el futuro califa se despidió de sus guardianes al estilo Bin Laden: “Chicos, nos vemos en Nueva York”. Más claro, nitroglicerina.

 
A pesar del presupuesto millonario, del entrenamiento por fuerzas especiales y de los monos color naranja clavados a los de Guantánamo, la monstruosidad del Daesh ya no es lo que era. El exceso de casquería, ese in crescendo del horror imposible de sostener sin caer en el ridículo, les ha obligado a reivindicar cualquier atrocidad con tal de inspirar miedo. Las dos últimas no pueden ser más dispares: un doble homicidio a cuchillo en Magnanville, cerca de París, y una masacre a tiros en el club gay de Orlando que se llevó por delante a cincuenta personas. En el primero, donde las víctimas son un policía y su esposa, el asesino dijo que pertenecía al Estado Islámico mientras negociaba con las fuerzas de seguridad francesas. En el segundo, el pistolero, Omar Mateen, se sumó al carro yihadista en el último minuto aunque todas las evidencias apuntan a que se trataba de una cuestión más personal.

Omar Siddique Mateen, ciudadano estadounidense de origen afagano,
autor de la matanza de Orlando

Para empezar, varios amigos de Omar aseguran que solía acudir al club gay Pulse -donde luego realizaría la matanza- en busca de solaz nada espiritual. Esta esquizofrenia entre la mezquita y la discoteca venía reforzada de familia, ya que su padre, Seddique Mir Mateen, acaba de publicar un vídeo donde dice estar apenado por la matanza perpetrada en pleno Ramadán y porque la venganza contra el colectivo homosexual no correspondía a su retoño sino al propio Alá. Por suerte, Omar Mateen estaba bajo vigilancia del FBI cuando compró el rifle de asalto y la pistola con la que realizó la masacre; no lo llegan a vigilar y a lo mejor habría comprado un tanque a plazos. Obama zanjó el tema calificando el ataque de “extremismo autóctono”, el típico de universidades y hamburgueserías, antes de que el Daesh se apunte también el asesinato de Kennedy y la muerte de Manolete.

Manuel Laureano Rodríguez Sánchez "Manolete",
torero español fallecido en 1947

FUENTE: publico.es
Punto de Fisión
David Torres
15/06/2016

26/3/16

NO SOLO SE INMOLAN LOS TERRORISTAS

 
Lamentablemente, se ha vuelto a repetir la tragedia y Europa quedó conmocionada por un nuevo atentado. Sin embargo, nada hemos hecho por evitarlo y, peor aún, estamos expulsando y dejando morir a los más de dos millones de refugiados que huyen del mismo terror que nos golpea. Inhumano.

El origen

Mapa de Oriente Medio

Todo comenzó con dos guerras colonialistas: Irak y Afganistán. Dos conflictos que convirtieron dos países en estados fallidos, ese gran negocio del neocolonialismo. Entramos en Irak para encontrar las armas de destrucción masiva, democratizar el país y terminar con el supuesto apoyo que se prestaba a Al Qaeda. Mentira. Nuestros propios servicios de inteligencia negaron tanto los apoyos como la existencia de armas de destrucción masiva. Aznar no fue engañado, Aznar nos engaño: todo fue una guerra colonial.

No conseguimos ninguno de los objetivos: no encontramos las armas de destrucción masiva, no democratizamos el país y no solo no conseguimos que Irak dejase de ser un estado que apoyase al terrorismo, sino que lo convertimos en un estado terrorista en el norte. Imposible hacerlo peor.
Entramos en Afganistán para matar a Osama Bin Laden, democratizar el país y terminar con un estado terrorista.

Usāma bin Muhammad bin `Awad bin Lādin  
(Osama Bin Laden)

A Osama Bin Laden lo matamos (supuestamente) en Pakistán. Esos pequeños fallos; ya se sabe.

Eliminamos toda estructura de gobierno y creamos un estado nuevo apoyado en los Señores de la Guerra, algo así como terminar con toda organización en Nápoles y construir un nuevo estado apoyándose en los capos de la mafia. Por ello, los niveles de corrupción, inseguridad y falta de legitimidad son elevadísimos. No es nuevo, Ronald Reagan ya recibió a los luchadores de la libertad afganos, que era como se llamaba entonces a los terroristas que combatían a los soviéticos. ¡Hasta Rambo estaba con ellos!

Ronald Wilson Reagan
 (cuadragésimo presidente de EE.UU.)


No solo no conseguimos terminar con el terrorismo, que por cierto había alimentado Occidente, sino que terminamos con uno de los pocos éxitos de los talibanes, marginalizar el cultivo de opio. En pocos años, con tropas internacionales ocupando todo el país, Afganistán recuperó los niveles de producción y exportación de opio anteriores a la guerra (con aumentos del 1.400% anual) y se comenzaron a registrar niveles de récord año tras año (6.400 toneladas de opio en 2014 frente a las menos de 70 toneladas en 2001). Para hacernos una idea, en el año 2000 había 82.000 hectáreas cultivadas y los talibanes las redujeron en un 91% hasta las 7.000 en 2001, pero en 2002 con la tropas internacionales ocupando el país ya había entre 45.000 y 65.000 hectáreas). 

Por tanto, fracasamos de forma estrepitosa en todos los objetivos marcados.

EI, ISIS o DAESH

El EI, ISIS o DAESH surge debido a las nuevas guerras colonialistas que generan estados fallidos, cuyo negocio es innegable, y motivado también por la gran partida de ajedrez que juegan los poderosos usando el planeta como tablero (Ucrania, Yemen, Siria, Magreb, etc.). Todo ello con más de dos millones de muertos, dos millones de refugiados, veinte millones de desplazados en Oriente Próximo y más de cincuenta en todo el mundo y casi veinte billones de euros gastados de forma directa o indirecta en la guerra.

Juzgar a los culpables

Tony Blair (Gran Bretaña), George Bush (EE.UU.) y José Mª Aznar (España)
El Trío de las Azores

Lo primero que tendríamos que admitir es que somos responsables en un altísimo porcentaje de los muertos en Bélgica, Francia, Reino Unido, España, Estados Unidos y en esos otros países en los que nos importa un pimiento que mueran personas en atentados.

Deberíamos haber juzgado a Aznar, Bush, Blair y otra serie de gobernantes por crímenes de guerra, sin olvidarnos del inventor de la alianza de las civilizaciones, Zapatero (que con Bono y Chacón multiplicaron por seis la fabricación y venta de armas).

Terminar con el gran negocio de los estados fallidos y no participar de la partida de ajedrez

Soldados protegiendo un campo de adormideras en Afganistán

Nuestras industrias farmacéuticas y nuestros traficantes, los cuales invitan a sus yates a nuestros políticos, se aprovechan del opio de Afganistán. Por desgracia, hay más puntos de unión (los paraísos fiscales, la financiación, el blanqueo de dinero y los delitos) entre nuestros partidos políticos y los narcotraficantes que los que puedan tener con los ciudadanos.

Nuestras industrias armamentísticas se aprovechan de las guerras y reparten beneficios con los bancos, las empresas y los señores de la guerra españoles (Morenés, Chacón, Bono, los altos mandos militares que trabajan en la industria armamentística, etc.).

Nuestras petroleras han estado expoliando el petróleo en condiciones de enormes beneficios en el Irak controlado por Occidente y en mejores condiciones todavía en la parte ocupada por el EI. Ése es el gran negocio.

Nuestras empresas textiles (El Corte Inglés, Inditex o Cortefiel), las mismas que esclavizan a trabajadores en India o Bangladesh, estarán frotándose las manos ante el gran negocio que no tardará en llegar: mano de obra barata muy fácil de esclavizar. Alguna, como El Corte Inglés, tiene más intereses aún.
El Estado Islámico y las mentiras de los medios de comunicación y de los gobernantes


El EI se asienta en un territorio situado entre el norte de Irak y el este de Siria con una población aproximada de entre 6 y 8 millones de personas. Se financian principalmente de la venta de petróleo y antigüedades (a Occidente), las donaciones que reciben de las monarquías del Golfo (esas que son tan amigas de nuestros reyes), extorsiones, secuestros o divisas de los bancos que se encuentran en sus territorios.

Se trata de unos 50.000 a 60.000 mercenarios que se encuentran en una zona llana, desértica e interior. Es llana, por lo que no pueden esconderse como en las montañas de Afganistán. Es desértica por lo que tienen que localizarse en áreas muy concretas (y conocidas) en las cuales hay agua y sus movimientos militares son muy complejos. Finalmente, es interior, por lo que no tienen salida al mar y su única posibilidad son las comunicaciones por carretera, que cuando hablamos de exportación de petróleo son bastantes reducidas (obviamente, los camiones de petróleo no llevan bien el desplazarse por los desiertos).


Así pues, es una gran mentira de los medios de comunicación y los países occidentales que el EI lleve varios años soportando, sin armamento pesado ni aviación, los ataques de Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Rusia, Israel, Turquía, el resto de aliados o las monarquías del golfo. Es decir, 60.000 mercenarios han sobrevivido a ejércitos con más de 4 millones de soldados, aviación y armamento pesado, y lo han hecho en una zona llana, desértica e interior que militarmente sería la más accesible e indefendible del mundo. No solo eso, encima tenemos que soportar que los medios de comunicación pretendan hacernos creer que el EI quiere recuperar Al Andalus.

No es la única mentira, también nos informan que lo que sucede es una guerra cultural entre Occidente y el Islam cuando la realidad es que casi el 90% de los atentados y las víctimas del EI no se encuentran en Occidente y de los veinte centros religiosos atacados hay una sinagoga, una iglesia y dieciocho mezquitas.

Primero: Terminar con el Estado Islámico


El primer reto que tenemos es terminar con el Estado Islámico. La gran dificultad de esta operación es que terminar con este estado terrorista significaría enormes pérdidas para la industria armamentística, las petroleras, distintas empresas, los bancos y los gobernantes, que obtienen enormes réditos con su existencia y un cheque en blanco para recortarnos libertades.

Terminar con el EI es relativamente sencillo, aunque tendríamos que asumir un coste elevado de víctimas. Una primera operación de bloqueo económico de seis meses a un año de duración que debilite considerablemente su estructura financiera y le impida pagar a los mercenarios reduciría el número de estos y el apoyo entre la población. Una segunda fase militar, si fuera necesaria, terminaría con los terroristas con una operación terrestre que no excedería los seis meses.

Segundo: Plan de desarrollo regional


Una operación militar, de no poder evitarse, debe ser siempre una parte muy pequeña de un plan mucho mayor. El objetivo principal, en este caso, debe ser implementar un plan de desarrollo regional que supondría mucho dinero y esfuerzo (menos que el coste de la guerra, seguro), pero que estabilizaría y desarrollaría la región a medio plazo. Este plan de desarrollo, junto con un plan de integración en determinadas áreas de Europa que ofrezca un verdadero futuro a las comunidades marginadas, es la única forma de reducir los ataques terroristas a corto y medio plazo y terminar con ellos a largo plazo.

¿Por qué nadie habla de un plan de desarrollo regional?

Nadie habla de este plan porque se prefiere gastar billones de euros en la industria armamentística (España ya es la séptima potencia del mundo en fabricación y exportación de armas) que en un plan de desarrollo que generaría estados soberanos que reclamarían la explotación de sus recursos, como el petróleo, que se convertirían en competidores potenciales de nuestras industrias (textiles, por ejemplo) y que dejarían de dar réditos electorales a nuestros gobernantes o servir de cortinas de humo con las que esconder sus políticas.

 

Nadie habla de este plan de desarrollo y, de la misma forma, no recuerdan que el juez Silva denunció que tenía correos electrónicos que vinculaban a Aznar, Agag, Blesa y el tráfico de armas; no recuerdan que Agag declaró en el parlamento portugués debido a sus relaciones con El-Assir y la venta de armas; y no recuerdan que El-Assir es un gran amigo de los Aznar y del rey Juan Carlos con el que se va de monterías (por todo esto, la novela Código rojo ha sido silenciada, dado que trata el tráfico de armas y los distintos intereses de los poderosos).
Y nadie habla de este plan porque el control de los medios de comunicación es absoluto por parte de los distintos poderes.
No nos dejemos engañar


Así pues, cuando pensemos que el ideólogo del EI o de todos estos grupos terroristas se encuentra en una parte indefinida del Islam y que esto es una guerra cultural, sería bueno que supiéramos que, por desgracia, todo esto es un gran negocio, que los responsables están tan cerca de nosotros que les votamos y les hacemos reverencias y que cada atentado de la supuesta guerra cultural supone una subida de las acciones de la industria armamentística en la bolsa.

FUENTE: publico.es
Un paso al frente
Luis Gonzalo Segura
23/03/2016

24/3/16

GRACIAS, SEÑORA CIA

Blood meridian (Meridiano de sangre)

A lo largo de mi vida he oído ya muchas veces el mismo mantra repetido en diversas variantes: “tú no sabes lo que es vivir una guerra”; “somos la primera generación de españoles que no vamos a vivir una guerra”; “por suerte, en Europa ya no hay guerras”. Ocurre que la guerra, como dijo el juez Holden en Meridiano de sangre, siempre ha estado ahí: “Antes de que el hombre existiera la guerra ya lo esperaba”. Nunca pasa de moda, así sea vestida con palos y piedras, con hachas de hueso, con lanzas de bronce o con espadas melladas. En 1139, en el Concilio de Letrán, el Papa Inocencio II prohibió el uso de la ballesta por considerarla un arma diabólica. El 1 de julio de 1916, durante el primer día de la batalla del Somme, los soldados británicos al asalto de las trincheras alemanas sufrieron más de 50.000 bajas sólo porque los generales todavía no habían comprendido el lenguaje tartamudo y mortal de las ametralladoras. En agosto de 1945, cuando los pobres civiles ya se habían acostumbrado a soportar bombardeos, los cielos de Hiroshima y Nagasaki estallaron con un resplandor semejante a mil soles.

Explosión nuclear

Desde entonces la humanidad creyó que el siguiente conflicto sería un horror atómico, un borrado general de la especie en que dejaríamos el planeta en herencia a ratas y cucarachas. El mundo contuvo la respiración durante la crisis de los misiles cubanos y fantaseamos con la posibilidad de la destrucción general animados por un temor que quizá ocultaba un deseo secreto. Pero la especie no tenía ninguna gana de cancelar el juego mientras seguía despellejándose meticulosamente a base de matanzas locales. A cada generación humana le ha tocado vivir una guerra -una por lo menos- y la única característica común a todas ellas es que ninguna se parece a la anterior. La época de las guerras napoleónicas dio paso a la guerra de trincheras y de la guerra de trincheras con defensas estáticas, se pasó al blitzkrieg. La nuestra, la guerra que nos ha tocado vivir y en la que llevamos inmersos más de una década, es una derivación de los conflictos imperialistas en Oriente Medio, una guerrilla terrorista urbana que dio comienzo oficialmente el 11 de septiembre de 2001 con el ataque contra las Torres Gemelas. A todo el mundo le sorprendió, aunque lo vivimos como una película anunciada desde mucho tiempo atrás. Lo raro es que no hubiese ocurrido antes, después de los sanguinarios golpes de estado promovidos por la CIA en Irán, Guatemala, Indonesia, Grecia o Chile.

Golpe de estado en Chile (11-09-1973)
coordinado por la CIA desde la propia ciudad chilena de Viña del Mar

Debemos agradecer una vez más a la CIA que ayer las calles de Bruselas se tiñeran de sangre y que toda Europa ande acojonada de miedo. Del mismo modo que Bin Laden aprovechó a fondo el entrenamiento proporcionado por el ejército estadounidense en Afganistán, los mercenarios del Daesh, antes ISIS, no dejan pasar la ocasión de devolver los favores prestados por sus patrocinadores saudíes y por el desmantelamiento de las fuerzas de Sadam en Irak. Cuando Hollande, tras los atentados de noviembre en París, amenazó con bombardear al ISIS, se olvidaba de que la aviación francesa ya había bombardeado campos de entrenamiento en Siria un par de meses antes. Las bombas no explotan porque sí, porque lo diga Alá o porque a un talibán se le caliente la barba. El espanto, la atrocidad que estamos viviendo en Europa en los últimos años (Madrid, Londres, París, Bruselas) no es más que una metástasis de la devastación causada en Alepo, en Kabul, en Bagdad. Millones de muertos, millones de refugiados, millones de huérfanos. Sólo en el último mes se contabilizan una docena de atentados terroristas en el mundo (dos en Siria, tres en Somalia, dos en Turquía, uno en Costa de Marfil, uno en Nigeria, uno en Pakistán, uno en Irak), pero para nosotros sólo cuentan las víctimas europeas. Donald Trump, el infernal papanatas que los republicanos han elegido como candidato, ha hecho una pregunta que destapa el hedor de su lógica racista e islamófoba: “¿Se acuerdan cuando Bruselas era bonita y segura?” El problema no es que no recordemos cómo eran Irak o Siria antes de que los estadounidenses empezaran a meter las narices allí. El problema es que no nos acordamos de nada.

Devastación en Siria

FUENTE: publico.es
Punto de Fisión
David Torres
23/03/2016


No pierdan de vista la fecha de la tercera fotografía: 

                           11-09 

               ¿Les recuerda algo?

21/12/15

"EL BICHO" Y EL SISTEMA

El rastro de una arma vinculada a los ataques terroristas de París del 13 de noviembre, conduce a un traficante de armas de Florida, Michael Sucher, implicado en el escándalo Irán-Contra.
Fusil M92

El número de serie de un fusil semiautomático M92 (una copia modificada del mítico AK-47 ruso) vinculado a los ataques terroristas del 13 de noviembre, es igual al de una arma entregada en mayo de 2013 por la fábrica de armas serbia Zastava, a la empresa de venta de armas Century International Arms de Delray Beach, Florida, según informó el Palm Beach Post.

Michael Sucher, el propietario de Century Arms, no respondió a las llamadas de los periodistas que revelaron el asunto ni a los equipos de noticias de televisión que se reunieron frente a su negocio.

Los empleados que abandonaban el edificio del traficante de armas no hicieron comentarios sobre el caso.
 

La empresa Century Arms, compra y vende excedentes de armas militares, especializándose en la compra de armas desde el extranjero, que revende a otros vendedores de armas y es uno de los mayores traficantes de armas en los EEUU.

La compañía también cuenta con una licencia federal de armas de fuego en Georgia, Vermont, para importar y construir armas e importar dispositivos destructivos tales como pistolas de gran calibre y munición perforante.

Documentos compartidos por WikiLeaks en 2011, mostraron que Century Arms había comercializado ilegalmente armas de fuego con la ayuda de “intermediarios no autorizados”

 
Fusil WASR-10

El Centro para la Integridad Pública informó ese mismo año que rifles WASR-10 fabricados para Century Arms en Rumania, se habían convertido en la compra favorita de los cárteles mexicanos de la droga.

John Rugg, un ex oficial de policía y empleado durante mucho tiempo en Century Arms, testificó ante un comité del Senado de Estados Unidos en 1987, que la empresa había suministrado cohetes, granadas y otras armas a la contra nicaragüense apoyada por la CIA, como parte del escándalo Irán-Contra.

La exportación de armas de fuego está muy regulada, y los expertos en armas sugieren que el arma pudo haber sido transferida ilegalmente.



Century Arms vende a particulares u otras empresas con una licencia de armas de fuego federal, y su página web dirige el tráfico más menor a una red de distribuidores.

Pero no hay restricciones sobre quién puede obtener esas licencias.

El propietario de la fábrica de armas Zastava en Serbia, que fabricó el rifle y lo vendió a Century Arms, ha negado que su compañía vendiera armas a los terroristas. 

Zastava (fábrica de armas serbia)

De hecho, es obvio que Century Arms es responsable de poner en juego esa arma y es desde ahí desde donde se debe investigar cómo llegó a manos de los terroristas de Estado Islámico que asesinaron a 130 personas.

¿Hablarán los grandes medios de comunicación de que el rastro de una de las armas terroristas lleva a un vendedor de armas norteamericano relacionado con la CIA?
Seguro que no… 



Fuente: http://www.rawstory.com



Este ciudadano está convencido de que "El Bicho" está profundamente enquistado en el tuétano del Sistema; así que, por mucho que bombardeen Siria, Libia, Irak, Afganistán... no se logrará erradicarlo, al menos hasta que "ellos" (los que realmente mandan en el mundo) consideren que ya no les resulta necesario, porque, amigos... ¡"El Bicho" es suyo!

3/12/15

LA BANDERA DEL ESTADO ISLÁMICO

El significado oculto de la bandera


El mundo se ha visto convulsionado con la aparición del Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés), un grupo terrorista cuyo objetivo es crear un califato y que actúa con un método que ciertamente infunde pánico: las decapitaciones, que, como si fuera poco, son filmadas. Tres de ellas, especialmente, recorrieron el planeta: las de los periodistas estadounidenses James Foley y Steven Sotloff y la del ejecutivo británico David Haines.

Pero su temeraria forma de actuar está acompañada por toda una liturgia particular que, como toda liturgia, tiene –por definición- fuertes nexos con la identidad, la conciencia de grupo, la ideología y la meta de crear adhesión y obediencia. Esto es algo característico sobre todo en organizaciones en formación que necesitan crear acatamiento para implantar su autoridad, creando para ello una serie de elementos litúrgicos. La bandera es uno de ellos, quizá el principal.

El mundo se acostumbró a ver flamear una bandera negra y blanca, que acompaña siempre a los militantes del grupo terrorista. Pero, ¿qué significa esta bandera? ¿Qué nos dice acerca de su organización?


El color, la caligrafía, y la elección de las palabras en la bandera sirven como clave de lectura de la historia del grupo, explica la revista estadounidense Time.

La bandera es de color negro e incluya la primera parte de la shahada, "La 'ilaha 'illa-llah", que admite distintos significados: "No hay más divinidad que Dios", es el más literal. Pero la traducción más habitual es "no hay más dios que Alá". Como sea, la frase está estampada en la parte superior en letras blancas escritas a mano en árabe. Es la misma inscripción que aparece en otras banderas, como en la de Arabia Saudita. Simplemente, la del ISIS parece una letra más tosca y menos cuidada.

Más abajo, en la bandera aparece un círculo con la segunda parte de la shahada: "Mahoma es el mensajero de Dios" o "Mahoma es su profeta", según la traducción. El uso del sello, dicen los críticos de ISIS, tiene la intención de añadir un barniz de autenticidad histórica a su misión.
 
Milicianos del Estado Islámico

"El poder de la bandera viene del hecho de que la palabra 'Alá' está en ella. La palabra en sí misma es vista como sagrada por los musulmanes y, por lo tanto, se convierte en un sacrilegio el profanar la bandera", explica Hayder al Khoei, miembro asociado del programa de Medio Oriente y el Norte de África del Instituto Real de Asuntos Internacionales, una ONG sin fines de lucro con sede en Londres.

Entonces, la quema de banderas que se volvió una moda no debe pasar desapercibida para los miembros del ISIS. Tampoco las defecaciones sobre ella.

"Las palabras son lo que hacen a la bandera tan poderosa", dice Al Khoei. "Es una situación muy extraña e incómoda para los musulmanes porque el ISIS es una malvada organización terrorista con una bandera realmente sagrada".


Ocurre que, en realidad, la bandera blanca y negra del ISIS fue apropiada de otros grupos yihadistas, explica el experto en movimientos fundamentalistas islámicos, Magnus Ranstorp. "Al Qaeda en Irak, Al Qaeda en la Península Arábiga y el grupo Al Shabab en Somalia, todos han utilizado la misma bandera", dice.

"Lo más importante es el color. Esta raya, la bandera en blanco sólido, era la bandera de guerra del profeta Mahoma", asegura. "Esta bandera condensa el tiempo y el espacio. No es sólo el color de la yihad y del califato, sino que representa la llegada de lo que algunos creyentes ven como la batalla final y el día de la resurrección", añade. En otras palabras, hay en la bandera una suerte de elemento que simboliza el fin de los días, enfrentando a las fuerzas del Islam contra el Occidente cristiano.

 Decapitaciones efectuadas por miembros del EI

FUENTE: crececatamarca.com.ar
18 Septiembre 2014