Jueces, policías, empresarios, un ministro de Franco e hijos, forman parte del selecto club de donantes de Manos Limpias, que han mantenido vivo el sindicato ultra presidido por Miguel Bernad desde mediados de los años 90, según cuenta a Público la letrada Montse Suárez, ex abogada de la organización.
El mantenimiento financiero de Manos Limpias siempre ha estado bajo sospecha, debido principalmente a la inexistencia de datos precisos acerca de sus afiliados y cuotas,
que permitieran analizar si realmente tenían capacidad económica para
hacer frente a los costes de la considerable cantidad de procedimientos
judiciales que iniciaron o en los que se personaron como acusación
popular. Toda la información sobre sus cuotas y afiliados siguen siendo a
fecha de hoy un misterio que sólo conoce Miguel Bernad.
Montse Suárez, abogada.
Pero lo cierto es que nuevos testimonios aseguran que los ingresos por cuotas son prácticamente irrelevantes,
y por ello el secretario general de Manos Limpias apelaba al fervor
patrio nostálgico, a modo de “socorro azul”, juntando acólitos en torno a
una mesa de restaurante para hacer caja y recolectar fondos.
Entre
los primeros en poner en conocimiento de la justicia estas prácticas
recaudatorias opacas organizadas en persona por Bernad se encontraba su
ex amigo personal, camarada y jefe de seguridad del sindicato Fernando Martínez Dalmau, además de la propia Suárez, abogada externa e imagen de Manos Limpias entre 2011 y 2013,
cuyos testimonios obran en la causa abierta en el Juzgado de
Instrucción número Uno de la Audiencia Nacional, y que la UDEF ha
bautizado con el nombre de “Operación Nelson”.
Fernando Martínez Dalmau,
jefe de seguridad del sindicato Manos Limpias
Según
Montse Suárez, “yo sabía que Miguel Bernad organizaba esas comidas para
recaudar dinero, y aunque yo no participaba porque no pertenecía al
sindicato, todos sabíamos lo que pasaba. Fernando Martínez Dalmau
sí que iba porque era su jefe de seguridad y siempre lo acompañaba”. El
propio Martínez Dalmau fue testigo al menos en una ocasión de cómo un empresario daba 3.000 euros en metálico a Bernad y que este se lo guardaba dándole las gracias, pero sin darle un recibo por la cantidad recibida. Algo habitual.
Las
comidas para recaudar dinero para Manos Limpias tenían lugar en el Restaurante Ferreiro, situado en el número 32 de la calle Comandante
Zorita de Madrid. “A ellas asistían jueces, abogados, empresarios, un
ministro y un hijo de ministro de Franco, mucha gente. Allí se reunían periódicamente una vez al mes o mes y medio, siempre que los convocaba Bernad”.

No hay que olvidar que Bernad fue galardonado por sus “servicios a la patria” por la Fundación Francisco Franco, por haber logrado la imputación del juez Baltasar Garzón
en la causa abierta en el Tribunal Supremo contra el magistrado por
instruir el caso del reconocimiento de la Memoria Histórica de las
víctimas del franquismo.
Según el propio ex jefe de seguridad de Manos Limpias en declaraciones al diario ABC
“en las comidas se reunían alrededor de treinta personas. Había
distintos grados de aportación". Los “patrocinadores fijos”, que era un
grupo muy reducido, aportaban 3.000 euros y, en algunos casos y en función de las necesidades, hasta 5.000 euros. Otros hacían donativos más modestos.

En
cuanto a las entregas del dinero, utilizaban varias vías. Algunos daban
el sobre, en metálico, en el despacho de Miguel Bernad, primero en la
calle Quintana y luego en la actual sede de Manos Limpias, en la calle
Ferraz, habiéndolo pactado previamente en la comida. En cada comida podrían recaudarse cifras que rondaban entre los 40.000 y los 60.000 euros.
Otra vía de financiación de Bernad

Pero esta no era la única vía de financiación. Diversos empresarios inmersos en problemas de deudas
impagadas contrataban los servicios de Manos Limpias, para que fueran
abogados del sindicato y en nombre de este quienes presentaran y
firmaran las denuncias contra sus adversarios empresariales. La
razón no era otra que utilizar la marca Manos Limpias, que ya había
logrado convertirse en una herramienta muy útil de intimidación o disuasión
para resolver cuestiones económicas. Antes de que el demandado viera su
nombre en los medios acusado por Manos Limpias, optaba por pagar y
quitarse de en medio, por temor al potencial perjuicio de imagen y
financiero. Estos servicios según denuncian rondaban los 25.000 euros.
La
abogada Montse Suárez afirma: “yo sé muchas cosas más y ya las he
puesto en conocimiento de la Justicia y muchas de ellas las detallé en
mi libro "La justicia no es igual para todos", donde ya advertía de
toda esta gentuza y de estos matrimonios profesionales y maridajes de
intereses entre Ausbanc y el sindicato Manos Limpias”.

La
instrucción de la causa contra los líderes de Manos Limpias y Ausbanc
está basada, precisamente, en un número muy importante de testimonios
del entorno profesional tanto de Miguel Bernad como de Luis Pineda, que
ya venían denunciando prácticas de dudosa o manifiesta ilegalidad.
Otros testimonios que constan en la causa abierta por el juez Pedraz son los de varias víctimas de presuntos delitos de coacciones o extorsión,
cuya autoría apunta a estas dos organizaciones, lideradas por
históricos del fascismo español reconvertidos en presuntos delincuentes
comunes.
Madrid - 19/04/2016
Cosas para no olvidar.
NOTA: La locución latina "in dubio pro reo" (en caso de duda, a favor del reo) es modificado por Montse Suárez, como observarán en la portada de su libro, por "in dubio, pro rico" (en caso de duda, a favor del rico).