El hispanófobo Pompeu Gener disfrazado de Conde Duque de Olivares, por Carles Casagemas
Con la crisis catalana, ha quedado meridianamente claro que el PP, con La Trotona al frente, es lo peor que le ha pasado a España en décadas.
Bueno, a fuer de sinceros, Aznar fue seguramente peor, porque fue el responsable de la actual situación de Cataluña. Él concedió a Pujol, el gran forjador de almas, la Ley de Inmersión Lingüística o de Bautismo Nacionalista, que ha disparado el extremismo independentista de la CUP y la Esquerra. Invito a los lectores a leer los apellidos de los electos de JuntsxCat y ERC. ¡Sólo un 10% son del resto de España! El 88% tienen apellidos catalanes. Así que el millón doscientos mil catalanes de apellido español que han votado independentista, abducidos por el Règim, no tienen representación en el Parlament. ¡Pero no les importa! No hay más que ver cómo sus caras de satisfacción muestran sus almas nacional-catalanas recién estrenadas.
Bien, la cosa está ahora clara: convocar elecciones autonómicas en Cataluña el 21D, tras aporrear a mujeres y ancianos que querían votar el 1 de octubre --de un sadismo indiscutible--, ha sido un error político de dimensiones galácticas. Las consecuencias serán también inconmensurables.
Hasta un payaso descerebrado como Puigdemont puede sacar partido de esta clase de errores. Y si no él, que es una rata cobarde patológica, sí sus asesores, como Elsa Artadi.
Lo más irrisorio ha sido ver las caras de pasmo de los soberbios opusdeístas peperos tras el resultado. Si tuvieran dos dedos de frente, se preguntarían: "¿Para qué le hemos hecho caso a Falangito y hemos convocado elecciones autonómicas?; ¿no estaríamos mucho mejor como estábamos antes de convocarlas?; porque teníamos 11 diputados, no 4..., y Ciudadanos, 25, en vez de 36: no nos había arrollado en Cataluña, como prolegómeno y advertencia de lo que nos va a hacer en el resto de España en las próximas generales... ¿Quién sugirió lo de convocar elecciones inmediatas? ¿Fue Sorayita la Albóndiga Sabihonda y Soberbia? ¿O fue la Cobardona Gallega? Porque debiera dimitir para siempre..."
Tienen razón los críticos. Aplicar el artículo 155 de la Constitución, aunque fuera tarde --debió hacerse el 8 de septiembre--, no fue el peor de los errores, que lo fue. Los dos errores letales fueron lanzar a la policía contra los votantes del referéndum ilegal del 1-O y convocar elecciones autonómicas sin sanear antes las estructuras sociales e informativas catalanas (ha ganado el candidato de TV3, como siempre).
Cataluña es una región enferma. Los independentistas son carne de psiquiatra y manicomio. Madrid se equivoca al confiar en el seny catalán y en eso de que la pela es la pela. A los independentistas les importa un huevo la pela cuando se trata de la pàtria. La amenaza que supone la invasión de tanto charnego no pueden combatirla de manera natural, con el aumento del número de catalanes “de pura raza”. Los catalanes tienen un grave problema demográfico que ellos atribuyen a la inmigración española. Por eso son capaces de arrasar Cataluña con tal de librarse de España; de quedarse todos ciegos con tal de sacarles un ojo a los españoles.
El problema de Cataluña es el evidente y palmario racismo catalán que está meridianamente definido en los textos fundacionales del nacionalismo del supremacista Pompeu Gener. Textos como el "Catecisme del Jove Nacionalista" o los memes que sustentan la geográfica lengua propia: “Hasta las piedras hablan en catalán” o la teoría del "Inmigrante sin Alma" de Jordi Pujol, concluyentes textos que obligan a la inmersión lingüística y a la alternativa de "o acogedora integración o muerte social".
Todo está perfectamente desarrollado y demostrado mediante el análisis documental por el filósofo Francisco Caja en su libro "La raza catalana. El núcleo doctrinal del catalanismo".
¿Y el futuro cómo pinta? Pues exactamente igual que el pasado, pero en peor. Porque, ante el nuevo tour de force separatista que se avecina inexorable, ya no cabrá respuesta blanda. El siguiente paso, que el PP no tiene ni el valor ni la fuerza moral para aplicar, sería la intervención armada. Ya digo: no se hará. La alternativa será ceder y volver a ceder. El cupo catalán se quedará corto, porque el federalismo lo tienen ya de facto. Se trata de ofrecer a los independentistas el estado libre asociado. O la independencia, así a las claras. Y para ello, el Estado habrá de ceder antes en un referendo que, esta vez, perderá. Porque muchísimos de los anticatalanistas que han votado el 21D saben que Cataluña está perdida y se abstendrán de una vez para siempre. ¡Ya iba siendo hora!
Salud.
Ácratas
¿Y qué coño esperaba el PP de los catalanes, después de cómo actuaron?
Poco me pareció que perdieran solo 7 diputados.
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