22/12/17

EL CONGRESO TAMBIÉN ES PURO TEATRO

La Cámara baja aprueba centenares de iniciativas sin efecto jurídico vinculante que el Gobierno ignora, por lo que el debate de mociones y proposiciones no de ley se convierte en el escenario de un juego parlamentario sin consecuencias prácticas.

Influir en la opinión pública, lograr eco mediático y generar consensos entre grupos son los objetivos de una función cuyo público final es el electorado.


Albert Rivera (C's) y Mariano Rajoy (PP)


Valla fronteriza

Estas informaciones cuentan que el Parlamento ha puesto deberes al Gobierno, pero lo que obvian contar (o dan por sabido) es que el Gobierno no tiene ninguna obligación de acatarlos.

Aunque cuando leemos o escuchamos estos titulares, parece que los mandatos de la Cámara vayan a influir en las decisiones del Ejecutivo, lo cierto es que no tienen asegurada ninguna consecuencia práctica. 

Son proposiciones no de ley (PNL) y mociones: iniciativas parlamentarias que sirven para controlar al Ejecutivo pero que no tienen ninguna vinculación jurídica. En lo que llevamos de legislatura, la Cámara ha registrado más de 3.000.

Los bancos azules del Congreso correspondientes al Ejecutivo

"Son mecanismos simbólicos y se hacen de cara a la galería porque el juego parlamentario es un teatro (en el buen sentido de la palabra) cuyo público es el electorado", resume Javier Tajadura, profesor de Derecho Constitucional en la Universidad del País Vasco. 

Lo importante, pues, es que los ciudadanos lean esos titulares y se queden con el mensaje político, es decir, que recuerden que tal o cual partido ha pedido esto o lo otro. No tienen valor jurídico, pero sí valor político. 

"Las proposiciones no de ley, por ejemplo, obligan al Gobierno a posicionarse sobre un tema concreto, a responder qué hace y qué no hace en determinados asuntos y, por tanto, a asumir el coste político que eso supone", insiste Tajadura.

Javier Tajadura
COMENTARIOS:

    Mas que teatro, yo diría CIRCO...

     
    Toda la labor política patria es un culebrón que sigue escrupulosamente un guión preestablecido y preconstituido.

    Qué novedad, con el país intervenido por la troika, con un Estado que es un apéndice de la UE. Que no se note que la democracia ha pasado a mejor vida.
     
    «El Congreso es teatro» desde que llegaron el Coleta y el Rufián.


    Para vosotros, los chorifachas, decir la verdad es hacer teatro. 

    FUENTE: publico.es
    Anna Flotats
    Madrid - 15/12/2017

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