Allí estarán "todos ellos": la familia real, el gobierno, las altas autoridades del estado, los expresidentes de gobierno, los presidentes de las comunidades autónomas, los representantes de los partidos políticos...Y, supongo yo, que también asistirán miembros de la nobleza, banqueros, ricachones y grandes empresarios del país.
Por supuesto, el funeral, no estará abierto al pueblo llano.
Estén atentos a sus palabras, porque me da que hoy se desfogará en un intento por quemar sus últimas naves, después de haber alertado, en su anterior proclama, de la amenaza que supone la "ruptura insolidaria" de España, y de la profunda crisis del matrimonio y la familia.
Siempre me ha hecho gracia que los curas aboguen por el aumento de la natalidad, cuando ellos (se supone) no colaboran en la misma. Pero claro, tiene una lógica aplastante: cuanto menos nacimientos se produzcan, menor cantidad de posibles fieles; algo así como "la mengua de la luna"... Y, claro, no les interesa.
Sólo me resta desearle a monseñor Rouco Varela una serena jubilación, que ya va siendo hora. No en vano se la ha ganado a pulso. Sé que no se marcha demasiado contento; primero, por la pérdida del poder omnímodo que detentaba, y segundo, por los tres palmos de narices con los que se quedó ante la elección del nuevo papa Francisco I, con el que no tiene demasiad "feeling" que digamos.
Ciudadano Plof
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