20/8/16

ESTAR HASTA LOS...

...MISMÍSIMOS COJONES. 


¡Sí! Hasta los mismísimos cojones de ver cómo El Sistema lo manipula, enreda y controla todo, confundiendo a la ciudadanía, que nunca sabe a qué carta quedarse. Verán:

El compañero Magyanes que lleva el blog "Amontonador urgente de palabras", publicó en su día un poema titulado UN LOBO SOLITARIO* (escrito cuando este término aún no se había internacionalizado para designar a los terroristas del Estado Islámico) en el que abunda sobre la soledad, la búsqueda de si mismo y la magia de los sueños, identificándose con ese lobo que abandona la manada por decisión propia y vaga por un mundo especialmente duro y difícil sin el amparo del grupo.


Si bien es cierto que dicho término de "lobo solitario" aplicado al terrorismo no es nada novedoso, ya que, nació en torno a 1900 en Estados Unidos. Y ya, en 1955, aparece en la prensa escrita norteamericana, concretamente en el New York Times, que llama así a un terrorista que actúa solo, y que, por norma, aunque su violencia sea ideológica, no suele pertenecer a ninguna organización determinada. El uso del término se ha disparado en los últimos tiempos, sobre todo a través de Internet, habida cuenta de la proliferación de terroristas islámicos que encajan en ese perfil y que la propia Red se ha encargado de fomentar.


Pues bien, una "garganta profunda" me ha chivado que el blog del compañero, que versa principalmente sobre Poesía, pasa por un filtro policial habida cuenta del término de marras, entre otras cosas. Y es entonces cuando digo lo de los cojones y recuerdo lo pequeñita que sigue siendo Libertad a pesar del paso de los años.


Y me asalta una duda:

¿A quién teme más El Sistema, al terrorista o al poeta?

Citizen Plof

(*) Aquí les adjunto el poema de marras. No es la primera vez que lo hago:

UN LOBO SOLITARIO

 

Me gusta ser
Un lobo solitario.

Aullarle a la luna
Y a la aurora boreal
(Si se tercia)
Desde la atalaya
De mi corazón.

Me gusta ser
Un lobo solitario.

Aunque a veces acuda,
Oculto entre los árboles,
A contemplar oscuros,
Sagrados aquelarres.

Me gusta ser
Un lobo solitario.

¿Pero cómo es posible
Que con su agudo olfato
No detectaran nunca
Mi cercana presencia?

Me gusta ser
Un lobo solitario.

Aunque tal vez no sea
Un verdadero lobo,
Sino un fantasma errante:
Una sombra
Que deambula perdida
Entre dos mundos.

Tal vez, por eso mismo
La manada
No logra olfatearme.

De todas formas…
Ser la sombra de un lobo
Me sigue pareciendo
También
Un sueño mágico.

*

Pueden sustituir, si quieren,
lobo por bobo; el resultado
seguirá siendo el mismo.

Miguel Ángel G. Yanes

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