11/11/18

CIUDADANOS: LA GRAN MENTIRA

A pesar de que hace ya más de tres años que Alejandro López Menacho publicó este artículo, en el que pone en solfa a la formación política que dirige Albert Rivera, resulta tremendamente esclarecedor y no ha perdido ni un ápice de interés. Es por ello que lo he rescatado de La Réplica.

Citizen Plof

Albert Rivera, líder de Ciudadanos

Desde que el mundo es mundo, a toda acción política le ha correspondido una reacción. Como apuntaba en su muro de Facebook nuestro columnista Brais Fernández,“el motor de la política es el conflicto: Irrumpe Podemos, aparece Ciudadanos“. Aunque podríamos matizar esta afirmación: surgen las fuerzas de empoderamiento popular y se rearma la derecha.

Porque en esta lucha de clases -que existe, aunque Albert Rivera no lo crea-, la derecha, hasta ahora cómoda en torno al bipartidismo que lidera el Partido Popular, ha observado como las clases populares se están emancipando, suponiendo un serio peligro para sus intereses económicos y estratégicos.


Un cambio de siglas sería un mal menor si así mantuvieran esa posición de privilegio. Pero, ¿cómo se puede confabular un “cambio” para que todo siga igual? Cediendo un poco -al menos inicialmente- y cambiando de nombre al negocio: Ciudadanos.

1. ¿Qué es Ciudadanos?


Es un partido en el sentido más estricto del término, que defiende la liberación de la economía y la reducción del gasto público y se ha dejado guiar por el profesor Luis Garicano, un señor con aspecto afable que estuvo siempre en la órbita del Partido Popular. De hecho, llegó a aconsejar a Rajoy el rescate de España.

Garicano es un economista que no siente demasiado pudor en proponer recetas milagrosas para evitar un futuro según él catastrófico -que si España se volverá Venezuela, que si terminará japonizándose- para concluir que tiene como modelo de referencia a Dinamarca. Fue pro-Soraya Sáenz, tenía buenas relaciones con la oligarquía y como bonus track, soltó una perla xenófoba en twitter, donde lamentaba que la valla de Melilla no fuera suficientemente sólida. Pues bien, Rivera considera que contar con él y su modelo económico es “un lujo“.

Luis Garicano, Albert Rivera y Manuel Conthe presentaron su programa económico
Luis Garicano, Albert Rivera y Manuel Conthe presentando su programa económico

Ciudadanos es también un partido que apuesta abiertamente por una España unida y no deja margen a nacionalismos, federalismos ni nada que se le parezca: “Ciudadanos, mejor unidos“ es su lema, una frase mucho más amable que esa otra tan vigorosa “España, una grande y libre“. Así que los independentistas están descartados con no rotundo a la idea de una Cataluña por libre. Son, a priori, el único trozo del pastel al que parece renunciar Ciudadanos.

2. ¿Qué vende Ciudadanos?


Ciudadanos, al igual que el Partido Popular -pero de forma menos descarada-, utiliza eufemismos en su argumentación, filtreando con la neolengua. Esto lo hacen, sin excepción, todas las formaciones políticas. Al fin y al cabo, la dialéctica es el gran arte de la ciencia política. Ocurre con Ciudadanos que su comedia es muy burda, demasiado evidente. Hagamos un repaso:

“Transformar, no romper“, “reformas estructurales factibles“, “siglo XXI“, “progreso“, “centro-izquierda“, “espíritu de consenso”, “unidad“, “transversalidad” … etc.


El partido naranja está cómodo en su rol de partido de Estado y Rivera encantado de sí mismo al proyectar la imagen de yerno perfecto, comedido, "el Suárez del nuevo milenio". Además, apropiándose del concepto de “sensatez y responsabilidad” , vuelven a servirse de una política muy antigua y nada original, la de amenazar con el caos que traerán otras opciones políticas.

3. ¿Qué dice la hemeroteca? 


Hemos querido profundizar en los aspectos más discutibles del discurso de Ciudadanos, aquellos puntos que dejan al descubierto su herencia ideológica:

“Llamar matrimonio a una unión homosexual genera tensiones innecesarias y evitables.” Albert Rivera, en 2006. Esta declaración entra en contradicción con algunos de sus postulados básicos –que se pueden consultar en su página web-, como aquel que dice “los ciudadanos, iguales en derechos y deberes, son los únicos sujetos de la política“. ¿Pues no somos ciudadanos iguales? ¿Por qué no va a poder una persona homosexual llamar matrimonio a su unión sentimental? ¿tiene esta reticencia algo que ver con la apropiación del término “matrimonio” por parte de la Iglesia católica?


“Para tener el derecho universal de sanidad necesitas el permiso de residencia, y eso es lo que yo defiendo”. Albert Rivera, en 2015. Nuevamente una frase que pone de manifiesto la existencia de ciudadanos de primera y segunda categoría y que hace oídos sordos a un principio básico de la declaración de los derechos humanos, el derecho a la salud. Segundo desliz xenófobo del partido tras el mencionado anteriormente por Garicano. No es una casualidad esta animadversión por lo extranjero.

“Vamos a enseñar a pescar en Andalucía, no a repartir pescado”. No está muy claro que pretendía decir Rivera ni la calidad de la metáfora, y es posible -aunque improbable- que no quisiera ofender al pueblo andaluz ni mostrar esa molesta superioridad con la que parece que cualquier político puede mentar a Andalucía. Lo que está claro es que los andaluces no estamos para bromas, partenalismos ni prepotencias.

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 Las parodias de Albert Rivera en Andalucía no se han hecho esperar

“El aborto no es un derecho, es un fracaso de la sociedad”. Este argumento, también usado por miembros del PP, es de sobra conocido por los que pensamos que la mujer es dueña de su cuerpo y debe decidir libremente, sin ambiguedades. Lo hemos escuchado infinidad de veces porque con ese matiz derrotista camufla un mensaje realmente coercitivo y patriarcal. El aborto es un tema complejo, con muchas aristas y que perdurará durante mucho tiempo. Pero podríamos ahorrarnos años de controversia si eludieramos las medias tintas. Ciudadanos está más cerca de Gallardón que de nuestras mujeres.

“No podría vivir con los 757 euros de sueldo mínimo de España”, dice Rivera, pero en cambio Ciudadanos no contempla subir el salario mínimo profesional. Es decir, que aún siendo conscientes de que con 757 euros a muchas familias no les llega para cubrir sus gastos, se oponen a esa mejora. De nuevo apoyan un sistema de ciudadanos de primera y segunda categoría. ¿Falta de empatía? No. Falta de de voluntad por el cambio, principalmente, falta de interés por equilibrar las rentas de los españoles.


“El copago sanitario debe ser utilizado como un elemento disuasorio en aquellos pacientes menos graves“,  apunta el programa electoral de Ciudadanos. Una medida polémica en varios sentidos porque primero hay que fijar la línea de lo que se considera o no de gravedad, y después porque desafortunadamente, en nuestro país hay muchas personas que no pueden pagar remedios sanitarios básicos. No son números, son personas. España ha sido durante mucho tiempo un modelo de eficacia sanitaria, una eficacia que está menguando debido a los recortes de Rajoy. Siendo conscientes del mito del turismo sanitario cabría preguntarse, ¿en qué preferimos gastar el dinero público? ¿acaso no es la sanidad una inversión rentable y razonable?

No solo les gusta la pesca, también los toros. Una imagen vale más que mil palabras.

Albert Rivera, sacado a hombros y no precisamente del Parlamento
Albert Rivera, sacado a hombros y no precisamente del Parlamento

La hemeroteca también nos deja polémicas menores pero significativas, como la que tuvo Javier Nart con las personas con síndrome de Down, o el coqueteo catalán con fuerzas franquistas.  Y es que hay que tener en cuenta que buena parte de los representantes de Ciudadanos proceden de otras fuerzas -principalmente del PP, PPSOE y UPyD- y que, de una manera u otra, su ideario base acaba saliendo a relucir

4. ¿Qué dicen las encuestas?

 La última encuesta sitúa a Ciudadanos con un 6,2%
 La última encuesta sitúa a Ciudadanos con un 6,2%

El “auge” de Ciudadanos, a día de hoy, parece más ilusorio que real y podría ser un efecto botella de champán. La última encuesta conocida, la del barómetro Celeste-TEL para eldiario.es, sitúa a Ciudadanos como cuarta fuerza política, con un 6,2%. Es un crecimiento a tener en cuenta, pero que analizando toda la ingeniería mediática que tiene detrás -y que analizamos en el siguiente punto- tampoco parece gran cosa.

5. ¿Quién apoya a Ciudadanos?


El electorado de Ciudadanos quiere reformas, pero no profundas, ya que se encuentra cómodo en este sistema que nos dejó la Transición. Su preocupación es mantener el status social. Ese electorado incluye a la vieja guardia periodística, que teme verse relegada a un segundo plano.

La revolución ciudadana vendrá acompañada de una revolución mediática, sí o sí. Por ello, en parte por ese temor y en parte por la afinidad ideológica neoconservadora, Ciudadanos ha encontrado apoyo público de figuras periodísticas tan relevantes como reaccionarias: Isabel San Sebastian, Carlos Herrera, Hermann Tertsch, Jimenez Losantos, Arcadi Espada, Anna Grau, Pedro J. Ramírez, Tomás Guasch o Alfonso Rojo. Una alineación de cronistas para echarse a temblar, fervientes defensores de este sistema desigual e injusto.


Cuentan también con el apoyo decidido del que sigue siendo principal periódico de información general en nuestra nación, El País. En las últimas semanas ha contado con un espacio desmedido en sus páginas, campaña mediática orquestada por Antonio Caño, su director. Una cobertura que contrasta con el ridículo vacío que recibió Podemos tras las elecciones europeas.

6. ¿Qué sabemos de Albert Rivera?


Albert Rivera procede de una familia de clase media, es abogado -trabajó dos años para La Caixa- y empezó pronto en la política, concretamente en el año 2002, cuando decide unirse a las Nuevas Generaciones del Partido Popular. Su afiliación se prolongó hasta 2006, momento en que se desvincula de los populares solicitando la anulación de sus datos personales. El asunto de su affaire con el PP no es baladí. Supone un precedente a tener en cuenta en su formación ideológica. Para situarnos en la línea del tiempo, Rivera simpatizaba con el Partido Popular en plena Guerra de Irak, en el año de la reforma laboral o cuando las costas gallegas se llenaban de petróleo. Son solo datos. Como también está constatado que militó en UGT, algo que a priori, puede resultar algo contradictorio.

 Albert Rivera cogió el mando de Ciudadanos ocultando su pasado político. Seguramente si se hubiera conocido no habría sido elegido por el grupo promotor comandado por Albert Boadella y Arcadi Espada para liderar el proyecto. Pero lo cierto es que lo fue y su ascenso no es casual, Rivera tiene clara vocación política y defiende con cierta consistencia sus ideas. No es precisamente un rival endeble para los que defendemos la justicia social.


Rivera, Zaplana y Bono. ¿Regeneración?
Rivera, Zaplana y Bono. ¿Regeneración política?

7. ¿Qué expectativas tiene Ciudadanos?

A priori, no parece que de aquí a las elecciones generales vaya a pisar el podium electoral, pero Ciudadanos puede convertirse en una llave clave para habilitar un gobierno. Es un partido necesario paras las élites dominantes por su capacidad de arañar votantes que, hastiados del bipartidismo, iban encaminados a los frentes populares. Se ha escuchado en varias tertulias radiofónicas: 


“Si no es el PP y no puede ser el PSOE, mejor Ciudadanos, no resulte que el voto se vaya demasiado lejos y acabe discutiendo el sistema“. También podrían pensar así los magnates financieros del Ibex35, que darían el visto bueno a las políticas neoliberales de Garicano.

8. ¿Qué casos oscuros tiene Ciudadanos?


Muchos. Demasiados. Por decirlo de otra forma, si Ciudadanos fuera un partido de izquierdas, al ABC y a La Razón le faltarían páginas para cubrir las supuestas irregularidades que la formación ha cometido. Repasemos los casos más sonados:

– Críticos de Ciudadanos ‘pasan’ de sondeos y se amontinan contra la dirección.
– Ciudadanos rescata al imputado Jordi Cañas como asesor del eurodiputado Girauta.
– Dimite el líder de Ciudadanos de Valencia, Fernando Mut, por su imputación en el Caso Innova.
– Javier Nart tenía una cuenta en Suiza que tuvo que regularizar.


– Dimite el portavoz de Ciudadanos Alicante por falta de democracia interna.
– Manuel Erdozain, secretario general de Ciudadanos en Cádiz (porque AIPRO se integró en Ciudadanos) imputado por prevaricación y tráfico de influencias.
– Denuncian al candidato de Ciudadanos a la alcaldía de Málaga, Juan Cassá, por falsedad documental.
– Jose Ángel Crego, candidato número 1 de Ciudadanos en León, propuso que los despedidos pagasen indemnización a su empresa. No es invención nuestra, podéis verlo en este vídeo.

9. ¿Quién simpatiza con mi tesis?

Alejandro López Menacho

– Dani Ruiz en Rabia y Sur que ha escrito un artículo bien documentado, similar a este, llamado “Desmontando a Ciudadanos”. Felicidades desde aquí al autor.
– Arturo Puente en eldiario.es que hace balance de los nueve años de Ciudadanos como formación política.
– La cuenta de twitter ¿CiudadanosCs?
– Antonio Maestre, de La Marea, que escribió “Los vínculos de Ciudadanos con FEDEA, el lobby de la patronal“.
– El youtuber activista Raglan, que pone en tela de juicio todo el proyecto de Ciudadanos y señala sus vínculos con otros partidos y/o asociaciones ciertamente detestables.

10. ¿A qué conclusiones podemos llegar con respecto a Ciudadanos?


Ciudadanos es la cristalización de un proceso que viene fraguándose desde hace años y que tiene un claro precedente en UPyD. No es otra cosa que una sofisticada modernización del liberalismo económico, un lavado de cara de la derecha; es una discusión al bipartidismo procurando mantener las reglas del sistema, disputando la soberanía desde la centralidad del tablero. 

Ciudadanos seduce porque aparenta aire fresco, porque cala su mensaje de transparencia y regeneración y porque nunca van a discutir tu apartamento en Torrelavegas. Sucede que esta regeneración democrática resulta poco creíble cuando te nutres especialmente de militantes procedentes del PP y del PSOE.

Ciudadanos roba votantes al PP, al PSOE y hasta a Podemos

Tamayos y Sáez, buitres políticos que si no se llamaran Ciudadanos serían parte de UPyD o de cualquier sigla o marca blanca que acelere su promoción en cargos públicos. En este sentido, la formación naranja carece de autenticidad y de verdadero cuerpo político -la fundamentación teórica-.

Este artículo no pretende ser un ataque foribundo al ambiguo partido de Albert Rivera, pues dejaremos que sea el juego democrático el que se encargue de ubicar a Ciudadanos. Sin embargo, sí es un aviso. Es un aviso de las múltiples formas que puede adoptar el neoliberalismo, un aviso del lobo con piel de cordero, de la ductilidad de los poderes fácticos, de la farsa, de la impostura, de que antes de Rivera sedujeron Gallardón y Pablo Casado.


FUENTE: lareplica.es
Rivera sedujeron Gallardón y Pablo Casado.
09/02/2015

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