El 18 de julio de 1936 alza el vuelo en el aeródromo de Gando (Gran Canaria) el Dragón Rapide. En su interior, junto al piloto y el mecánico, viaja el comandante general de las Islas Canarias, Francisco Franco. La aeronave se dirige a a Tetuán, para que Franco se ponga al frente de las fuerzas del ejército de África como uno de los cabecillas de la sublevación militar que ese mismo día desafía con al gobierno legítimo de la II República.
El Dragon Rapide en el Museo de Cuatro Vientos - Madrid
Antes del de llegar a Tetuán y abrir a España en canal, hay personajes en la sombra, caciques que quieren seguir siéndolo, monárquicos trasnochados, ricos banqueros cuyas fortunsa se hicieron con negocios sucios y generales llenos de rencor hacia el nuevo gobierno que les había restringido prebendas, atándolos en corto. Con estos mimbres la República estaba sentenciada.
Franco había sido destinado (alejado más bien) a Santa Cruz de Tenerife al mando de la Capitanía General de Canarias. Antes de salir para las Islas, Franco asiste a una reunión a la que, entre otros, también asisten los generales Mola y Goded, en la que se decide preparar un golpe de Estado capitaneado por el general Sanjurjo (entonces desterrado en Portugal). Franco, sin rechazar la conspiración, no se compromete. Desde Canarias recibe puntualmente información mostrándose siempre indeciso y cauteloso.
De un avión, de una organización importante y dinero. Pero todo está previsto. El General Emilio Mola, dio luz verde al viaje, Juan March, puso el dinero. Juan Ignacio Luca de Tena, director de ABC, encargado de la desinformación previa al golpe. Juan de la Cierva, inventor del autogiro, elegiría el avión. Luis Bolín, corresponsal de ABC, en Londres, organizaría los contactos técnicos. El Duque de Alba, con poderosas amistades en Londres se haría cargo del seguro, de 10.000 libras esterlinas, y el Marqués de Mérito, tapadera aristocrática del viaje.
Luca de Tena, Bolin, Juan de la Cierva y Juan March. Los golpistas
El aparato elegido finalmente sería un De Havilland D.H.89 Dragon Rapide. El aparato elegido por De la Cierva, matriculado G-ACYR, pertenecía a la Olley Air Service Ltd., situada en Croydon, al sur de Londres. A su piloto, Cecil Bebb, se le hizo creer que iba a transportar a un líder rebelde del Rif, quien se dispondría a organizar un levantamiento en Marruecos. La excusa del vuelo a Canarias ante las autoridades españolas sería la de un supuesto viaje turístico. Para aparentarlo, el coronel retirado Hugh Pollard, su hija Diana y una amiga de ésta, Dorothy Watson, irían en el avión, junto con Bolín, el mecánico Rice y el radiotelegrafista Bryers.
Cecil Bebb
Una muerte le allanó el camino. Los acontecimientos parecieron obrar en su favor el día 16 de Julio cuando, en un entrenamiento en el campo de tiro de La Isleta, el general Amado Balmes, gobernador militar de las Islas Orientales, se disparó, según la versión oficial, por accidente, falleciendo posteriormente. Sin embargo, siempre se ha mantenido la sospecha de que aquel percance no fuera fortuito. Balmes era leal a la República. Franco ya tenía excusa para viajar desde Tenerife: asistir al funeral de Balmes.
General Balmes
El 19 de Julio de 1936, al aeropuerto de Tetuán llega Franco vestido de general con fajín rojo y borlas doradas. Toma el mando del Ejército de África. La guerra civil ha comenzado y a una de las dos Españas se le helara el corazón.
FUENTE: publico.es
Memoria pública
06/07/2016
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