Visitando una de esas "grandes superficies", tan de moda hoy en día, no pude reprimirme a la tentación de averiguar mi precio, a la vista de un reclamo que decía:
Bueno... aunque bien mirado, también podría colegir que no tengo precio.
Parecerá una sandez, pero el que no se consuela es porque no quiere.
Ciudadano Plof
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