De hecho, se me acaba de aparecer la Virgen ahora mismo ante el ordenador para explicarme que, subrepticiamente, estoy llamando al ministro gilipollas, y que eso puede ser constitutivo de delito. “No, doña María”, le he respondido a la visión con gesto y tratamiento agnósticos. “Jamás osaría llamarle gilipollas a un meapilas. El segundo adjetivo engloba al primero, como usted debería saber tras recibir la Medalla al Mérito Policial”. La Virgen, investida de la dureza policial propia de estos tiempos, me ha golpeado con su báculo la cabeza, pero para mi suerte y para la de mis lectores, al ser también el báculo visión, me ha atravesado sin aparente daño craneal o neurológico.
Jorge Fernández Díaz - Ministro del Interior
La persecución de boutades en twitter que propone nuestro ministro es como si infiltran a policías en los bares para tomar nota de las barrabasadas que se dicen, durante el bocata calamares, y detener a los bocazas. Ser un bocazas no es delito, como bien lo demuestra el hecho de que Andrea Fabra todavía no esté en la cárcel. O Rajoy, quien, no por twitter, sino por SMS, animó al delincuente Bárcenas con este cariñoso mensaje: “Sé fuerte, Luis“. Pero esto la Virgen lo investiga menos.
Twitter no es un medio de comunicación susceptible de censura o persecución. Twitter, en el fondo, es como una reunión de amigos, o un montón de palabrería de bar donde puedes consumir desde pornografía hasta endecasílabos. Se puede decir de todo. Se debe decir de todo. No hace mucho leíamos que Pilar Manjón recibía constantes tuits acusándola de beneficiarse de su hijo muerto el 11-M y de cosas peores. Y no se vio a Fernández-Díaz mandando a su virgen policial a repartir mandobles. Supongo que temería descubrir, bajo los alias de esos tuiteros, a más de un militante o cargo de su Partido Popular.
Pilar Manjón
No me parece bien regodearse en el asesinato de nadie. Pero no me extraña que, tratándose de un político, de un cargo del PP, de un presunto corrupto, y de alguien que cobra 150.000 euros más dietas por empobrecer León, la gente se enerve un poco y se ponga estupenda, soez o torpe de verbo. Es tan censurable como natural.
Isabel Carrasco
No sé si este tipo de chistes o gracietas se hace también cuando asesinan a un panadero, a una ingeniera aeronáutica o al dueño de un bar. Me da la impresión de que no. La elegía de chistes malos que efluye de twitter y facebook a raíz de la muerte de esta señora tiene que ver con el asco que el pueblo siente hacia la clase política. Si el beato Fernández Díaz se atreve a meter en la cárcel a un particular por escribir un chiste malo, no sé la horrible condena que se merecería José Ignacio Wert cada vez que abre la boquita. Os dejo, que llama a la puerta la Virgen policial. Y esta vez viene acompañada. Mandadme los bocadillos de lima al módulo cuatro de Soto del Real. Graciñas, amores.
FUENTE: Público.es
Rosas y espinas
Aníbal Malvar
14/05/2014
A este ciudadano, a pesar de que que no transitar por Twitter, también le parece una tremenda
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