Los jóvenes señalan que el incendio de tres autobuses urbanos es un montaje y el Gobierno cataloga de "ridículas" las acusaciones
Una manifestación convocada por los estudiantes secundarios y universitarios chilenos, que no había sido autorizada por las autoridades del Gobierno de Sebastián Piñera, culminó este miércoles con disturbios en el centro de Santiago, tres autobuses del transporte público quemados, comercios apedreados y recriminaciones cruzadas entre los dirigentes y el Ejecutivo por la responsabilidad en la violencia.
Después de la intervención policial, que desembocó en un enfrentamiento con los estudiantes, un grupo de encapuchados quemó tres autobuses del transporte público, con pérdidas de 400 millones de pesos chilenos (unos 650 mil euros). Los vándalos también hicieron barricadas, destruyeron mobiliario público y privado, y apedrearon el hospital de la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS) y el edificio de la Telefónica. En total hubo 49 policías heridos y 75 detenidos, entre ellos a un estudiante de 14 años, sospechoso de incendiar los vehículos.
Los dirigentes estudiantiles, que lamentaron los disturbios y tomaron distancia de los vándalos, emplazaron al Gobierno a responder sus peticiones: “Basta de ignorarnos”, indicó Gabriel Boric, presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECh). “La violencia de hoy en las calles de Santiago se soluciona con respuestas a las demandas que como estudiantes hemos entregado”, sostuvo el universitario.
Los líderes del movimiento, que piensan que el Gobierno pretende criminalizar a los estudiantes, manifestaron además sus dudas con respecto a la autoría de los ataques incendiarios contra los autobuses. “Esto es un montaje del Estado, porque no sabemos quiénes son los encapuchados ni quiénes inician los desórdenes, y conocemos que hay infiltrados de carabineros que intervienen en las manifestaciones”, dijo la portavoz de la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES), Eloísa González.
Los estudiantes han dado a conocer un vídeo de una camioneta de la policía con una gran cantidad de neumáticos, que generalmente son utilizados por los vándalos para las barricadas. También han cuestionado que los autobuses quemados no transitaban por su recorrido habitual. El ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, reaccionó ante las acusaciones: “Es francamente ridículo”, dijo el secretario de Estado.
Datos tomados del diario EL PAÍS - INTERNACIONAL
Rocío Montes Santiago 9 AGO 2012
Yo siempre me pregunté de dónde salían esos grupos de encapuchados que, perfectamente organizados, armaban la de Dios es Cristo. Ahora comienzo a tenerlo claro.
Se trata de criminalizar todo lo posible a la insurgencia, asustando así a la población para que no se atreva a echarse a la calle.
Son los... "asustadores", y los pare el Sistema.
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