Una marejada de campeonato, un sol de justicia y un viento de su p. m. que, afortunadamente, fue amainando en intensidad a medida que avanzaba la mañana, lo que permitió abrir un colorido bosque de sombrillas para resguardar a los más frágiles: bebidas, bebés y ancianos (por este orden) de los hirientes rayos de Lorenzo.
Tostado, a medio hacer ya, decidí refugiarme también a la sombra, pero como las canillas me quedaban al sol, tuve que adaptarme, como pude, al reducto circular de la sombrilla. Allí estaba yo, semiencogido, cagándome en todo lo cagable, por haberme dejado el libro sobre la mesilla de noche, cuando, el diálogo de unos vecinos de playa, interrumpió mi escatológica rabieta.
- ¡Oye… mira que han robado, eh!- ¿Quiénes?
- Quienes van a ser… ¡los socialistas! Ahora llegaron “estos pobres” del PP y no pueden hacer nada porque aquellos se lo mamaron todo. No hay dinero.
- Mira, Juan… ¿y por qué no te vas a tomar por culo?
- ¡Coño! ¿Por qué me dices eso?
- Porque o eres bobo o lo pareces. Está claro que los socialistas son unos malos gestores del carajo, pero los que nos han robado descaradamente y lo siguen haciendo, son los de siempre: las aves de rapiña que dirigen y controlan los bancos, sus socios y sus amigotes ¿Y de que color son, ¡eh!?... Parece mentira, tan viejo y tan comemierda.
- ¡María!... ¡No te consiento que me faltes al respeto!
- ¡Ay, Juan, por favor!... ¡No me hagas reír que tengo el labio “partío”.
Ciudadano Plof
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