16/6/11

CON 43 AÑOS DE RETRASO

!Sí! Han pasado ya 43 años del anterior intento de revolución social, aquel que nos abortaron en mayo de 1968, comprando a los líderes, entre otras cosas.

Ante el cariz que estaban tomando los acontecimientos, generados por las revueltas estudiantiles y las mayores huelgas obreras desde antes de la II Guerra Mundial, el general De Gaulle, presidente de Francia en aquellos momentos, huye de París para entrevistarse en la frontera con el canciller alemán, y dicen las malas lenguas que la frase del francés fue: "Se ha ido todo a la mierda". Pero lo parchearon y así sigue... totalmente podrido, amenazando ruina de continuo.


El Sistema necesita que el movimiento 15-M quede mal frente a la opinión pública, para quebrantar así sus apoyos, y mejor aún si la sociedad termina rechazándolo por violento. Hay que tener en cuenta que no se detendrán en medios para conseguirlo porque... ¡le está viendo las orejas al lobo! a ese lobo capaz de devorarlo.

Es difícil controlar a todo el que se incorpora a la protesta: unos vehementes, otros exaltados e incluso algunos violentos; pero más difícil aún, si es el propio Sistema quien los introduce y les da unas determinadas pautas de conducta. Por ello se ha de estar muy atentos e hilar muy fino, para detectar posibles infiltrados que sólo busquen torpedear el movimiento, e intentar atajarlos a tiempo. Ésta es una antigua técnica que jamás ha perdido vigencia.



Fíjense si la "casta" política le ha visto las orejas al lobo, que se han apresurado a tomar una serie de medidas relativas a sus múltiples prebendas, que la población reclamaba desde hacía décadas y que, hasta ahora, se habían pasado por los forros.

No podemos cejar en la presión; es ¡ahora o nunca! (con 43 años de retraso) pero hay que tener presente que lo primordial es el uso de la no-violencia: tesón, constancia, esfuerzo, valentía, pero sin llegar a la agresión. No podemos caer en la celada que intentan tendernos. Luchar sí, pero pacíficamente, porque aunque parezca una perogullada, fue de esa forma cómo Gandhi consiguió, nada menos, que la independencia de La India.


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