Mi amiga y ex compañera laboral, la ciudadana Ana Mª Afonso, ha tenido a bien enviarme esta genialidad que quiero compartir con todos ustedes:
Thomas C. Douglas (1904-1986), quien fuera un prominente activista y político canadiense, difundió una fábula muy interesante que puede ser aplicada en su totalidad a la vida actual de nuestro país.
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