Don Éste tenía claro por quién iba a votar. Los de su cuerda política suelen llevar a efecto la disciplina de voto a rajatabla, cosa a lo que, los afines a Don Aquél, no suelen estar dispuestos. No obstante, estaba muy interesado en saber cual iba a ser el voto de su amigo; y sin andarse por las ramas, le preguntó:- Y al final... ¿tú por quién vas a votar?
- A ti que coño te importa por quién voy a votar. ¿Yo te he preguntado por quién votas tú?
- Tío, ¡no seas borde! Sabes que siempre voto por los mismos, pero tú, siempre vas del tingo al tango.
- ¡Sí! Voy del tingo al tango, porque no encuentro a nadie que me inspire verdadera confianza, pero a donde no suelo ir es al tongo.
- ¿Qué quieres decir con eso?... ¿Qué somos unos tramposos?... ¿Qué engañamos a la gente?
- Ni más ni menos que el resto. Sólo hacía un juego de palabras; no te pongas así. Al final creo que no voy a votar por nadie hasta que no se modifique la ley electoral que permita convertir esto en una verdadera democracia.
- Yo creo que está muy bien como está. Los padres de la patria pusieron todo su empeño en ello.
- Dirás los padres putativos ¿no? Porque los padres reales fueron convenientemente castrados para que no volvieran a engendrar.
- A mí eso de "putativos" no me gusta nada.
- ¡Je, je!... ¿Te acuerdas de lo que opinaba Doña Paca de sus vecinas de piso?
- ¡Sí! Decía: A mí me da que esas chicas se dedican a la "putitución"
- Pues algo así.
Ciudadano Plof
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