11/11/10

UNA ESPESA CORTINA DE HUMO

Fueron tres medios internacionales los que, al unísono, publicaron en julio de 2010 una de las filtraciones de archivos secretos más importantes de la historia de EEUU. Los diarios The Guardian, The New York Time y Der Spiegel sacaron a la luz cerca de 92.000 documentos sobre la guerra de Afganistán, obtenidos por WikiLeaks: organización internacional dedicada a la publicación de informes anónimos y documentos filtrados con contenido sensible en materia religiosa, corporativa o gubernamental, preservando el anonimatode sus fuentes.

En ese momento, Estados Unidos acusó a WikiLeaks de poner en peligro la vida de los civiles a los que se tomó declaración para elaborar los informes militares. El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, ha manifestado que la Casa Blanca estaba informada desde una semana antes de la publicación (cosa que el Pentágono niega) además, ha indicado que no han sido publicado otros 15.000 documentos para proteger la identidad de algunas personas que aparecen en ellos.

Con posterioridad, el 29 de julio de 2010, se colgó en la página web de WikiLeaks, un archivo de 1,4 GB, cifrado con AES, por lo que se precisa una clave de 256 bits para descifrarlo, denominado Insurance file ("Archivo seguro" en inglés). Se especula con que se trataría de una importantísima filtración cuya contraseña se haría pública en caso de que WikiLeaks sufriera algún ataque grave, como la detención de Julian Assange.

Tres meses más tarde, WikiLeaks hace público también unos documentos denominados Irak War Logs (Documentos de la Guerra de Irak) casi 400.000 documentos filtrados desde el propio Pentágono estadounidense, en los que se revelan, entre otros asuntos, el uso sistemático de torturas y la cifra de 109.032 muertos en la guerra de Irak, de los que el 63%  fueron civiles, exactamente 66.081 personas.

Bastó que salieran a la luz los desmanes y tropelías del ejército norteamericano, para que, de repente, apareciera una espesa cortina de humo -perdón- quise decir de paquetes bombas, por todas partes.

De todas formas no tengo muy claro qué o quiénes se esconden tras WikiLeaks, ni cómo tienen tanta facilidad para hacerse con esos documentos secretos.

Ciudadano Plof
 

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