15/11/10

ESTAR HASTA LOS MISMÍSIMOS...

Todos los gobiernos, ya sean de derechas o de izquierdas, solucionan las crisis económicas de la misma manera… de la misma manera… de la misma manera…: “jodiendo a unos y beneficiando a otros” (disculpen por el eco). El problema estriba en que siempre joden a los mismos: a los trabajadores, haciéndolos sentirse culpables de todos los males, y benefician ¡cómo no! a las grandes empresas: Banca, Eléctricas, Comunicaciones, etc.


En más de una ocasión he escuchado decir desde La Patronal que la culpa de la inflación la tiene los salarios, y que para contenerla deben congelarse. ¡Coño! Y por qué no restringen ustedes un pelín sus márgenes de beneficios o bien congelan su avaricia, aunque sólo sea un ratito, para permitir un respiro a la clase trabajadora.

¡Ah! un detalle: cuando sus beneficios son inferiores a los del ejercicio anterior, los denominan PÉRDIDAS. Pérdidas las de los currantes, cuyos sueldos no crecen nunca por encima del IPC y van perdiendo poder adquisitivo con los años. ¡Eso sí son PÉRDIDAS!, y sobre todo ahora que el gobierno se atreve incluso a ¡¡¡rebajar los salarios!!! Lo otro es simplemente una disminución de beneficios.


Nos toman el pelo y nos dejamos. O como dice una genial pintada callejera “Nos mean y dicen que llueve” Y es que nos han convencido de que no merece la pena movilizarnos porque, con ello, nada vamos a conseguir. En el fondo ya se han encargado de descafeinarnos, manipulando la información a diestro y siniestro, haciéndonos perder la perspectiva, para que no seamos conscientes de que el poder de los débiles estriba en nuestro número.

Y que decir de los Sindicatos Mayoritarios; arrimados al sol que más calienta, han ido cediendo terreno en aras de una cacareada rentabilidad empresarial, que sería justa siempre y cuando no devorara, como Saturno, a sus propios hijos… Y ellos ahí, perdiendo comba, perdiendo respeto. Hasta tal punto han cedido terreno que su poder de convocatoria se ha resquebrajado irremisiblemente.


Ya nos gustaría a los trabajadores que realmente fueran sindicatos de izquierda, pero tienen que bailar al ritmo del capital y… ya se sabe: nos dan dos cositas por aquí a bombo y platillo, y nos quitan cuatro a la chita callando. Pero lo que me tiene hasta los mismísimos, es ese ritmo de cediendo, pactando… cediendo, pactando… cediendo, pactando… (otra vez el jodido eco) ¡Oiga! ¿Y por qué no… presionando, luchando?

Y yo que creí durante toda mi vida que los sindicatos estaban para defender, antes que nada, los derechos de los trabajadores, veo con estupefacción que sí, pero con una salvedad, favorecer antes a los empresarios; y sí no que me expliquen, entre otras lindezas, lo de los contratos en práctica.

¿Pero cuántas ruedas de molino se ha tragado esta gente?

Ciudadano Plof

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