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6/2/19

VENEZUELA: LA CRISIS MORAL DE LA PRENSA ESPAÑOLA (I)

(Esta publicación forma parte de una serie de cuatro artículos)


Obviar el trecho que media entre la cobertura que la prensa española ha venido haciendo de la "crisis venezolana" y aquello que cabe analizar desde el punto de vista de su adecuación a la realidad histórica o los criterios morales más elementales es algo que requiere de un sutil talento para el autoengaño.

Es poco probable que un par de párrafos alcancen a ofrecer una estimación ajustada de esa distancia. Aproximarse a ella resulta en cualquier caso imposible sin un intento de trazar, por una parte, los contornos de la historia reciente de la "lucha por la democracia" en Latinoamérica y, por otra, los de la situación económica y política en Venezuela Sólo tras perfilar esos contornos resulta razonable echar un vistazo a los principios que rigen aquella cobertura.

La celebración de las victorias democráticas en Latinoamérica

Nicolás Maduro, presidente de Venezuela

El pasado 10 de enero, mientras Nicolás Maduro renovaba su cargo como presidente de Venezuela, Mike Pompeo, jefe de la diplomacia estadounidense, llamó por teléfono a un tal Juan Guaidó para felicitarle por su nombramiento como líder del inhabilitado órgano del legislativo venezolano. De acuerdo con datos publicados "el día 20, el 81% de los venezolanos no sabía quién era Juan Guaidó". A pesar de ello, sus índices de aceptación no eran muy inferiores a los del resto de las figuras de la oposición, encabezadas por Leopoldo López, al que sólo un 63% de la población se mostró desfavorable.

Transcurridas unas horas desde la llamada de Pompeo, John Bolton declaró ilegitimo el gobierno del «dictador venezolano Nicolás Maduro». El Consejero de Seguridad Nacional, definido por sus propios compañeros de filas como «el hombre más peligroso de la administración Bush» no deja escapar la ocasión de subrayar que «lucha» es la noción que le interesa en la locución «lucha por la democracia», y ello siempre con la «opción nuclear»como trasfondo.

Por su parte, Jair Bolsonaro, que había manifestado el día 17 su intención de «restablecer el orden y la democracia» en Venezuela, declaró presidente a Guaidó el sábado 19. Después, el día 22, Mike Pence les dijo a los venezolanos: «Hola, Nicolás Maduro es un dictador y nosotros permaneceremos del lado de las fuerzas democráticas, que a partir de ahora encarnará ese tal Guaidó». Esa misma noche llamó a Guaidó para ponerle al corriente. Finalmente, el miércoles 23, "Guaidó se auto proclamó presidente". Sólo un par de días más tarde la evidencia acumulada era de tal magnitud y claridad que tan siquiera el Wall Street Journal evitaba las conclusiones obvias.

Jair Bolsonaro, presidente de Brasil

Pero volvamos a Pompeo, Bolton, Bolsonaro y el resto de los "adalides de la «paz», la «libertad», la «democracia» y los «derechos humanos". ¿A qué se refieren cuando usan estos términos? La historia reciente puede ayudarnos a responder a esta pregunta.

«Tan pronto como llegó a sus oídos la noticia de la gestación de un nuevo golpe de Estado en Venezuela, Albert Rivera exigió que España no se quedara a la cola en la celebración de la democracia oficiada por Bolsonaroy la administración Trump». Este entusiasmo democrático traería a la memoria de cualquiera con cierta familiaridad con la historia reciente de Latinoamérica el modo en que Lincoln Gordon, embajador estadounidense en Brasil, aplaudió el golpe militar que instaurara en 1964 la primera de las dictaduras ultraderechistas que barrieran el continente.

Gordon se refirió al alzamiento militar como «una gran victoria para el mundo libre en su lucha por la democracia» y, en un desacostumbrado alarde de sinceridad, añadió que esa lucha era también una lucha destinada a «mejorar sustancialmente el clima para las inversiones privadas». Bolsonaro, que se sienta ahora a los mandos que sus añorados camaradas abandonaron hace treinta y cuatro años, entiende que la dictadura cometió graves errores. En concreto, «considera que sus secuaces no mataron a suficientes personas: debieron matar a 30.000 más».

Lincoln Gordon fue embajador estadounidense en Brasil entre 1961 y 1966

"El siguiente hito cardinal de la lucha por la democracia en Latinoamérica llegó el 11 de septiembre de 1973, día en que las fuerzas armadas chilenas bombardearon la sede presidencial". Los chilenos habían confundido la noción de democracia con la participación popular en la toma de decisiones. Por suerte, Henry Kissinger encontró arrestos para asistirles en la enmienda de su error pues, como explicó, "había demasiado en juego como para que se dejara a los votantes chilenos decidir por sí mismos".

Kissinger se encargó de dirigir no sólo "la brutal operación de democratización chilena", sino asimismo de extenderla desde Chile a Argentina, Paraguay, Uruguay, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela al capitanear la "Operación Cóndor", que coordinara el asesinato de decenas de miles y la tortura y encarcelamiento de cientos de miles de latinoamericanos que no habían comprendido el significado de la voz «democracia».

La noble empresa de democratización se prolongaría después con la hilera de "40.000 cadáveres" que resultaran del apoyo de la administraciónCarter al régimen de Anastasio Somoza en Nicaragua. La administración Reagan redobló el ímpetu democrático de Carter, y fue por ello condenada por el Tribunal Internacional de Justicia de las Naciones Unidas a causa de su "promoción del terrorismo internacional". Una de las piezas claves de la embestida democrática de Reagan en Centroamérica fue su Secretario para los Derechos Humanos, Elliott Abrams, que «logró gran notoriedad tanto por sus desmentidos de las violaciones cometidas contra los derechos humanos como por sus justificaciones de las mismas». El pasado viernes día 25, anotemos al margen, la administración Trump anunció que «Abrams será el encargado de gestionar la nueva crisis venezolana».

Elliot Abrams

Los programas de expansión democrática de la administración Reagan constituyeron otro de los pilares fundamentales de su política humanitaria en Latinoamérica. Thomas Carothers, reputado experto académico en relaciones internacionales que participara en los referidos programas, señala en su favorable análisis de los mismos que, por algún motivo, "los esfuerzos 'democratizadores' de Estados Unidos en la región desembocaron sin excepción en el patrocinio del poder de las élites establecidas en sociedades ciertamente antidemocráticas". En la época de Carothers los hechos resultaban completamente transparentes, pero lo cierto es que llevaban mucho tiempo haciéndolo. Así, en 1966, el historiador británico Gordon Connell-Smith concluía en su historia de las relaciones exteriores hemisféricas que la cháchara acerca de "la promoción de la democracia en Latinoamérica no era más que la capa retórica con la que se cubría el objetivo real: el fomento de las condiciones más favorables para la inversión privada en el extranjero".

De hecho, no se trata, meramente, de las conclusiones de los expertos académicos, sino de las propias declaraciones de los planificadores de la política exterior estadounidense. En este sentido, ya en 1954, el Consejo de Seguridad Nacional de Eisenhower establecía que el primer objetivo de la política estadounidense en Latinoamérica era el de «crear un clima político y económico propicio para la inversión privada» y, particularmente, para la «repatriación del capital». Los planificadores advertían que "para ello era necesario que Latinoamérica no se plegara a la creciente demanda popular de mejoras inmediatas en los bajos niveles de vida de las masas".

Latinoamérica es, de hecho, el lugar en el que con más claridad puede apreciarse la planificación exterior de posguerra de la nueva potencia hegemónica, y ello tanto en el plano de la implementación como en el de las declaraciones. Así, en la Conferencia de Chapultepec, seis meses antes de que terminara la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos les explicaba a sus vecinos del sur los lineamientos generales de las que habrían de ser sus relaciones, identificando un problema que podría enturbiarlas y que sería combatido de forma contundente: «la filosofía del nuevo nacionalismo».

Castillo de Chapultepec (Ciudad de México) donde tuvo la conferencia en 1945
entre todos los países de América con excepción de Argentina y Canadá.

Los planificadores estadounidenses se referían con esta expresión a una tendencia incipiente en Latinoamérica hacia «políticas diseñadas para lograr una distribución más amplia de la riqueza y elevar el nivel de vida de las masas» partiendo de una errónea concepción según la cual «los primeros beneficiarios de la explotación de los recursos de un país deberían ser las personas de ese país». Como antídoto contra estas erróneas concepciones geopolíticas, "Estados Unidos presentó su Carta Económica para las Américas, haciendo explícito que en lo sucesivo el FMI se encargaría de determinar la estructura financiera de la región" y que las medidas contra el movimiento de mercancías y capitales estadounidenses debían desaparecer, de forma que los inversores privados del norte habrían de gozar de un trato preferencial para operar en la región. La propuesta fue atinadamente percibida por los latinoamericanos como «un plan para el establecimiento del dominio» estadounidense en la región. Sin embargo, dado el desequilibrio de fuerzas, prevaleció.

La línea que desde entonces se prolonga hasta nuestros días es, esencialmente, recta. No obstante, "hubo una década oscura en la que remitió esta noble batalla por la democratización de Latinoamérica". Fue la primera década del siglo XXI, marcada por tres acontecimientos dramáticos. El primero de ellos fue la expulsión de las bases militares estadounidenses en la región. Es famoso el modo en que "Rafael Correa propuso en 2007 al gobierno estadounidense negociar la permanencia de su base militar en Manta, a condición de que se permitiera asu país, Ecuador, establecer una base militar en Miami".

A pocos griegos o españoles debiera extrañarles que se sugiera la existencia vínculos entre el segundo y el tercero de esos dramáticos acontecimientos, a saber: «la ruptura con la disciplina del FMI en la región y el drástico incremento del PIB per cápita, acompañado de una inequívoca disminución de la desigualdad de ingresos». De hecho, tan siquiera cogería por sorpresa a los propios economistas de FMI, que consideran económicamente injustificable su receta para el desarrollo.

Los buitres del FMI

Esta desviación de la línea trazada desde la época de la Doctrina Monroe y el Destino Manifiesto debía cesar, y los mecanismos del poder estatal y corporativo estadounidenses se pusieron inmediatamente manos a la obra. "El golpe de Estado de 2002 en Venezuela fue un primer intento de restablecer el orden. La operación fue aprobada por Elliott Abrams, que, como indicábamos, ha vuelto a ser designado para supervisar la nueva tentativa". Aquel primer intento falló a causa de un levantamiento popular contra los golpistas, pero aquella oscura década tenía que terminar y dar nuevamente paso a la celebración de la democracia.

Así, cuando en 2009 volviera a emplearse el método habitual para deponer a Manuel Zelaya del gobierno de Honduras a causa de sus errores económicos –aumento del salario mínimo, fomento de la educación pública, respaldo económico a los pequeños agricultores y, sobre todo, moderadas reformas que dificultaban a los inversores extranjeros el ejercicio de su derecho a controlar la política fiscal–, la administración Obama reconoció en solitario a los golpistas como gobierno legítimo del país. Nuevamente, el embajador norteamericano recibió con entusiasmo lo que denominó «una gran celebración de la democracia». Desde entonces, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos ha venido denunciado centenares de detenciones arbitrarias y decenas de asesinatos de periodistas, activistas y líderes políticos.

Asimismo, "Amnistía Internacional ha documentado decenas de asesinatos y torturas a manos de las fuerzas de seguridad". Por su parte, "Global Witness documentó más de 120 asesinatos de activistas medioambientales a manos de las fuerzas del Estado, guardias de seguridad y asesinos a sueldo". Mientras estas violaciones de los derechos humanos permanecen impunes y "Estados Unidos continúa respaldando económicamente al régimen, Honduras se desploma hasta el fondo de la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa" y nuestra prensa libre sigue atendiendo prioritariamente a violaciones más graves de los derechos humanos, como el encarcelamiento de Leopoldo López por delitos menores, tales como tramar un golpe de Estado en 2014 y encabezar revueltas en las que pandilleros opositores asesinaron a decenas de personas.


FUENTE: publico.es
Dominio público
Asier Arias
02/02/2019

4/2/19

EL FMI Y EL "RIESGO" DE LAS URNAS EN ARGENTINA

El FMI y el “riesgo” de las urnas en Argentina


Un alto funcionario del FMI alerta de los riesgos que supondría la derrota de Macri en las elecciones de este año.

 
Alejandro Werner

“Entre los riesgos internos para América Latina cabe mencionar una menor confianza por la incertidumbre política en Brasil y México, así como la incertidumbre relacionada con las elecciones en Argentina”. Así se manifestó esta semana Alejandro Werner, responsable del Departamento para el Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional.

La caída de la industria a niveles que no se registraban desde hace una década, el récord inflacionario, el cierre de pequeñas y medianas empresas, el incremento del desempleo, de la pobreza y de la indigencia, parecen no ser la preocupación de la entidad crediticia que nuevamente tiene a la Argentina de rodillas. “En Argentina, las elecciones generales que se realizarán en 2019 podrían reducir el apetito de reforma”, sostuvo Werner, que intervino en la operación en la que el país recibió 28.000 millones de dólares para frenar la corrida bancaria y alejar el riesgo de default.


La llegada de Mauricio Macri a la Casa Rosada despertó el interés del FMI, al que el presidente acudió sin previa autorización del Congreso. La soberanía económica ahora está en manos de la entidad que reclama un plan de ajuste brutal para su próximo desembolso. Pero el FMI también exige un conjunto de reformas estructurales que forman parte de su agenda permanente.

Es por este motivo que, aunque los informes redactados desde Washington celebran la implementación del programa de austeridad, las autoridades del organismo temen que una derrota electoral de Cambiemos bloquee la reforma del sistema previsional o la reforma laboral.

Mauricio Macri, presidente de Argentina

“En las economías emergentes, un cambio importante en la dirección de la política económica siempre ha sido un riesgo considerable. Saber cuál será el marco de política que va a regir en la Argentina a partir del 2020 va a ser muy importante para una persona que quiera invertir para la próxima década”, explicó Werner.

Mientras, los medios oficialistas reprodujeron sus palabras en grandes titulares, iniciando ya la campaña electoral en pos de la continuidad de un modelo neoliberal que, fiel a sus principios, ha producido una enorme transferencia desde los sectores más vulnerables hacia las clases más beneficiadas del país.


El FMI advirtió que “la confianza del mercado podría deteriorarse en caso de que no avancen la reforma de las pensiones o la consolidación fiscal”. La preocupación de Werner es que “la fragmentación del Congreso podría crear obstáculos para la ejecución del ambicioso programa de reforma estructural. De continuar, la incertidumbre política podría desalentar las inversiones en el futuro y socavar las perspectivas de crecimiento de la región”.

FUENTE: nuevatribuna.es
Walter C. Medina
30/01/2019


Alguien que es capaz de decir que las urnas son un riesgo, tiene de demócrata lo que este ciudadano de cura. 

Amén.


1/12/18

¿QUIÉN NOS APRIETA LAS CLAVIJAS?

Christine Lagarde, directora del FMI

Vayan preguntándose si a la "Doña esta" le van a aplicar las mismas medidas que a nosotros el día que se jubile.

Seguro que no, porque pertenece a esa élite que nos aprieta las clavijas y se lucra con nuestro sacrificio.

Citizen Plof 
 

30/11/18

EL FUTURO DE LAS PENSIONES

El FMI y la OCDE meten presión a España para que no ceda ante los pensionistas


Los organismos internacionales proponen volver a desvincular del IPC las subidas y tener en cuenta la esperanza de vida, en línea con la reforma impuesta por el PP en 2013.


El Gobierno ha reafirmado esta semana su voluntad de mantener el poder adquisitivo de las pensiones, conforme al IPC real. Eso seguramente le obligará a abonar una paga compensatoria a final de año, como se hacía antes, ya que el comportamiento de los precios está siendo peor de lo previsto. Cada décima que se desvíe la inflación generará un coste para la Seguridad Social de 128,6 millones de euros, según cálculos del Ministerio de Trabajo.

La posibilidad de esa paga compensatoria fue anunciada a raíz de una intervención pública de la titular del departamento, Magdalena Valerio, y es consecuente con los compromisos presupuestarios adquiridos entre el Gobierno y su socio parlamentario preferente, Unidos Podemos.


Las pensiones han experimentado en 2018 una subida general del 1,6% y el IPC en tasa anual se situaba a finales de octubre en el 2,3%, aunque las estimaciones apuntan a que podía cerrar el ejercicio entorno al 1,9%.

Si finalmente fuera así, los pensionistas recibirían 358,8 millones, lo que hace una media de 41,7 euros por persona, que se consolidaría para los años siguientes. Teniendo en cuenta que el gasto derivado de esta prestación asciende ya a 9.287 millones mensuales, el efecto de la paga compensatoria sobre las cuentas de la Seguridad Social sería poco relevante. Pero es cierto que ahondaría un déficit que ha ido esquilmando año tras año la hucha de las pensiones y que sólo en 2017 se acercó a los 19.000 millones de euros.


El anuncio del Ministerio de Trabajo de llevar a la práctica su acuerdo con Unidos Podemos para mantener el poder adquisitivo de las pensiones se ha producido sólo unos días después de que dos instituciones internacionales alertaran a España de las amenazas que se ciernen sobre el sistema. Se trata del Fondo Monetario Internacional (FMI) y de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que publicaron la semana pasada sus últimos informes sobre la situación y perspectivas de la economía española.

En materia de pensiones, ambos solicitaban cambios que van justo en la dirección contraria de las medidas adoptadas como respuesta a las masivas movilizaciones que están teniendo lugar desde hace varios meses en las principales ciudades españolas, especialmente en Bilbao. Entre dichas medidas figuraban dos de singular trascendencia: la vuelta a la indexación de las pensiones (es decir, a subirlas con arreglo al IPC) y el aplazamiento hasta 2023 de la entrada en vigor del factor de sostenibilidad, que tendrá en cuenta la esperanza de vida y que estaba previsto aplicar a partir del año próximo.


Tanto una como otra supusieron una ruptura de los pilares fundamentales de la reforma introducida unilateralmente por Mariano Rajoy en 2013 so pretexto de frenar el déficit galopante de la Seguridad Social. Él mismo acabaría renunciando a lo esencial de ella para obtener el respaldo del Partido Nacionalista Vasco (PNV) a los Presupuestos Generales del Estado de 2018, poco antes de que la moción de censura encabezada por Pedro Sánchez lo desalojara del poder. La comisión parlamentaria del Pacto de Toledo daría la puntilla no mucho después a la controvertida reforma de 2013.

En sus primeros análisis sobre la economía española tras esos acontecimientos, el FMI y la OCDE meten presión para que no se ceda a las reclamaciones de la opinión pública en materia de pensiones, con recetas que supondría en la práctica su progresiva devaluación. El FMI habla, en concreto, de volver a desvincularlas del IPC para evitar una “pronunciada trayectoria alcista”. La OCDE, por su parte, sugiere elevar la edad de jubilación, teniendo en cuenta los años que, por término medio, se viven ahora.


 No parece que, en principio, el Gobierno esté por la labor de atender estas propuestas, pero las recientes declaraciones de la ministra de Trabajo dan a entender que algo está barruntado. Según dijo Valerio, el sistema debería llegar saneado a 2022 o 2023, cuando se espera una jubilación masiva de persona nacidas durante el baby boom. Para ello, explicó que es necesario reforzar su equilibrio financiero, reordenando ingresos y gastos. En qué consistirá exactamente esa reordenación es algo que aún está por ver.

FUENTE: publico.es 
Vicente Clavero 
Madrid - 28/11/2018


¡Compañeros "jubiletas": Echémonos a la calle, a la puta calle, a pelear por nuestros derechos, porque nadie más va a venir a hacerlo!

¡¡¡No olviden los paraguas y los bastones!!!
 

12/11/18

MINORÍA PELIGROSA

La única minoría peligrosa son los ricos (y sus siervos)


El avance del neofascismo y de las formaciones políticas autoritarias, el éxito de Trump, Bolsonaro o Salvini son consecuencia de la inseguridad y frustración que han originado los partidos del extremo centro neoliberales que han impuesto un largo período de políticas austeritarias para la mayoría social en el plano estatal siguiendo el dictado del FMI y una globalización económica internacional que ha conculcado los derechos y los intereses de los pueblos.

La Unión Europea y el Estado español no han sido una excepción, bien al contrario, son paradigmáticas en la disminución del gasto social, del sector público de la economía y de los derechos de la ciudadanía. Tras la crisis de 2007/2008 los ganadores en todo el mundo son los mismos que las provocaron, la oligarquía financiera y las multinacionales.

Trump - Bolsonaro - Salvini

Paradójicamente un representante del capital más parasitario como es Trump, logra erigirse en adalid contra el establishment con un discurso xenófobo y supremacista. Los nuevos zares de la extrema derecha en Francia, Italia, Polonia, Hungría y en nuestro país han desviado la rabia de un importante sector del pueblo contra extranjeros y minorías étnicas, contra emigrantes y mujeres.

Tanto en América como en Europa la extrema derecha asegura, de esa manera, los intereses de la oligarquía haciendo culpable de las desgracias a sectores sociales muy frágiles que difícilmente pueden defenderse y aún menos ser causantes de la situación.


Una jugada maestra para seguir aplicando políticas que aumentan la desigualdad social, el odio al diferente y la división en los pueblos. Los causantes de la crisis de una década de duración y los ganadores de la globalización pueden estar tranquilos, los políticos a su servicio, al igual que el ladrón de la fábula popular distrae a los viandantes gritando “al ladrón, al ladrón” señalando al desarrapado que pasaba por allí.

Desde hace varios años, vivimos una situación que se ha denominado como “crisis”. A veces, de tanto escuchar una palabra, la acabamos repitiendo y asumiendo sin pensar bien qué significa. “Crisis” tiene un significado concreto. Ha significado que millones de personas vivan condenadas al paro. Millones de personas que cada vez tienen que trabajar más por menos dinero.


Crisis son los alquileres cada vez más elevados, los servicios públicos más colapsados con aulas con más alumnos, médicos con consultas cada vez más saturadas, un transporte público cada vez más caro y menos eficiente.

Crisis son las pensiones de miseria para los que han tenido una vida de esfuerzo o las mujeres que cada vez sufren más para sostener la economía de su gente y las personas migrantes perseguidas simplemente por el hecho de ser pobres. Esa es, en lo concreto, la crisis para el 80% de la población. Somos los miembros de la clase trabajadora quienes sufrimos la crisis.

El "electroencefalograma" plano de la economía de los pobres

Sin embargo, hay una minoría privilegiada a la que no le ha ido mal. Una minoría parásita que, amparada por unas reglas del juego que siempre les favorecen, ha seguido haciendo negocios y ganando dinero a espuertas a costa del trabajo ajeno. Una minoría acaparadora que esquilma los recursos de todos para lucrarse y vivir en la opulencia más escandalosa. Sí, a los banqueros, a los ejecutivos, a las grandes empresas, les ha ido muy bien.

Se han aprovechado de la situación para saquear los servicios públicos, para bajar los salarios, para especular con la vivienda. Imponen un régimen de terror en los centros de trabajo: a quién protesta y se organiza, lo echan a la calle. Y tienen de su parte al conjunto de poderes del Estado, que lejos de ejercer un rol redistributivo, se dedican a legislar para proteger los intereses de los bancos.


El caso del poder judicial, con el Tribunal Supremo a la cabeza, no es sino una muestra más de que el Estado sigue siendo el consejo de administración de los ricos. Encima, ahora quieren enfrentarnos entre nosotros, en nuestros barrios y ciudades, en los lugares que queremos tanto: quieren dividirnos cuando son ellos los que nos hacen la vida difícil a todos.

Pero no podemos permitir que esta situación se normalice. La sociedad crea riqueza; pero somos los trabajadores y las trabajadoras quienes generamos esa riqueza. Muchas veces ni se nos paga un salario, como en el caso de las mujeres. Pero sin todo ese esfuerzo de los y las de abajo, la sociedad colapsaría.

El Estado sigue siendo el consejo de administración de los ricos

Hacernos preguntas nos obliga a cambiar las cosas: ¿Es justo que las grandes empresas y sus ejecutivos se estén embolsando millones mientras más del 50% de la gente tiene ingresos que van de los 0 a los 1200 euros? ¿Es justo que siga habiendo millones de pisos vacíos y sigan subiendo los alquileres y desahuciando  familias? Es evidente que no lo es y no basta con lamentarse. Hay que actuar. Y es que vivimos tiempos turbulentos.

El capitalismo en crisis ha desatado la emergencia de fuerzas reaccionarias que tratan de restaurar el orden. Un orden que nos ofrece dos opciones a la gente de abajo: o mantenernos en nuestro su sitio calladas mientras nos empobrecen o enfrentarnos entre nosotras para pelearnos por los restos de la miseria.


Y es que el discurso xenófobo y racista es el propio de quienes se han rendido y no quieren enfrentarse a los poderosos y prefieren enfrentarse a su vecino o vecina, a quien pueda ser más vulnerable. Los movimientos sociales y sus necesarias reivindicaciones de fiscalidad a quienes más tienen, de impedir la especulación con los alquileres, de dar derechos a los trabajadoras y autónomos son demandas valientes porque solo la valentía puede cambiar las cosas.

Pero no son tiempos para quedarse atrapadas en el shock, en la impotencia. Debemos combatir y señalar a los verdaderos responsables de esta situación de crisis, precariedad e inseguridad en la que se encuentra la clase trabajadora.


No debemos hacer ninguna concesión ante los discursos contra las personas migrantes, las mujeres, las LGTBI, ni tampoco contra los perseguidos por sus ideas políticas. Van contra nosotras y contra nuestras vecinas. Buscan mantener empobrecidas y divididas nuestras comunidades. Y lo hacen para mantener sus privilegios, seguir engordando sus beneficios.

Es preciso denunciar este estado de cosas, pero no basta con denunciar, es urgente construir las alternativas. Necesitamos representantes políticos que las defiendan, pero no basta con presentarse a las elecciones confiando todo a la representación, es necesario que la sociedad se organice y tome en sus manos la solución a los problemas.


Las clases subalternas, las gentes de abajo, deberán defenderse y pasar a la ofensiva activamente. Afortunadamente, en nuestros pueblos y barrios, en los centros docentes y en los de trabajo hay muchas personas que luchan cotidianamente contra la presión que impone este sistema.

Son la gente que trabaja en el movimiento feminista, en el movimiento de vivienda, en los sindicatos, en los movimientos vecinales y antirracistas. Esos son los mejores anticuerpos frente al auge de la xenofobia y el fascismo. Construir comunidades organizadas, contrapoderes reales que hagan frente a los que tienen todavía el poder (se presenten o no a las elecciones).


Es el momento de recuperar la convicción de que podemos transformar las cosas. Lo que implica que las clases subalternas se organicen para ello. Lo que supone identificar problemas, víctimas y culpables. Pero también se necesario disponer de un proyecto de sociedad y construir un programa que ofrezca alternativas reales de transformación. Alternativas radicales y de ruptura con este estado de cosas, aunque eso suponga una colisión frontal con el establishment: los poderes económicos y las instituciones de la gobernanza neoliberal.


Por eso Anticapitalistas ha decidido poner su granito de arena en una labor que afecta quienes quieren una sociedad justa y democrática para señalar, desde los barrios, aulas y empresas, a la única minoría peligrosa para el bienestar social: los ricos y los políticos a su servicio. También para presentar propuestas concretas frente a la escandalosa desigualdad vigente en la sociedad, lo que supone ir a la raíz de la misma y situar en el horizonte político la expropiación del poder económico para ponerlo al servicio de la mayoría repartiendo la riqueza.


No podemos dejarle el espacio en nuestros barrios a la extrema derecha ni confiar en que las superficiales y banales políticas “progresistas”, incapaces de plantar cara al poder, vayan a resolver nuestros problemas. No hay otra forma de resolver los problemas que una peligrosa y depredadora minoría ha generado que construyendo una fuerza social capaz de expropiar a los poderosos.

Es hora de decir: basta de discursos vacíos y de medias tintas; basta de permitir que el saqueo sin respuesta. Son necesarias nuevas ideas y propuestas capaces de alumbrar campañas y acciones con el objetivo hacer frente a los privilegiados y su poder económico, político, judicial y comunicativo.
Lo contrario es dejar el terreno libre para que el natural malestar que genera la desigualdad extrema lo ocupe el racismo, el machismo y el odio.


FUENTE: publico.es
Otras miradas
Paca Blanco, Jesús Rodríguez, María Lobo y Aziz Matrouch
Militantes de Anticapitalistas

30/10/18

MALOS TIEMPOS PARA BRASIL

Brasil llorará como llora Argentina

Bolsonaro, nuevo presidente de Brasil, persignándose | Ricardo Moraes / Reuters

Bolsonaro se ha impuesto en las elecciones de Brasil como en su día lo hizo Trump en EEUU: con un discurso de odio, elitista, xenófobo, machista… Nadie se lo tomaba en serio hasta que todo se volvió demasiado serio para bromas. Y entonces, fue tarde. Malos tiempos para Brasil.

A finales de 2015, el pueblo argentino votó al neoliberal Mauricio Macri y hoy llora desconsoladamente, con las calles y portales convertidos en hogar para una ingente cantidad de personas.

Mauricio Macri

Tres años le han bastado a Macri para sumir a Argentina en la miseria mientras su patrimonio y el de quienes mueven sus hilos se encuentra a buen recaudo en dólares, lejos de la depreciación del tipo de cambio o de las imposiciones del FMI, que aún tiene sangre seca ensus fauces tras las escabechina de austeridad europea. 

Lloran, lloran l@s herman@s argentin@s, incluso quienes votaron al neoliberal, porque saben que los tijeretazos que se avecinan aún traerán más hambre y pobredumbre.

Los buitres del FMI

Brasil llorará también y sí, también ese electorado blanco que se ha dejado encandilar por los cantos de sirena de Bolsonaro, esa clase media que nunca quiso enterararse de que una democracia moderna real es un sistema solidario, en el que los estratos más bajos de la sociedad han de ser los primeros beneficiaros de la bonanza, en el que "el reparto de la riqueza es la quintaesencia del bienestar".

Bolsonaro ha inoculado en ese veneno del ‘qué hay de lo mío’ y la izquierda destruyó el antídoto con una gestión política negligente salpicada por la corrupción. 


Así las cosas, el ultraderechista ha sacado partido al racismo, el machismo y la violencia como máximos valores de sus programa. Como ha sucedido en otros países, el odio y la rabia se han impuesto a la cordura y la reflexión. Nada bueno se avista en el horizonte de un Brasil que puede sumergirse en una oleada de sangre sin precedentes.

Si algo ha demostrado este país en los últimos años es su capacidad de movilización de las personas para reclamar, luchar por lo que considera justo. ¿Cómo reprimirán Bolsonaro y su gabinete militar estas manifestaciones pacíficas? ¿Los aplastará antes incluso de que puedan alzar la mano? 


¿Qué será de los millones de personas pobres en Brasil, de las mujeres, l@s homosexuales, l@s negr@s? ¿Qué será de Brasil?

Bolsonaro no ha salido de la nada; lleva años y años ahí, tratando de dar el zarpazo que al fin dio  con ese 55% de los votos. Parecía que no llegaría nunca, como el pueblo argentino creyó por un momento que no volvería a entregar el país a los mercados. Se equivocaron ambos y es un aviso para quienes todavía andan confiados con el avance de la ultraderecha.


No la subestimen, tampoco la teman, porque  hay valores de sobra para mantener el cordón sanitario que hasta ahora no ha logrado romper, pero esos valores sufrirán fatiga de materiales si no se nutren día a día. En suma, no den nada por hecho.

FUENTE: publico.es
Posos de anarquía
David Bollero
29/10/2018
Este ciudadano está totalmente de acuerdo con que "el reparto de la riqueza es la quientaesencia del bienestar". El problema reside en los que no quieren saber nada de conjugar el verbo COMPARTIR, porque dicen que lo de llegar a ricos les ha costado "demasiados sacrificios".



26/1/18

CORTOS DE VISTA

Christine Lagarde, durante su intervención en el Foro Económico de Davos.

Dice esta "señora", directora gerente de la máquina empobrecedora de pueblos o Fondo Monetario Internacional (FMI) desde julio de 2011, que:

"Acusar a la globalización de la destrucción de puestos de trabajo supone cierta miopía"

Mirándola bien, advierto que es ella la que tiene un problema visual, no sé si de mil pares de cojones o de millones de dioptrías de desenfoque laboral, pero intentar colarnos la milonga de que somos nosotros los cortos de vista... ¡tiene perendengues, la tía!

Y eso que se supone que las aves de rapiña tienen una vista excelente
(será para lo que les interesa, claro). 

Citizen Plof

7/1/18

LA RÉMORA DE LA BANCA PRIVADA

El informe del FMI que sugiere eliminar la banca privada

El informe del FMI que sugiere eliminar la banca privada

La prueba de que el sistema financiero y el comportamiento hegemónico de la banca está en la génesis de la actual crisis, comienza a emerger con fuerza desde diversos ámbitos. 

Y aunque la creación de dinero de la nada es un tema jamás abordado en los manuales y textos de economía, el hecho de que la banca privada tenga este poder comienza a ser vista como la principal culpable y generadora de los ciclos de auge y caída.

En los libros de texto y en las explicaciones convencionales se señala que los bancos centrales, como la Reserva Federal o el Banco Central Europeo, son los que controlan la creación de dinero en la economía.


Como hemos señalado aquí, los bancos centrales sólo dan origen al llamado dinero de alto poder expansivo, pero son los bancos privados los que crean el dinero real.

De acuerdo a los últimos datos de la economia de Estados Unidos, sólo un 5% del dinero ha sido creado por el banco central mientras el 95% ha sido creado por los bancos privados. 

Esto queda ahora confirmado en el informe The Chicago Plan Revisited, de Jaromir Benes y Michael Kumhof, que se ha convertido en documento de culto desde su publicación en agosto de este año, aunque parte de estos temas la adelantamos en junio y en octubre del año pasado.

Michael Kumphof                                            Jaromir Benes

Los bancos centrales solo controlan la base monetaria, dado que son los bancos privados los que crean el dinero a traves del multiplicador monetario. Como el multiplicador monetario ha dejado de responder a cualquier nivel de exigencias (del razonable 10% se ha pasado a un 100%, 200% y hasta 300%), hace ridícula la tasa de encaje (la tasa de encaje o de reservas es el inverso del multiplicador).

Esto es porque los bancos crean la máxima cantidad de dinero en virtud a los préstamos que conceden, con gran laxitud en sus exigencias y empujan a las economías a los niveles de endeudamiento que ilustra la gráfica.

Ciclos de auge y caída
 

Este despilfarro generado por la banca privada es el que crea los ciclos económicos de auge, en la expansión del crédito y de la deuda, y de caída tras su colapso (momento en que no se puede pagar la deuda).

Esto rompe el mito académico y teórico de que la banca presta el dinero depositado por los clientes. Los bancos privados van mucho más allá de los depósitos de la gente y el proceso tiende a ser el exactamente inverso, y por tanto mucho más abusivo.

Cada banco privado “crea” dinero de la nada mediante la celebración de los compromisos de préstamo con los prestatarios, y los pasivos correspondientes se crean en sus libros al mismo tiempo.

Dinero ficticio y dinero real

Cuando el banco no tiene el nivel requerido de reservas (para cumplir con los compromisos a sus clientes), simplemente le pide prestado a otro banco (préstamos interbancarios) o al banco central, que crea nuevo dinero.

Desde hace mucho tiempo se reconoce que el mayor defecto de la creación de dinero del sector privado es que no está controlado y que crea los ciclos de auge y caída, responsables del apalancamiento y desapalancamiento financiero.

La gran expansión del crédito privado en el período previo a la Gran Depresión de 1929 es un ejemplo claro de ello. El tema intentó ordenarse con el sistema de Bretton Woods, pero su brusco término en 1971 dejó al sistema financiero con el poder hegemónico de la economía.


Desde entonces, ha faltado voluntad política para reconocer los errores de un sistema que permite la creación automática de riqueza a un puñado de personajes (los bankeros, que vienen a ser menos del 1 por ciento de la población) y condena a la miseria al 50% de la gente.

Pero esto puede comenzar a cambiar tras la difusión del trabajo de Benes y Kumhof que ha cosechado grandes elogios.

Los errores que han llevado a la crisis actual se arrastran desde 1971, como he señalado, con la irrupción de las políticas que liberalizaron todo lo relacionado con el sistema financiero. Un libertinaje abusivo en el cual ni siquiera los bancos centrales tienen control sobre la oferta de dinero.


No deja de sorprender el desconocimiento masivo de este fenómeno esencial en la vida de la gente, incluso en gran parte de quienes escriben sobre ello. Esperemos que este reporte ayude instalar el tema en el centro del debate, dado que si se desconoce a tal grado el origen de los problemas, menos se pueden encontrar soluciones reales.

La creación de dinero por parte de la banca privada es una escalada que ayudó a crear una montaña cada vez mayor de deuda y a ponerse a sí mismo el timbre de “demasiado grandes para caer”.

A medida que crecía la deuda de los países, el sector financiero era el que más crecía adquiriendo una posición dominante y amedrentadora sobre el resto de la economía.


En Estados Unidos, entre 1973 y 1985, el sector financiero nunca tuvo más del 15 por ciento del total de ganancias empresariales del país; en los años 90 osciló entre el 20 y el 30 por ciento, pero aumentó al 41 por ciento en la primera década de este siglo.

Asimismo, mientras en los años 80 el sector financiero representaba el 4 por ciento del PIB del país, el año 2007 repreentaba el 8 por ciento. Se estima que el año 2007, el 6,5 por ciento de la fuerza laboral estaba empleada en el sistema financiero.

¿En que consiste el plan de Chicago?
 
Universidad de Chicago

En medio de la Gran Depresión de 1933 y el estruendoso fracaso del sistema monetario, algunos de los principales macroeconomistas estadounidenses plantearon una reforma radical del sistema monetario que se conoció como el Plan de Chicago, dado que su mayor defensor fue el profesor Henry Simons, de la Universidad de Chicago.

La idea también fue apoyada por Irving Fisher de la Universidad de Yale. En una breve síntesis, el Plan obligaba al 100 por ciento de reservas para los depósitos bancarios, y la eliminación del sistema de reserva fraccional o dinero fiduciario que existe desde hace más de 500 años.

La propuesta de Henry Simons ofrecía un esquema para la transición de un sistema de creación de dinero por parte de la banca privada, a un sistema de creación de dinero por parte del gobierno, respaldado en un 100 por ciento.

 Henry Simons (1899 - 1946)

El Plan de Chicago también eliminaba la capacidad del banco central (la Reserva Federal) para crear dinero, dado que sería nacionalizada e incorporada al Tesoro de Estados Unidos. También eliminaba otras instituciones de supervisión dado que los bancos sólo podían prestar a partir de los depósitos que en realidad tenía.

A pesar de que este plan tuvo una gran aprobación entre los economistas, nunca fue adoptado como ley. Algunos de los economistas que lo aprobaron en su momento fueron Irvig Fischer (1936), Maurice Allais (1947), Milton Friedman (1960) y James Tobin (1985).

La propuesta del Plan de Chicago murió debido a la fuerte resistencia del sector bancario, y, también a la resistencia de la Reserva Federal, que también es un banco privado.

John Maynard Keynes (1883 - 1946)

Como era de esperar, John Maynard Keynes, el padre de las políticas económicas keynesianas que permitió a los bancos del sector privado mantener el control sobre la creación de dinero, no apoyó el Plan de Chicago y se instaló de lleno en el rincón de los banqueros.

Keynes, que murió en 1946, creyó que la Gran Depresión de los años 30 había dado una buena lección de prudencia a los banqueros. Se equivocó de medio a medio.

FUENTE: elblogsalmon.com
Marco Antonio Moreno
05/11/2012
Todo es una puñetera mentira, empezando por un dinero que no existe, porque "lo fabrican" de la nada sin respaldo económico alguno.

Hace 5 años que se escribió este artículo, pero la cosa sigue igual. Nos endeudan, nos arruinan, le roban el futuro a nuestros hijos y nadie se rebela. 

¿Será que nos gusta que nos jodan?