Cada día, al encender el cacharro este que nos pone en contacto, aparece el rostro de mi amiga África como fondo de pantalla. Me refiero a aquélla, bajo cuyo párpado izquierdo cuelga la lágrima azul del lago Victoria, y en cuya ceja derecha, las Islas se acomodan. Esa África de la que somos parte integrante los canarios, aunque a algunos les pese más de lo debido; porque es incuestionable que, aunque nos gestione el estado español y nuestra cultura y nuestra economía, hoy por hoy, sean totalmente europeas, geográficamente somos un trozo más de esta triste mujer que no se explica cómo, gentes venidas de otras partes del mundo, le han vaciado casi las entrañas, le han arrancado su milenaria cabellera, le han roto el frágil equilibrio de su piel, le han robado, extirpado, contaminado, quemado, esquilmado.... Y no contentos con eso, han esclavizado y masacrado a sus hijos. En suma…¡la han explotado miserablemente!
Los "listos de turno" se siguen preguntando a diario, qué es lo que buscan esas continuas avalanchas de inmigrantes africanos.
¡Buscan el futuro! Ése que en su tierra ya no pueden labrarse porque los recursos (en poder de grandes corporaciones multinacionales) ya no les pertenecen.
Vienen reclamando lo que les corresponde: un bienestar que no poseen, y que, en los países ricos, se ha cimentado, en gran medida, con todo aquello que les han rapiñado.
Miguel Ángel G. Yanes
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