Blas Infante fue asesinado en la madrugada del 10 de agosto de 1936. Su viuda fue obligada al pago de 2.000 pesetas sin llegar a saber dónde enterraron a su marido.
Blas Infante con su esposa en el Parque de María Luisa
Blas Infante Pérez es asesinado en el kilómetro cuatro de la carretera Carmona, a las afueras de Sevilla sin dejar, 82 años después de su muerte, un rastro certero de su paradero. El conocido padre de la patria andaluza tenía 51 años cuando lo detienen en su casa del municipio sevillano de Coria del Río, Villa Alegría, donde el andalucista vivía apaciblemente con su mujer Angustias García Parias y sus cuatro hijos.
Nunca pudo imaginar que aquella masacre, aquella carnicería sembrada por el general Queipo de Llano en Sevilla durante el verano de 1936 podía acabar en con su detención durante ocho días y un asesinato más que pactado por los golpistas.
Javier Delmás es nieto de Infante y recuerda a Público otra de las cuestiones más “abominables de aquel régimen” que hoy pesan sobre la figura de su abuelo. Cuatro años después del asesinato a Blas infante condenan a su viuda Angustias al pago de 2.000 pesetas. Delmás recalca que la sentencia firmada por el recién instaurado Tribunal de Responsabilidades Políticas imputaba a Blas Infante por un delito de responsabilidades políticas graves. La Autoridad militar lo acusaría de "actitudes de grave oposición y desobediencia al mando legítimo y de las disposiciones del mismo emanadas".
Para Delmás esta condena da indicios de la gravísima ilegalidad en la que actuaba el mando golpista. "La ley con la que justificarían su fusilamiento por aplicación de bando de guerra se instauró el 9 de febrero de 1939 y tenía la capacidad de inculpar a mi abuelo como un sujeto revolucionario por la participación en unas elecciones que en la Segunda República dentro de la legalidad vigente", aclara.
Blas Infante era acusado cuatro años después de su asesinato de haber participado en las elecciones de 1932. Una candidatura que aquellos mandos militares tildaban en 1940 de “tendencia revolucionaria”. También fue acusado como “propagandista para la constitución de un partido andalucista o regionalista andaluz”.
La familia de Infante destaca la necesidad de que aquella sentencia con sanción económica que costó la muerte al histórico andalucista "siga en curso para que las generaciones venideras sepan las atrocidades que se han cometido en nuestro país", aclara su nieto.
Angustias García Parias tuvo que pagar como viuda en aquellos años de posguerra una fuerte suma para la época. Y todo, destaca Delmás por haber indagado “en la causa de asesinato de su marido”. Su nieto señala a Público que “nunca dejó el tema en el olvido y preguntaba a todos los contactos que podía sobre el motivo del asesinato de Blas Infante”.
Aquella terrible búsqueda solo permitió a Angustias más humillación con una sentencia firmada ya en plena posguerra. Delmás recalca que su abuela pagó aquella multa y salió adelante vendiendo algunas de las propiedades que la familia conservaba en el pueblo natal de Infante en Casares (Málaga).
Aquella terrible búsqueda solo permitió a Angustias más humillación con una sentencia firmada ya en plena posguerra. Delmás recalca que su abuela pagó aquella multa y salió adelante vendiendo algunas de las propiedades que la familia conservaba en el pueblo natal de Infante en Casares (Málaga).
Cuando llegó al Congreso
El grupo parlamentario de Unidos Podemos, En Comú Podem-En Marea presentaría en el 80 aniversario del asesinato de Infante (año 2016) una proposición no de ley que buscaba anular la sentencia militar. Ya el Parlamento de Andalucía había aprobado por iniciativa de Izquierda Unida la “ilegalidad de esta condena”. Sin embargo, tal y como ha señalado el grupo parlamentario “ni Zapatero, ni Rajoy, ni los presidentes anteriores habían hecho nada para que se anulara esa sentencia”.
Hace dos años, aquella proposición alzaba la voz ante la contradicción de una condena “por actividades andalucistas y republicanas” de Infante que figura en el Estatuto de Autonomía para Padre de la Patria Andaluza.
La cuestión de la sentencia cayó en el olvido sin llegar al debate político. En 2017, el Partido Comunista de Andalucía (PCA) nuevamente pedía la nulidad de la sentencia franquista contra Blas Infante. Ernesto Alba, secretario del PCA, exigía en el homenaje a Infante que se llevarán a cabo las medidas oportunas para anular la sentencia a Blas Infante y de todas las víctimas del franquismo.
“Si esta democracia reconoce en el Estatuto de Autonomía, que es una Ley Orgánica del bloque constitucional, Blas Infante como padre de la patria andaluza no tiene que convivir con una sentencia franquista que le condena”, aseguraba en el último homenaje.
“Si esta democracia reconoce en el Estatuto de Autonomía, que es una Ley Orgánica del bloque constitucional, Blas Infante como padre de la patria andaluza no tiene que convivir con una sentencia franquista que le condena”, aseguraba en el último homenaje.
En los discursos de la actual presidenta de la Junta, Susana Díaz, en el homenaje que se realiza a Blas Infante cada 10 de agosto, no se ha planteado con firmeza el caso concreto de la nulidad de la sentencia a pesar de la presión de otros partidos políticos por hacer “cumplir con la ley de memoria democrática andaluza”.
Una postura que se mantiene en consonancia con la opinión de la familia Infante de dejar la sentencia “en firme” para que la conozcan las nuevas generaciones.
Una postura que se mantiene en consonancia con la opinión de la familia Infante de dejar la sentencia “en firme” para que la conozcan las nuevas generaciones.
La sentencia, de 1940.
El coordinador general de Izquierda Unida en Andalucía, Antonio Maíllo, también ha exigido la nulidad del juicio a Blas Infante. Maíllo ha criticado durante que “en el Congreso de los Diputados se niegan o abstienen a que se anule la sentencia a Blas Infante». Por ello, IU será “constante” en su petición.
La dura batalla iniciada por los diputados Alberto Garzón, Miguel Ángel Bustamante y Eva García Sempere han continuado el debate público sobre esta sentencia que no sólo simboliza la humillación al histórico líder andalucista, sino a la miles y miles de condenas que aún siguen vigentes para las víctimas de la posguerra y la dictadura.
El polémico azulejo con la bandera andaluza
La madre de Javier Delmás era la más pequeña de la familia. María de los Ángeles Infante tenía sólo seis años cuando a su padre se lo llevaron detenido en la mañana del 2 de agosto de Villa Alegría. Aquella mañana, según cuenta su nieto, la idea de los falangistas era acabar con la vida de Infante por aplicación de la ley de fugas, sin llegar a meterlo en ninguna prisión.
“Cuando conocieron de quién se trataba y que la mujer de Blas Infante era sobrina del nuevo gobernador civil militar Pedro Parias, fue llevado a prisión aunque de muy poco sirvió aquel vínculo familiar con su mujer para evitar el asesinato”, añade.
Angustias nunca perdonó a su tío Pedro Parias que no intercediera por la vida de su marido. “Pasó la misma humillación que mucha mujeres republicanas. Algunos conocidos se cambiaban de acera para no saludarla cuando visitaba la ciudad de Sevilla. También le denegaron la pensión de su marido que tan duro había trabajado toda la vida”.
Sevilla
Lo único que Angustias y sus cuatro hijos conservaría a pesar de las duras críticas fue el azulejo en la entrada de la vivienda de Villa Alegría con la bandera andaluza presidiendo la casa. Delmás señala que “muchos amigos le decían a mi abuela que podía buscarse graves problemas, que era peligroso tener aquella bandera, pero mi abuela le decía a sus hijos que nunca cedería a quitarla que ya que no sabía dónde estaba su cuerpo dejaría aquella bandera y el legado de su casa como su tumba”.
Pasada ya la posguerra, Angustias se acercaría durante los años 50 al cementerio de San Fernando donde un sepulturero le certificó el sitio dónde recuerda que fue enterrado su marido. Aquel lugar, rescatado por escasos testimonios orales, correspondería hoy a la actual fosa de Pico Reja, en proceso de intervención por la parte de la Dirección general de Memoria Democrática y el ayuntamiento de Sevilla. “Cuando nos han pedido un papel, un documento de defunción, no podemos aportar nada porque mi abuelo nunca ha sido registrado como fallecido es otro desaparecido, uno de tantos miles de aquella barbarie”.
FUENTE: publico.es
María Serrano
Sevilla - 10/08/2018
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