Felipe VI
¿Saben qué es lo peor del último escándalo de las grabaciones de Corinna sobre los supuestos chanchullos de Juan Carlos I? Que a nadie nos sorprende. Uno tiene la sensación de que es uno de esos secretos a voces que, cuando al fin se hace público, apenas provoca estupor.
Siempre fue un misterio cómo se había gestado una fortuna como la de la Casa Real. La opacidad en su gestión, tan deleznable como la imposición de la Corona misma, no ayudaba a arrojar luz sobre este asunto. Diría más, tal falta de transparencia incrementaba aún más las sospechas de regalos, comisiones bajo cuerda por gestiones que el campechano rey se cobraba mientras los monárquicos gritaban “¡Viva el rey!”. Un buen ejemplo de ello es el AVE a la Meca.
Juan Carlos de Borbón y Corinna zu Sayn-Wittgenstein
Al final, los raperos exiliados y condenados van a tener que ser indemnizados por haber dicho verdades como puños. ¿Qué pinta en todo esto el actual rey Felipe VI? Pues nada, como en el resto de las situaciones. Dado que su cargo no goza del respeto ni la legitimización de una base social enorme, cada vez que la Casa Real a la que representa se ve salpicada por la corrupción, el Borbón opta por agazaparse en su madriguera.
Las cloacas del Estado
Al fin y al cabo, nada ha hecho él para hacernos pensar que la Casa Real ha abandonado ciertas prácticas. ¿Acaso no viajó a principios de año a Arabia Saudí para dar un empujón a las obras del AVE a la Meca? Su padre llegó dos meses después y, ya en abril, se recibió al heredero saudí con máximos honores en España.
FUENTE: publico.es
Pozos de Anarquía
David Bollero
12/07/2018
Juan Carlos de Borbón llegó a España con una mano delante y la otra detrás. Es un hecho constatado que su familia, exiliada en Estoril (Portugal) subsistía merced al dinero que la burguesía vasca y catalana les enviaba. Y ahora no se sabe a cuánto asciende su fortuna. ¡Cosas veredes!
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