A todas las mujeres maltratadas
Maldito sea este día
En que la aurora
No logra amanecer.
Acurrucada, oculta
Tras los muros de un miedo
Visceral no se atreve
Ni siquiera a salir.
Teme ser golpeada,
Asesinada incluso
Por la mano de un “dios”
Furioso y vengativo
Que no transigió nunca
Con el fulgor sagrado
De la feminidad.
Aqueste ser oscuro,
Dueño y señor de nada,
No quiere permitirle
Que brille, así que intenta
Con violentas maneras
Arrastrarla a un infierno
De dolor y de espanto.
Pero será el destello
Mágico de la luz
Quien lo venza y lo ciegue,
Y maldiga por siempre
La cobardía terrible
De quien fue concebido
En vientre de mujer.
Miguel Ángel G. Yanes
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