Muchos creen que la brigada política de Interior durante el primer mandato de Rajoy se centró exclusivamente en conspirar contra el soberanismo catalán, y sobre todo contra la familia Pujol. Nada más lejos de la realidad.

El entramado de la cúpula policial que durante años actuó como un auténtico poder mafioso dentro del Estado centró sus blancos en todos los que se enfrentaban al poder omnímodo del PP. Y uno de sus principales objetivos fue Pablo Iglesias, ni catalán ni soberanista.



Pero mucho más alarmante es descubrir que algunos de los que trabajaron en ese juego sucio contra políticos opositores siguen estando ahora mismo al servicio de la Policía Nacional... seguramente cobrando aún --vía fondos reservados-- de dinero público, puesto que ese tipo de colaboraciones no se suelen hacer gratuitamente.

Los tres informes falsos contra el líder de Podemos


En el caso del líder de Podemos, tres han sido los informes falsos que en el último año se han hecho contra él: el informe PISA, el falso pago desde Venezuela en un paraíso fiscal y una investigación sobre sus relaciones adolescentes o el pasado y el trabajo de sus padres.

Para hacer trabajos tan alegales, además de supuestos "agentes encubiertos" como el comisario José Manuel Villarejo y toda su estructura empresarial, el ex número dos de la Policía, Eugenio Pino, acaba de confesar por escrito ante el juez José De la Mata (el que instruye el caso Pujol en la Audiencia Nacional) que también había utilizado a dos exdetectives de la agencia Método 3 desde al menos 2013 y hasta que él abandonó la Policía, en el verano de 2016. Al final de su nota revela que siguen trabajando para Interior: 
 


"Que según la información de que dispongo los detectives continúan colaborando con el CNP [por Cuerpo Nacional de Policía], y que el hecho inicial de esta colaboración se debe a una venganza por no haber cobrado una cantidad cercana a los 200.000.-€ que según los detectives les debía el Director de la Agencia de Investigación citada".

Estos mismos detectives, Julián Peribáñez y Antonio Tamarit --sirvieron para filtrar información de la agencia de detectives que dirigía Francisco Marco dentro del marco de la Operación Cataluña y cobraban de los fondos reservados--, fueron empleados para elaborar el informe fantasma contra Pablo Iglesias que vio la luz en la primera quincena de 2016, según ha podido confirmar Público.

 
Antonio Tamarit y Julián Peribáñez