11/7/14

EL DERECHO AL TRABAJO

 
Ahora que el gobierno español ofrece trabajo de cuasi esclavos a los jóvenes "ninis"* y unas suculentas ayudas a los empresarios que los contraten, va siendo hora de puntualizar sobre algo llamado "el derecho al trabajo". Me limito, para ello, a copiar y pegar el enunciado inicial que Wikipedia, La Enciclopedia Libre, dedica al tema:

Derecho al trabajo


Es el derecho fundamental humano por el que toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección del mismo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo, a la protección contra el desempleo, sin discriminación, con igualdad salarial, remuneración digna, protección social y derecho de sindicación.  El derecho al trabajo se reconoce en las normales fundamentales de derechos humanos como son la Declaración Universal de Derechos Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales así como en textos internacionales como la Carta social europea, el Protocolo de San Salvador, la Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos y en textos nacionales como son las Constituciones de numerosos países.

 
Bien. Hasta aquí queda claro en que debería consistir el asunto; pero resulta que, en la mayoría de los países, los gobiernos se pasan ese sagrado derecho por los forros. Sin ir más lejos, en España, siguiendo directrices europeistas, se ha acometido una reforma laboral tan agresiva que ha retrotraído décadas el derecho laboral, si no lo ha defenestrado por completo, porque han abaratado la mano de obra (ya resulta casi un lujo ser "mileurista" en este país) y potenciado los contratos basura y esa ¡mierda! de los contratos en práctica dónde, con la excusa del aprendizaje, el trabajador le sale gratis al empresario al no respetar la máxima de "trabajo realizado, trabajo pagado", lo que no es ni más ni menos que una forma soterrada de esclavitud. Todos sabemos quiénes lo permitieron y lo pactaron en su día: Gobierno, Patronal y "ellos": CC.OO. y UGT, a los que los sindicatos minoritarios, no sin razón, acusan de ser rehenes del gobierno y traidores a la clase trabajadora**, merced a las subvenciones estatales que reciben.


Se ha privatizado casi todo lo público en aras de una cacarada productividad empresarial, lo que ha terminado beneficiando a los de siempre, desregularizando totalmente el mercado laboral, disparando el paro hasta cotas insospechadas en una crisis económica tan larga y profunda como la actual, llevando a muchas familias al borde de la desesperación. Todo esto pone de manifiesto la rapiña, por parte del estado, de los derechos laborales, sobre todo de los desempleados, a los que se les han recortado las prestaciones sin pudor alguno, dejando bajo mínimos las políticas de protección social; lo que los ha empujado a la orilla del abismo.

Curiosamente, en la misma artículo de la Wikipedia, aparece también el siguiente dato:

Derecho a la pereza


El derecho a la pereza es un ensayo de 1880 del autor francocubano Paul Lafargue. En esta obra, el autor realiza una critica marxista del capitalismo, cuyo desarrollo, concluye, desembocaría en una 'crisis de superproducción', causando desempleo y miseria entre la clase trabajadora. Lafargue propone alcanzar, mediante la generalización del uso de las máquinas y la reducción de la jornada laboral, el estadio de los derechos del bienestar con el que culminaría la revolución social que permitiría a la sociedad consagrar su tiempo a las ciencias, el arte y la satisfacción de las necesidades humanas elementales.


Creo que va siendo hora de acabar con esos sindicatos mayoritarios, vendidos y  caducos, para crear ¡desde cero! un sindicalismo en condiciones, acorde con el siglo en que vivimos, mantenido económicamente por los propios ciudadanos y sin ningún tipo de vínculo ni parasitismo con la podrida política actual.

(*) "Ninis".- Ni estudios, ni trabajo (...ni derechos, ni cultura, ni casa, ni futuro)

(**) Traidores a la clase trabajadora.- No me refiero a los afiliados sino a sus dirigentes.

Ciudadano Plof

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