Hay políticos en este país que se quejan del "escrache" (manifestación supuestamente pacífica en la que un grupo de personas se dirige al domicilio o lugar de trabajo de alguien a quien se quiere denunciar) al sentirse acosados y considerar que se atenta contra su intimidad y su libertad individual.
Está claro que esta "técnica", vulnera algunos derechos constitucionales, pues cuando los denunciantes, congregados frente a domicilios particulares, emplean insultos e improperios (con mayor o menor razón) incuestionablemente, hacen mella no sólo en los denunciados, sino también en sus familias.Es más, algunos políticos "escrachados", consideran que esta situación pueda terminar generando violencia ciudadana.
¡Joder!... pues dejen de apretarles el cuello. ¿O es que eso no es violencia?
Jesús Gómez, alcalde de Leganés, dijo hace unos días que esta situación "amenaza con romper los cimientos de la democracia"¿Y los desahucios, no?...
Bueno, de todas formas, lo que se dice cimientos democráticos, no los hay. Lo que estamos viviendo en este país es un bailongo sobre una tarima improvisada: donde, una "monarpía parlamientaria"... danza al son de la música impuesta por los tardo-franquistas, que siguen dirigiendo la orquesta, se disfracen de lo que se disfracen.
Tengan en cuenta que cuando la gente decide echarse a la calle e ir contra las normas establecidas, arriesgándose a que los muelan a palos, a terminar en comisaría, o acabar en la cárcel por "terroristas", no sólo es que estén indignados; están cabreados, desesperados y hartos de sus dirigentes y del propio sistema en si, que ha devenido en "pura mierda" para los de siempre.
¡Por favor! señores gobernantes (me importa un pito al partido que pertenezcan), sean coherentes. Solucionen con urgencia los problemas perentorios de la población, porque si no, esto va a terminar escapándosele de las manos.
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