Ahora que la prensa, manejada de forma artera por el gran capital, sirve descaradamente a sus intereses, los ciudadanos hemos de efectuar una profunda reflexión, porque la información que nos llega está manipulada hasta tal punto, qué más que medios de comunicación, deberíamos llamarlos "medios de manipulación".
A diario nos bombardean a través de prensa, radio, internet, televisión... para, ladinamente, llevarnos a su redil y hacernos creer lo que quieren que creamos. No acuso a todo el mundo, no; hay algunos medios (pocos) y profesionales (poquísimos) que no se han vendido al capital y, fieles así mismos y a sus ideales, siguen luchando contra viento y marea, para que la verdad brille con luz propia e ilumine nuestros pasos en esta época de penumbra moral, económica y social.
Pero hay algo que me tiene hablando solo desde hace tiempo, y es el vavién del tan cacareado rescate de la banca española. No termino de ver claro tanta indesición, tanto barajar cifras: "que si lo cogemos ahora, que si más adelante, que hace mucha falta, que no se necesita, que si 100.000 millones, que si 60.000, que si... "
Algo no me cuadra en todo este "merecumbé", hasta el punto de preguntarme, aplicando la lógica del "piensa mal y acertarás" que me enseñó mi abuelo, si no será que el rescate ya se produjo y no sirvió para nada, y de ahí tanta pamplina y tanta trapisonda. Porque, capaces son estos muchachitos que nos desgobiernan, de vendernos una moto sin ruedas y, haciendo pasar el paisaje a toda velocidad a nuestro lado, convencernos de las bondades y el buen precio del vehículo.
A mí me da que esto no lo arregla ni el
"médico chino"* porque, amigos, el sistema capitalista petó en el 2008, aunque no quieran reconocerlo, y por muchos parches que le pongan, su viabilidad es nula.
(*) El "médico chino" fue un enigmático personaje al que, dados sus conocimientos de medicina oriental, se le se atribuían poderes casi sobrenaturales, y se solía acudir a él cuando la medicina ortodoxa no encontraba solución para determinadas enfermedades. Venía a ser el último recurso.
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