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15/8/17

SALARIOS Y BENEFICIOS EMPRESARIALES

Los salarios siguen perdiendo poder adquisitivo, mientras aumentan los beneficios empresariales

Esta negativa evolución se explica por la cerrazón de las organizaciones empresariales a permitir que los trabajadores participen de la prosperidad de las empresas

 

Los salarios pactados en convenio han perdido un punto de poder de compra en los siete primeros meses del año, mientras que los beneficios empresariales ya superan su nivel previo a la crisis. Esta negativa evolución se explica por la cerrazón de las organizaciones empresariales a permitir que los trabajadores participen de la prosperidad de las empresas, por la reforma laboral diseñada para devaluar los salarios, por un modelo de crecimiento que prioriza la amortización de la deuda de las empresas a la rebaja del desempleo, y por la falta de un presupuesto público que impulse el crecimiento económico.

Los salarios pactados en convenio han crecido un 1,33% hasta julio, mientras que los precios de consumo aumentaron un 2,3% acumulado entre enero y julio, resultando una pérdida de un punto en su poder adquisitivo durante los primeros siete meses del año. Los salarios pierden, además, participación en la renta generada en las empresas en 2017: mientras que la productividad por hora creció un 1,3% en el primer trimestre del año, el salario medio por hora se recortó un -0,3%. Como se observa en el gráfico, el salario medio por hora aumenta menos que la productividad nominal desde 2012. En 2014 y 2015, con el inicio de la recuperación, esta tendencia parecía que había empezado a revertirse, pero en 2016 vuelve y en el primer trimestre de 2017 se hunde la participación de la población asalariada en la renta.

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La baja inflación estructural, que muestra el mantenimiento de la inflación subyacente en torno al 1%, es un motivo de preocupación, pues se basa en la desaceleración de la demanda interna, lo que significa menos empleo y una reducción más lenta del elevado paro. El crecimiento económico se mantiene en el 3% gracias al aumento de la demanda externa, pero las mejoras en el sector exterior se filtran poco al resto de la sociedad debido a que las exportaciones están muy concentradas en pocas empresas, que pagan pocos impuestos, son menos intensivas en trabajo e importan gran parte de sus factores productivos, lo que no genera empleo en España.

El aumento anual de los precios se mantiene en julio en el 1,5%. No obstante, consumos tan relevantes para las familias como gas, electricidad y agua (5,7%), aceite (6,1%), carne de ave (3,2%), pescado (3,5%) o carburantes y combustibles (3,7%) registran crecimientos muy superiores, lastrando el poder adquisitivo de la población.



Los precios  registraron en julio un descenso mensual del -0,7% respecto a junio, marcado por el efecto bajista de las rebajas de verano y el descenso de vestido y calzado, solo compensado parcialmente por el incremento de los precios del grupo de ocio y cultura, por la subida de los paquetes turísticos en la temporada vacacional. El Índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA) sube en julio una décima en España hasta el 1,7% anual, y aumenta una décima su diferencia con el de la Eurozona, que se mantiene en el 1,3% anual. El IPCA subyacente (sin energía y alimentos frescos) se situaba en junio en el 1,3% interanual en España, tras subir tres décimas, mientras que en la Eurozona el IPCA subyacente subía dos décimas hasta el 1,2%, lejos todavía del objetivo del 2% del Banco Central Europeo. 

La baja inflación y el moderado crecimiento económico europeo justifican mantener la política monetaria expansiva del BCE y aplicar una política presupuestaria expansiva en el conjunto de la UE que abandone las políticas de austeridad e impulse el crecimiento y el empleo, para reducir los 16,2 millones de personas desempleadas de la Eurozona, de los que más de la cuarta parte reside en España. Fortalecer la negociación colectiva para que los trabajadores y trabajadoras participen de los beneficios de las empresas y acabar con la precariedad en el empleo, exige reequilibrar la capacidad de negociación entre las partes, derogando las dos últimas reformas laborales
El crecimiento económico en España se situó en el 3,1% interanual en el segundo trimestre según el dato adelantado, con una previsión de crecimiento algo menor en el conjunto del año.

Mientras, los ingresos y los beneficios empresariales continúan creciendo gracias a que las empresas no trasladan a precios toda la caída del precio del petróleo y de las materias primas, al recorte de sus costes de financiación, la bajada del impuesto de sociedades y la devaluación de los salarios provocada por la crisis y la reforma laboral. Es necesario que el crecimiento y los mayores beneficios se repartan ahora en forma más justa, a través de más puestos de trabajo, de empleo más estable, y de salarios que recuperen y ganen poder de compra. La creación de empleo y el aumento del poder adquisitivo de salarios y pensiones son los dos factores que más hacen por consolidar el crecimiento y su sostenibilidad, gracias a la rebaja de la desigualdad que generan.

Los datos provisionales de 2016 indicaban que 9,8 millones de trabajadores y trabajadoras que habían dispuesto de un convenio colectivo, ganaron poder adquisitivo, gracias a una subida media (1,02%) superior a la inflación media (-0,2%). Sin embargo, en 2017, con datos hasta julio, los convenios colectivos cubren a 5,1 millones de trabajadores y trabajadoras, con una subida salarial pactada del 1,33%, un punto por debajo de la subida media del IPC entre enero y julio. Solo un 25% de esta población asalariado cuenta con clausula de garantía salarial en su convenio colectivo.


Impulsar los salarios de los trabajadores públicos y privados y la mejora de la protección social, que eviten la pobreza laboral, permitan una vida digna y contribuyan a garantizar la sostenibilidad y suficiencia de las pensiones.

FUENTE: nuevatribuna.es  
11/08/2017



El empleo creado es temporal, en precarias condiciones laborales y con unos salarios miserables. Una mierda, vaya.

18/6/17

LUCHA DE CLASES


El único mundo que consideramos justo es aquel en el que no exista la explotación. Explotar consiste en tomar la energía física o intelectual de un trabajador a cambio de un salario mucho menor que la riqueza que su esfuerzo produce. Por lo tanto, explotadores son los empresarios de cualquier nivel, los financieros que viven de explotar al propio dinero y, lo que es peor, el Estado. Todos ellos extraen riqueza del esfuerzo de la clase trabajadora.

Muchos explotadores trabajan también: organizan su empresa, negocian y venden bienes y servicios. No es por eso por lo que siguen siendo explotadores. Lo son cuando, aparte de su propio salario, obtienen beneficios empresariales.


¿A qué viene esta obviedad? Pues viene a que, si algún concepto ha desaparecido del léxico común político, es el de "clase trabajadora".

La lucha de clases es un concepto marxista cuyo objetivo era y sigue siendo desclasar a la sociedad, convertirla en una única clase y forma de vida. Un concepto que, en su consecución final, acabaría con la necesidad de la existencia del propio Estado, al desembocar como todo río, por bravo que sea, en el océano de la paz social: la Acracia. Aclaro para los trolls y espías, que acracia no es anarquía, sino respeto por una clase de orden pactado inter pares.


Los estados de socialismo real, como la URSS o China, han triturado el marxismo, víctimas de la burocracia frente a un capitalismo de medios infinitos --los capitalistas de la élite mundial fabrican el dinero de la nada--. La caída de la URSS a causa de la corrupción de sus altos funcionarios, ahora magnates capitalistas, ha desembocado no en el océano de la paz social, sino en un mar muerto pestilente en el que la clase trabajadora no ha desaparecido, sino que se ha convertido en una clase esclavizada. El proletariado ha devenido en precariado al aceptar recortes de derechos y sueldos de miseria.

Es muy fácil averiguar quién pertenece o no, aquí y ahora, a la "clase trabajadora". Quien vive de una nómina de la que se detraen impuestos por IRPF es clase trabajadora. Si tienes dudas de si perteneces o no a la clase trabajadora, mírate los brazos. Si detectas en ellos la huella de un pinchazo de Hacienda cada mes, perteneces a la clase trabajadora.


Pero hay personas que pertenecen también a la clase trabajadora, aunque el sistema intente convencerlos de que no es así:

Si eres un autónomo sin empleados, perteneces a la clase trabajadora.

Si eres un jubilado de la clase trabajadora, sigues perteneciendo a tu clase hasta que fallezcas.

Si eres un parado en busca de empleo, perteneces también a la clase trabajadora.

Si eludes a Hacienda trabajando en negro, perteneces a la clase trabajadora, aunque te creas que te entiendes "cara a cara" con el empresariado.



La ancestral "lucha de clases" ha sido siempre el objetivo a batir por el Capital. Hoy día, la lucha de clases es ya casi delictiva, con la aquiescencia de los sindicatos estatales y del propio Estado que legisla contra los trabajadores.

El melifluo canto de sirena que el Capital te propone es que trabajes y ahorres para la vejez comprando acciones de compañías multinacionales o invirtiendo en algún producto bancario. Así serás una mezcla de trabajador/capitalista. Pertenecerás a la clase trabajadora durante tu vida laboral para pasar directamente a la explotadora capitalista a tu vejez. Esa solución ya ha mostrado sus vergüenzas. Las estafas de los bancos y las falsas cotizaciones de las multinacionales, que detraen el beneficio a paraísos fiscales te arruinará. Morirás rebuscando en los contenedores de basura.


Aquí no hay más solución que la de hacer acto de contrición, reconocer que has sido engañado durante muchos años y volver a las trincheras de la lucha de clases. Porque tu enemigo es tan poderoso que te aniquilará si no lo haces.

Te lo vuelvo a recordar: tu enemigo, que tiene muchos tentáculos, como el Kraken: es el capitalismo financiero; es el empresariado aristocrático, es el Gobierno de la nación, son los partidos políticos (todos, sí, incluso IU o Podemos) incrustados es el Parlamento del Estado; es la alta judicatura que te criminaliza; es la burocracia que te ahoga y son las fuerzas represivas que te espían.


¿Y cuál es la solución? Si te afilias a un sindicato estatal serás vendido como carne de cañón. Si militas en un sindicato anarquista y te señalas como disidente, estás perdido. Si te manifiestas colectivamente, serás fichado. No hay privacidad en Internet ni en la telefonía mundial. Todo se filtra en monstruosos ordenadores que tratan los big data.

La solución, tras la aparente derrota total de de clase trabajadora es radical: que significa regresar a la raíz. La lucha de clases la realizan individuos concienciados e irreductibles que, siguiendo las teorías de La Boètie, saben que NO DEBEN COLABORAR CON EL PODER de ninguna forma.


Individuos que no escuchan cantos de sirena, que se informan fuera de los circuitos de la masa media, que aprenden porque leen. Y que jamás se sienten vencidos, sino a lo sumo derrotados en alguna batalla. Individuos que se retiran, curan sus heridas, se pertrechan y vuelven orgullosos a las trincheras para seguir combatiendo.

FUENTE: acratas.net

30/11/16

SIEMPRE PAGANDO EL PATO

Los trabajadores pagan la cuenta de la recuperación

Los salarios siguen hundidos, mientras que los beneficios empresariales ya han recuperado el nivel que tenían al inicio de la crisis.

Un trabajador acarrea una carretilla con ladrillos en Ronda (Málaga). REUTERS
Los últimos datos de la Contabilidad Nacional ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), correspondientes al tercer trimestre de 2016, confirman lo que otros indicadores ya había adelantado. La salida de la crisis está siendo más rápida para las empresas que para los trabajadores, pues mientras los beneficios ya han recuperado prácticamente el nivel que tenían en 2008, los salarios continúan todavía muy por debajo.

La Contabilidad Nacional revela que, durante el periodo comprendido entre julio y septiembre de este año, las empresas ganaron 117.780 millones de euros, equivalentes al 42,9% del Producto Interior Bruto (PIB). Los asalariados, por su parte, cobraron 132.287 millones, un 48,1% del PIB, según datos corregidos de efectos estacionales y de calendario y que, en consecuencia, permiten realizar comparaciones homogéneas.


Evolución de las rentas
En miles de millones de euros, en el tercer trimestre. 
Fuente INE
140.675137.085135.124132.377124.411121.151123.553128.092132.287118.038116.531111.463112.159111.597110.114109.687113.77117.78SalariosBeneficios200820092010201120122013201420152016100110120130140150

Si se toma como referencia el tercer trimestre de 2008, los beneficios, que entonces ascendieron a 118.038 millones de euros, ya han recuperado casi todo el terreno perdido a lo largo de estos años. De la remuneración de los trabajadores no puede decirse lo mismo, toda vez que el volumen de los salarios sigue siendo hoy claramente inferior al de entonces (140.675 millones), siempre según la información suministrada por el INE.
Mientras que la diferencia, en términos relativos, respecto a la cuantía existente al comienzo de la crisis es de sólo del 0,2% en el caso de los beneficios, para los salarios asciende todavía al 6%.


Por lo que se refiere a su peso sobre el PIB, las rentas de las empresas apenas están cinco décimas por debajo del tercer trimestre de 2008 (43,4%), pero las de los trabajadores representan casi cuatro puntos menos que hace ocho años (51,7%).

Esto último se explica por dos circunstancias coincidentes. Durante el tercer trimestre de 2016, los asalariados trabajaron 6.826,8 millones de horas, lo que supone un descenso del 10,6% frente a los 7.640,5 millones del mismo periodo de 2008. Los salarios, entretanto, retrocedieron un 0,7% entre 2008 y 2014, según el nuevo Índice de Precios del Trabajo, que también elabora el INE.


FUENTE: publico.es
Vicente Clavero
Madrid - 29/11/2016