Una vez dentro, le pide al taxista que apague la radio para no oír música porque se encuentra en el mes del Ramadán y tiene que cumplir con el precepto religioso, y porque en tiempos del profeta no existía ese tipo de música occidental de los infieles.
El chófer, educadamente apaga la radio, desciende del taxi y abriéndole la puerta al pasajero, le dice:
- Haga el favor de bajarse.
- ¿Por qué…? Pregunta el musulmán confundido.
- Porque en tiempos del profeta tampoco existían taxis, así que bájese y espere por el próximo camello.
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