Aletas de tiburón
Para abastecer al insaciable mercado chino de aletas de tiburón, muy apreciadas para la confección de un plato de sopa típico de su cocina, barcos pesqueros de diferentes países llevan a cabo una práctica denominada "finning" o "aleteo", consistente en pescar tiburones (principalmente tintoreras y marrajos) sola y exclusivamente para cortarles las aletas, y una vez desposeídos de las mismas, ser arrojados nuevamente al mar para que no ocupen espacio a bordo.
Esta masacre de escualos, obedece a los altos precios que llegan a alcanzar sus aletas en el mercado chino: hasta 1.000 euros la unidad.
A pesar de que, desde el año 2003, la Unión Europea había prohibido dicha práctica, existía una excepción para una serie de barcos (141 españoles y 45 portugueses) que, en el año 2010 llegaron a pescar casi 60.000 toneladas.
Ante tamaña barbaridad y falta de respeto hacia los animales, los ecologistas europeos decidieron presentar batalla lanzando una campaña contra las excepciones que, finalmente, ha dado sus frutos al aprobar, la Unión Europea, la prohibición total a sus palangreros de cortarle las aletas a los tiburones; obligándolos a mantenerlas pegadas al cuerpo con una brida para facilitar su conservación.
Aunque el resto de la flota pesquera internacional (aproximadamente el 93%) seguirá practicando "finning", esta decisión del Parlamento Europeo, crea un punto de inflexión en el esfuerzo por erradicar ese terrible tipo de pesca, y todo un triunfo para los ecologistas europeos, a los que felicito por su lucha abierta contra la barbarie consumista.
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