UNAS REFLEXIONES ECONÓMICAS



Tras el rechazo, por parte del gobierno, a las 10 enmiendas a la totalidad presentadas el pasado 25 de abril de 2012 por los grupos parlamentarios españoles; en el programa de Radio Nacional "En días como hoy", dirigido por Juan Ramón Lucas, se analizaron los presupuestos generales del estado, con la ayuda de tres importantes economistas.

Me pilló este interesante debate haciendo un corto recorrido en coche, con fin de acercar a un familiar a un hospital cercano. Así que, una vez cumplida tal labor, busqué un lugar dónde arrimar el "carromato" para escuchar el programa con detenimiento. Y, a fé, que mereció la pena.

Al hilo de los presupuestos generales del estado, me quedé con algunas reflexiones económicas de los contertulios, que fui anotando en mi memoria auxiliar (ese pequeño cuaderno de resorte que llevo -siempre que me acuerdo- en el bolsillo)  para que "la otra", la de la neurona solitaria y loca, no me las borrara.

He aquí algunas de ellas:

"Tantos ajustes no llevan a ningún sitio porque la medicina aplicada es bastante perjudicial y dañina."

"Nuestro problema es la deuda externa, y nuestra capacidad para financiarla con acreedores internacionales."

"La deuda pública española sólo supone el 15% de la deuda externa. El 85% es privada, y la mayor parte corresponde a la Banca."

"Con las medidas actuales, el consumo puede ir a peor. Tenemos el ejemplo de Islandia, dónde, a raíz de la crisis, el consumo cayó un 25%. Hasta ahora el nuesto sólo ha caído un 8%."

"Cada vez que sube el diferencial de deuda, quiere decir que tenemos que dedicar más recursos del presupuesto a pagar intereses; por lo tanto, se está reduciendo también el gasto."

"Por haber tenido una patología de exceso de endeudamiento privado en un boom y su posterior burbuja inmobiliaria, ¿tenemos que reducir 7.000 millones de euros en Sanidad? Que alguien me explique eso porque, como economista, no lo entiendo."

"Cuando la sociedad no aguanta más (sin necesidad de llegar a una guerra) como puede ser el caso de Grecia y Portugal, llaman al acreedor y le dicen, como han hecho los islandeses:

- Oye, majete, que no te pago; que no te pago nada. Ya veré cuando te pago, que ahora no puedo."